ser confirmado el diagnóstico, pero no cabía duda de que se trataba de "coqueluche", una pertinaz infección a la que también se le ha denominado tosferina. Ya a la llegada del
darme alimentos, so riesgo de que se produjera una broncoaspira
ón denotaba el gran amor sentido. Sin que Mercedes pudiera oponerse, de manera obstinada mi abuelita decidió que tan pronto estuviese bien, nos iríamos a vivir juntos como la familia que conformábamos. En realidad ella tenía mucha razón, ya que resultaba una verdadera osadía habitar de manera aislada
El resultado era inequívoco. Se trataba de Tosferina, una muy contagiosa enfermedad producida, según dijo el médico, por un microorganismo llamado Bordetella pertussis. La cosa era más peligrosa de lo que se suponía. En los episodios de esa tos endemoniada, en muchas ocasiones se presentan períodos sin oxigenación, y si alguno de esos ep
me comenzaron a dar alimentos. Sufrí mucho durante aquel terrible desbarajuste de mi salud. Las crisis de tos se repetían constantemente, sobre todo por las noches. Aquello fue horroroso, al presentarse l
pirar. Mercedes, en su desespero, me cargaba agitándome por los aires; cosa que según los doctos en la materia es contraproducente. Ella no sabía más que hacer, además, el miedo la hacía actuar de manera violenta
coterapia administrada. A las tres semanas estaba curado y me llevaron a la casa de mis abuelos. A partir de ese día nos quedamos viviendo juntos, como debió ser desde siempre. El día que me dieron de alta, tanto mi doctora Francelina como Jesús nos acompañaron
nerme en el viaje, movía temblorosamente su pierna derecha haciendo que me divirtiera mucho, creyendo que iba cabalgando un brioso corcel. Yo le daba las gracias de inmediato haciendo unos infinitos "gorgoritos" que él recibía con en
l Creador por el milagro de que mi doctora Francelina y Jesús estuvieron junto a mí en todo momento, preocupados por mi salud y abocados en mi atención de manera desmedida. Me siento muy afortunado por eso. Puedo notar ese bello sentimiento en la manera como me tratan
to. Gracias mami, gracias por existir y entregarme tu amor asi como lo haces. Nunca vayas a olvidar, pase lo que pase conmigo, que te amo. Jamás olvides que por toda la eternidad te
vida. Mi mami llevaba varios meses muy emocionada, haciendo los preparativos para celebrar ese magno acontecimiento. ¡Dios mío, que grande estaba! El día de mi cumpleaños, en vista de que mi madre había
or ruido. Cuando repentinamente despertó y no me sintió a su lado, se ofuscó demasiado, se paró violentamente y por poco me aplasta; puesto que no sabía que estaba allí. Al verme, de inmediato me agar
detectar en esos instantes gloriosos de mi vida. Ya estaba cumpliendo el primer aniversario de mi nacimiento. Había crecido mucho, tanto, que estaba a punto de lograr otro paso más en mi desarrollo; ya había comenzado a dar pequeños pasos. Claro, mi mami me llevaba de la mano para evitar que me tropezara y me golpe
riendo la casa de punta a punta. Se asustaba mucho cuando tomaba algo y repentinamente quería introducirlo en mi boca. Saltaba desde donde encontraba para impedir que lo hiciera, y pudiera atragantarme o hacerme daño. Al hacer todo aquello, sentía que había aumentado mi independencia y mi curiosidad por explorarlo todo. Mi mami siempre decía,
. Era todo muy divertido, pero al mirar a los otros niños más o menos de mi edad, tímidamente comencé a interactuar con ellos. Mercedes charlaba animadamente con las otras madres; conversaban de temas inherentes a nosotros los bebés. Cada madre llevaba el amor hacia sus hijos a su máxima expresión. Era increíble cómo podía nacer un sentimiento tan no