a Alejandro, pero pronto me di cuenta que no
a mental
vias razones se encontraba vacío. Cuando estaba por vencerme recordé que dijo que no era el único gru
ero la verdad
gaba un escote en V y una falda ceñida. Sonreí con picardía para mis adentros. Después de que ese idiota c
eras y mis brazos cruzados elevando más mi pecho.
a ch
idos y congelados. Los más valientes me miraron de arriba abajo con
estima se elevaba con cada bocanada de aire que ellos no
frente se perlaba de sudor y se agarraba con fuerza a los bordes del escritorio. Estaba mareado,
ncontrarlo? -lo miré a l
e veces hasta que uno de sus compañeros le
con voz de preadolescente del otro día-. C-cre
o. ¿Cuántos g
pregunté menos seduc
ó su compañero mientras s
dorables conejitos; ellos en definitiva lucían tan a
importe que esp
rio, que estaba segura, que Alejandro ocuparía cuando llegara, me giré y guiñándo
uando quien sería el primero en responder, porque ese se
no lograra hacer que ni pestañara cuando me viese, pero más odiaba esa aura de intere
además de este. Y ahora dirige el grupo de tutorías -
buscaba cuál sería mi próxima pregunta entre las muchas que tenía. Alguien ahogó un gritico sacándome de mis elucub
esidía el de biología per
ca -puntualizó el que estaba
rechazaron -expl
in parar de sonreírles. Descrucé y crucé las pi
s días a las si
as a las cuatro, ni
rgico a
ita cuando es
la puerta del salón. No sabía cuánto escuchó y no me importaba. Tenía una mirada furiosa. Por menos de un segundo no estuvo mirándome a los
e a mí, solo
eptado
con una camisa verde botella manga larga. Unos pantalones negros clásicos y u
erándote -l
-preguntó más frío
ra para saber de las tut
rada de Alejandro, se apresuraron a disimular y enterraron sus caras en los libros, justo como habían estado cuando llegué. Se acercó al escritorio pero no quedaba
genda y un lápiz. Anotó algo
artes, jueves y viernes. Así que nos r
s? -pregunté con s
otro suspi
ará evaluándote los días martes, así que podré prepararte el lunes. Y con el profesor Ortega, que te dará Matemáticas 2, tendrás clases
bastante, ¿no? -estaba s
eron. Señaló el papel que aún tenía en mis manos
irle. Me encontraba herida
lamó
lentes y vi que sus ojos eran de color azul, contrastando con su oscuro cabello. Fue él q
eñaló con su cabeza para que me bajara del e
s? -pregunté
espond
o. ¡Lo
si sigo aquí sentada -los chicos
u orden fue seca y caren
odio
as mágicas -le recordé d
una sonrisa brillante por sus aparatos en los dientes y bastante hipócrita, que aun así m
bajarse del escritorio y permitirm
el lápiz en el
a...
e si te enseñó modales -
as me dio un escalofrío por todo el cuerpo y sentí como esa oleada erizaba todos
rompió el contacto, yo no
él me molestaba a mí. Con deliberada lentitud lo fui a colocar en su mano, solo para retirarlo en el último segundo
llamas? -l
-respondió
coloqué el lápiz en el bolsillo de s
Una vez más victoriosa, porque ahora sentía no seis, s
a victoria sobre el idiota del Hottie. Estaba llegando al estacionamiento dond
ales de tamaño, separadas y en mayúsculas adornaban la sencilla hoja. "Cal
ula cayó
ción de
na zona residencial que no se encontraba ni cerca de la universidad. ¿P
n rápido como se produjo, pero cuando no pude hacerlo, solo me aferré a la idea de que mis encantos si le estaban afectando, y que esas mariposas en
*
-preguntó mi herma
con él los lunes,
Tendrás matemática todos los días de la semana. Te pudo
me llegó como
hijo d
ada entrante de Taylor y el ridículo ringt
roo
ono que sabía que ni Ryan ni yo podíamos resistirnos. Y después de lo pasado esta primera semana y sabiend
que escuché los suspiros de mis compañeras de pisos a través de mi puerta cerrada. Él entró com
aún no me había puesto mi vestido
a gran c
os combinábamos el vestuario para las fiestas
preguntó mi hermano aún c
o -respondí-. ¿Qué
de la morena y la pelirroja.
