s, Antonio, María, Josefina o Milagros; solo que el caso de Eugenio fue muy particular, ya que se trató del primer muerto de aq
iosos. Tras tanto barullo, después de tantas promesas, pensaron que de seguro todos saldrían a la calle a apoyarlos, pero se habían equivocado. Nacieron esas ideas del desconcierto que unas decisiones presidenciales habían originado y seguían motivando; pero el pueblo quería paz. A pesar de ello hubo muchas muertes. Víctimas que, como siemp
cordón de seguridad que estaba activo de manera permanente. Era gente tan leal, que fueron capaces hasta de dar sus vidas por ese gobernante. Significó algo que había ido más allá que un simple compromiso laboral. Simbolizó sencillamente lealtad; algo que modernamente ha quedado en desuso. En los años posteriores, cuando se ha de plagar toda la patria de aqu
arne de cañón a soldados engañados, después de ser testigo presencial y tener noticias de tantas muertes) se rindió, dejando perplejos a los otros cabecillas que nunca pensaron que se iba a entregar así tan fácil. Eso fue inexcusablemente lo que él siempre quiso, y lo que había planificado pacientemente en sus largas cavilaciones. Y fue eso precisamente lo que lo enviaría al estrellato años después, cuando llegó a ocupar la primera magistratura nacional durante años. Alcanzó
para que los ciudadanos pretendiera llegar tan lejos. El pueblo pensó acertadamente cuando sintió el repentino ataque militar. Aquel país tuvo miedo, no solo al atentado contra el presidente que ellos, en su mayoría, habían elegido para que dirigiera sus destinos; sino que tuvo miedo a que se atentara en contra de una libertad que, a pesar de todo; había sido erigida como una opción frente al despotismo militar que aún en el presente muchos recuerdan. Evidentemente que al igual que lo hizo el pueblo, los grupos poderosos de millonarios empresarios, la mayoría de los intelectuales y la iglesia católica, no estuvieron orientados a secundar e
legará por desgracia, el tiempo en que tildarían a sus adversarios (amantes de la verdadera democracia), de perversos violentos y asesinos despiadados. Se tratará de seres despiadados que condenarán a quienes verdaderamente amarán al país, catalogándolos de violentos. ¿Será tal vez que ellos llegaron a la palestra pública lanzando confeti
no se cansará de llamar violentos a sus opositores. Vaya qué ironías de la vida. Hablar de paz precisamente quienes se encargaron de sembrar odio durante tantos años. Se referirán constantemente a la paz, quienes habrán de incitar durante años al pueblo a sentir una animadversión enfermiza contra el capitalismo, agregándole a ese sistema la degradante coleta de "salvaje". Serán ellos quienes sembrarán en todo un conglomerado, la idea de que se deberá sepultar de manera taj
. La mañana estaba fresca y en el hospital donde prestaba sus servicios, durante toda la noche no hubo más que trabajo rutinario. Rutina y más rutina, la misma que llevaba más de diez años realizando en los diversos centros asistenciales donde había prestado sus servicios. Como no tuvo otra alternativa, decidió caminar. De pronto se vio atrapado en aquel barullo en el que se convirti