a y la llenaría con tanta semilla que le darí
é, hizo que me corriera lista para correrme en mis pantalon
n él. ¿Por qué no vas a desca
n marica, prácticamente salí
lamer sus pezones mientras chorreaban leche o follarla por detrás mientras sostenía su vientre hinchado en mis manos. Tragué saliva y caminé rápidamente a mi habitación, desvistiéndome en el camino. Me metí en la ducha y puse la tempera
sobre mi cara. Maldita sea, estaba cansado. Con la poca energía que me quedaba, m
O
E
oteando de la punta hinchada y estaba a punto de explotar. Pero yo quería a mi ángel, en medio de un orgasmo, cuando la llené, para que su cuello uterino estuviera suave y abi
azo, contando ovejas y calculando estadísticas de
oca sexy, sus grandes tetas, ese vientre creciendo con mi hijo" – Pasé mi mano por cada área en la que estaba, y cuando llegué al centro de ella, empujé un dedo largo dentro – ese pequeño y apretado coño. Siempre tan húmedo para mí. La provoqué con algunos dedos hasta que se
o la follaba hasta que los dos e
nte comenzó a rozarse contra el colchón. Me obligué a detenerme y comencé
ndo dirigí mi atención a sus pechos. Eran tan sensibles que a veces podía hacer que se corriera, simplemente jugando con los picos duros. Pasé mi mano sobre su estómago y gruñí ante el recuerdo redondo e hinchado de nuestra hija. Ella solo tenía seis meses, pero yo estaba lista para ver a mi ángel embarazada nuevamente. Saqué mis labios de su pezón y me arrodillé, luego envolví sus piernas alrededo
rodé sobre mi espalda para enf
ía hecho un desastre en las sábanas. Mis ojos se posaron en el reloj y me sorprendió ver que dormí durante más de cuat