yli
n baño, me recosté en ella y aún seguía oliendo a él. No sé cuándo se haya mudado a su otro departamento, tampoco sé
su ropa que, aunque estaba limpia, era de él y simplemente no la quería sobre mi cuerpo. Por ello fue que me tomé mi tiempo para secar la ropa que traí
tación, fue bastante chocante despertar en otro lugar, fue bastante t
erá difícil que consiga empleo y contraten a una chica de 17 años que nunca antes ha tra
no puedo mostrar mi mejor cara a mi f
ido de alguien llamando a la puerta me detiene. ¿Será el se
ecido a abrirla, descubriendo a Harry con uno de sus dedos al aire (lo cual me dice que estaba tapando el mirador co
ovecha para adentrarse y dirigirse a la cocina. Yo lo sigo de
egunto, enteramente
as que no venía para acá y cualquier cosa que esté ahí dentro pue
esto- Le digo, porque es la v
ibas a co
ño en señal de enfado. Él deja las compras, suspira profundo y voltea a verme de
n verdad está enfadado o solo está fingiendo; aún así, niego en respuesta, él frunce
Pregunto, más all
tu propia comida, ya que dices que no necesitas l
me lle
dinero?- Pregunta, pero parece que no necesita una respuesta porque ya la tiene. Desvío mi mirada al piso-. ¿Puedes o no?- Insiste, pero yo no
empacar y a acomodar. Él me va dando indicaciones de don
No, no quiero que me lo regreses, es por mientras consigues para mantenerte sola, no me lo regreses, no es necesar
n bueno conmigo?- Pregunto lo que pienso y des
sincero-, trato de devolverte por lo menos un poco de lo que tú hici
e hará se
do mi rostro por unos incómodos y confusos segu
un vuelco en mi estómago, fue extraño pero a la vez fa
is pensamientos, señalando el estante esquinero, voy hacia é
to a mis espaldas, bur
intento subir a la repisa, pero suelta una carcajada al ver que tampoco puedo-. Ni siquiera puedes subir ahí-
ilidad envidiable, guarda el papel de cocina ahí den
uy alto- Refunfuño, q
tú eres m
... esa mal
de alegría o gracia, para remplazarlos por gestos incómodos y
sayunar?- Pregunta, y le agradezco internamente que haya
ncogimiento de ho
os- Dice, para finalmente comenzar
mos a habla
*
orde de la desesperación elevando mis manos
e apresura a decir, tratando de calm
el puesto pero te tuviste que meter- Le
Refuta-. El encargado casi te p
ero- Bromeo, pero no sé
lgo receloso también a mi respuesta, mientras que en s
, pero puedo notar un atisbo de burla en sus
o, tratando de seguir su juego, pero al juzgar por
y fanfarroneo por uno de incomodidad y seriedad. Aprieta sus labios levemente a
segundos antes de volver hacia el frente-, no nos conviene- Continúa su frase, pero ésta vez habla un poco
en eso y el silenc
r, no hay ningún problema, pero yo no voy a
stás am
o como
y me cruzo de brazos
callados po
ceptar- hablo- el
s ojos s
ara de d
e y a
ilencio reina
¿No tienes que
e no pasa nada- Me dice y yo asiento
Pue
Bien, entonces vamos al centro
aso nadie
íe por
oma-. Pero es entendible, ¿Qu
no logro entender su come
lo?- Pregunto, mir
r- Aclara, haciendo una señ
Le corrijo, a lo que él rueda los o
pijama. Yo no te cont
e, pero solo recibo otro
a- Contesto finalmente,
casa, si quieres
, tajante ante su proposic
n leve r
saber e
a él no le queda nada más que asenti
ras me regala una pequeña sonrisa-
er, le intento devolver el gesto,
do y las charlas de las demás personas en el centro comercial, solo se siente el
o con la confianza suficiente como para contarle mis males y pesares. Aunque la relación entre los dos haya cambiado un poco y sea un tanto más amena a
cerme olvidar los malos ratos con sus bromas estúpidas y su humor raro. Pero aun así, a pesar de todo lo bueno, no puedo dejar de desconfiar, no puedo dejar de estar alerta, no puedo darle la espalda sin ten