ry
le, caminé sin rumbo por horas, lloré hasta quedar seca por dentro, derramé lágrimas hasta que mis ojos me rogaron que parara, recordé momentos v
de llorar, dejé de last
n que pidiera un deseo mientras cantaban alegres al unísono una
¿Amigos? ¿Permisos? ¿Salud?
seé nada, no lo hice porque lo que deseaba que
e le pareció atrayente, él solo era un año mayor; era l
tar su invitación, me animaro
os, salimos un par de veces, me pi
por mí, por mi bienestar. Me procuraba todo el tiempo, era detallista, amable, me hací
, hasta que logré darme cuenta que, no porqu
ero no funcionó, no estábamos listo
mos a las p
jo le está absorbiendo el poco tiempo libre que tiene, me dijo que tenía que cubrir unos turnos extras algunos días para poder solventar los gastos de la semana aunque, siendo sincera, no siento que ha
e pensar que solo son excusas para no e
las cuatro paredes de mi habitación, que han sido mis fieles compañeras en mis momentos más bajos desde aquel día, le dan entrada a pensamientos
lía ser hace meses; aunque yo trate de convencerlos que todo está bien conmigo, que solo me siento un poco enferma a
ha repetido hasta el cansancio, pero... ¿para qué? ¿De qué sirv
nta de cómo me encuentro. A veces desearía que volviera a ser tan estricta y controladora como lo era antes, desearía que controlara mi
esfuerzo por estar cerca de mí, ¿Qué
s había podido ver desde hacía una semana, fueron a visitarme al hospit
amanecí en un cuarto de hospital, con mi mamá durmiendo al lado de la cama. No supe cómo fue que llegué aquí, las enfermeras nos dijeron que un hombre me trajo en brazos y les pidió que me dieran atención
le agradecí internamen
o de gustarse y pensar en salir juntos. En gran parte ayudamos Lilianne,
epente y sin preparación del terreno. Aún recuerdo la cara de pasmo que puso Brent al escucharla, aún recuerdo el color rojizo que tomó el rostro de la chica y
dado una oportunidad con ella y así poder conocerla, se merece se