onios te crees pa
sona ordinaria podría tener tanta fuerza como la que él posee. Su mano sigue apretando
e pasar, pero lo único que se me ocurre es que esa familia está demente. ¡Muy demente!. Salí de los baños y corrí hasta el salón donde nuevamente el profesor me
pero le dije que solo estaba cansada, mentir no es lo mio, pero por su bien era mejor que lo hiciera bien si no tendr
Dalton aparece frente a mí ventana, estaba sonrie
stro vecin
uando siento que me mira por segundos. -Señor Hernández, no quisiera molestarlo, pero p
esto que
sin saber al demonio que acaba de meter en nuestro auto, el puede atacarnos en cualquier momento y dejar nuestros c
entrar pero Dalton lo entretiene conversando, y fue cuando mi cuerpo tembló con
cuanto t
e pronto escuché su voz a lo lejos llamando a mi padre y actúa como si nada hubiera pasado, era tan rápido que nadie, ni siquier
de mi -Hola. No creo que me recuerdes pero soy Antton, e
a de que actuará como si no me conociera, como si nunca antes habíamos cruza
a. -dijo papa
ntton -Será una hermosa chica cuando crezca. -mi cora
te. -Procuren no salir de noche, es
en cuenta se
jo que pensaba que estaba en mi habitación. Mi inseguridad de subir crecía ya que seguramente debe estar arriba, fue claro cuan
tarde cenando y viendo una película pero cuando me estaba riendo, escuché unos ronquidos, pa
la ventana se movió y fue cuando sentí que alguien se había sentado a
. -susurro con el
h!.
a mi corazón que no deja de latir alterado mientras trata de salirse por mi garganta,
rma extraña feliz por este momento, ¿Quién no estaría feliz de estar con un universitario tomado de la mano mientras
taba inmóvil porque temia despertar a papá y que
astigo me hacía recordar lo que pasó anoche. Inhalo profundo cuando su aliento quema
o que se refiere pero mi cuerpo arde como el infierno deseando que lo hiciera. Como dos aguj
ren
ongeló cuando e