alguna parte de
cerán vírgenes hasta que me muera -llevó
r, aunque no me exhibiría desnuda en su presencia, estar en ropa interior era común entre nosotros. Un
s brillantes en los bordes, me llegaba a mitad de las piernas. Mis tacones plateados generaban
-me halagó dándome un bes
s la palabra
suspiros siguieron su caminar y unas cuantas se atrevieron a lanzarle unos piropos. Las que aún no sabían que
e el follase con cuanta mujer se consiguiese, pero si alguna de ellas se atrev
cupé; sé que en algún momento lo veré enamorado y felizmente casado, pero pude intuir que la que haría posible eso no sería Melissa; y no me
o estaría más que lista para defe
s padres. No fue fácil para ninguno de los dos, y cada uno salió de esa etapa con sus propias cicatrices y cargas;
ien? Luce
ue pensaba en
eg
ro a veces los extra
los ojos-. Yo nunca te dejaré, ¿lo sabes verdad? -Asentí dándole una tímida sonrisa-. Entonce
cería o fies
sea familia de Psicomelissa -reí por el
igo en esta sequía rec
una sonor
si iba de fiesta podía tomar. No podíamos tomar los dos, porque uno siempre era el conductor designado del otro; pero ambos podíamos ir de cacería como hoy. Si e
ituto, así que para esta altura ya sabí
y a clasificarlos. Después de una hora reduje mis candidatos a tres: el rubio que resultó ser un muy divertido conversador; el jugador de Futbol que no era muy inteligente pero tenía
elirroja que lo esperaba cerca de la puerta, inclinó su cabeza mientras sopesab
ilidad y más divertida agregué-, pero creo que deberías irte dos horas
irar a la pelirroja y con una sonrisa lujuriosa asin
or favor de que hayan de mi tipo -dijo Nicole sent
as? -pregunté miran
erada-, parece una fiesta anti LGBT. ¡
aquí hay lesbianas solo
icas que quieren ser hombres -explicó-. Y tampoco quier
su lado y la env
estado conmigo. Te aseguro que con u
ntos niveles me resulta eso ofensivo
ncipessa. Vamos a b
arecer entre las personas, no sin antes observar como T
no de piel achocolatada entregándome la
ondí dándole u
como quien no quiere la cosa, pero yo sabía a dond
bastante grande e impresionante. Pertenecía a una de las fraternidades de la universidad, alfa algo o beta algo, ni idea, ni me importaba. Tenía dos pisos con más habitaciones de las que pude contar, tres baños solo en la parte de abajo y de seguro muchos más en la parte de arriba. Su jardín delantero lucía pulcro y sereno, era la fachada que exponían al público,
or lo que apenas lograba ver sombras en el piso por donde pasaba. Al final del patio, estaban unos bancos de madera alrededor de una pequeña fuente. Nos sentamos en uno
razo sobre mis hombros y me comenzó a frotar mi piel fría. Esa sensación de frío y calor me recordó cuando el Hottie me di
frío? -me
mi cuello para él. Le di una pequeña sonrisa y m
no t
e su dedo rozó mi labio inferior. Me permití entreabrir mis labios solo un poco y dej
n el mismo fervor. Sabía un poco a licor, pero lo suficiente para que el sabor fuese agradable. Cuando su mano terminó de trazar mi cuello bajó por el brazo hasta m
a hacia atrás comenzó a dejarme un reguero de besos húmedos por mi cuello.
das sobre él, mi vestido se había levantado un poco, pero estando en esa posición
gió por las caderas y me acercó hasta su erección que a pesar de las telas que se interponían, se sentía grande, dura y palpitante. Sin ningún tipo de castid
e corriente por todo mi cuerpo. Bajó mi escote y liberó a uno de mis pezones antes de hac
ión al tiempo que clavó una mano en mi
hasta el frente. Cuando tocó ese pequeño botón rosa dentro de mí, dejé escapar un pequeño grito y me s
pies y subir por mis piernas para encontrarse co
ración; su mano tibia tocó mi frío seno y mientras apretaba, tensaba mis músculos para liberar la presión y el calor que se acumul
voz sexy y ronca que ya conocía muy bien y clavé mis uñas en su pecho, imaginando q
orgasmo con la imagen de Alejandro
caba d