aunque estaba lista, no me sentía capaz de salir de mi habitación. Karen había subido a ayudarme a petición
paisajes naturales de Dinamarca, pero mi mente, mi alma y toda aquella pizca de existencia intangib
a media coleta con trenza francesa y mis ondas cayendo suavemente sobre mi espalda; el maquillaje discreto que iluminaba mis mejillas pálidas y disimulaba mis ojeras y ojos hinchados; l
s en la falda de mi vestido y me tragué mis lá
echo a dos aguas y decorado en su interior por enredaderas, rosas, tulipanes y peonías (Las flores favoritas de mi madre, mi hermana y mías, respectivamente), dicho lugar había sido mandad
movía de un lado a otro, con premura, mientras que en mi mente pasaba todo mucho más
ndo de una mañana agradable. Sequé mis manos con la falda del vestido antes de atreverme a cruzar el umbral. Montones de ojos po
la mesa del costado izquierdo era ocupada por la Camorra y la Bratva, la del centro, desde luego, era c
de mí se helara. Desvié la atención a Fiorella, que me sonreía de manera encantadora ajena a todo lo que sucedía a su alrededor.
rendió la frescura de Anton, considerando el estado en el que lo había visto llegar hacía menos de una hora.
icialmente sobre cargamentos y nuevas ventas; yo, por mi parte, estuve concentrada todo el ti
una lástima que tuvieras que ausentarte tan abruptamente de tu propia fiesta . Espero que te sientas mejor, está mañana -Su comenta
smo tiempo que la sangre escapaba de mi rostro; aún así trat
villeta de tela antes de depositarla sobre mi
orine. Gracias
e pasó? -interv
alta de descanso, tía -apunté -. No habí
ue algo pasajero
s de volver la atención a mi desayuno, que de pronto ya no me
de la persona que me interesaba. Por lo poco que había entendido, André había regresado a Aarhus para
de tranquilidad. Al parecer t
nes desaparecieron sin rumbo exacto; mi madre y las mujeres de los otros líderes decidieron que era buena opción pasar el resto de la mañana dentro de la
nto y esa voz oscura
uso tiré de Fiore y mi prima, con quienes iba enganchada de los brazos. Un
en sus rostros. Los ojos de Nasra parecían mucho más claros a la luz del día, y, en contraste con sus pobladas y negras cejas, podían l
e apenas con u
azo; la conocía tan bien que estaba segura que se e
s manos por detrás de su espald
é anoche?... Para conocernos mejor... -sugirió. Yo estaba en sh
uesto que estaba decidida a hacerlo, pero un par de ojo
queño empujón que me puso un par de pasos más cerca de ese hombre -,
Fiorella con una sonrisa pícara,
dita
n en la distancia, me presionaba en silencio -No ten
jo Irina, antes de desap
turco a un lado mío, y con nada que deseara más que el que se abriera
me volver a la realidad, me miraba con atención e i
ía preguntado
veces, sin saber qué decir. Me
anera que me puso
¿Puedo tute
mediata dentro de mi cabeza, aunq
..Te decía que... luces pr
Es muy amable de tu parte -dije fijando mi m
bra, rompiendo el silencio desagra
im
o, me gusta decir exa
ahora qué
estaba muriendo de los nervios, me man
mujeres sumisas y yo, ante los ojos de Nasra iba a ser todo, menos
r exactamente lo que piensas en
es aún. Hemos cruzado apenas unas cuantas palabras y parece que... deliberad
verdad e
u comentario, tenía razón, había creado
rarlo a los ojos. Aún continuaba intimidándome su presencia, aunque con aquellas pa
demás por su familia o su estilo de vida, sin detenemos a conocer
a as
r la oportunidad de conocernos sin prejuicios, más allá del neg
trampa detrás de las palabras de Nasra,
erecemos esa opor
racias, p
riz y negué r
e nunca me ha gustado muc
, solo había una voz en la que me gustaba escuchar aquella
un pequeño asentimiento de cabeza
o reanudábamos la caminata por el corredor que
isiete años, comencé a involucrarme en el negocio familiar apenas cumplí la mayoría d
e atreví a preguntar, ya que
id... o al menos es lo que intentan -sonrió dive
o de pesar. Los rostros de Grett
tranquila a la que se pueda aspirar dentro de este mundo -agregó mirándome fijame
í el
de lo que no estaba segura era si por "sacrificio" se refería a
emir no era tan narcisista y machista como lo había supuesto. Aún así, no en un
taba sucediendo antes de bajar con las chicas a la alberca, donde suponía que aún se encontraban
só a una de molestia -¿Qué estás haciendo Fiorella Rossi? ¿Estás loca? ¡Casi me matas del susto! ¿Cóm
ática larga y detallada -sentenció, poniéndole seguro a la puerta
guí su ejemplo de hacía un rato y levanté mi mano, obligándola a
ncogí de hombros restándole importancia. Me dejé caer
o que entrelazaba mis dedos sobre mi pec
arte de mi amiga, antes de escucharl
rla mejor, en sus ojos
ojos, como si un recuerdo hubiera llegado a su mente de repente -. No, no, no ¿Sabes qué?, primero cuéntame qué pasó anoche ¿Por qué saliste corriendo en medio del discurso de tu padre?... Por
ida de la noche a la mañana -dije con pesar y todo ras
conmigo ¿verdad? -Puso
s lágrimas que liberar. El resultado fue realmente terapéu
s aquellas personas, durante la hora de la comida. Entonces me per
e para juzgar el tipo de persona que era. En mi experiencia, la mayoría de los hombres dentro de mi círculo tenían la habilidad de endulzar el oído de quien
mientras hacía un repaso mental a lo que debía hacer en los próximos días: Hablar con
*
/
ello, ev
do con el capítulo de la
Qué les parec
r? ... ¿Será que él tampoco quiere el
e cuando Eleanor l
sta la próxima seman
virt