spuesta a mis dudas
nte solo... -o eso creía yo-. De reojo logre observar una sombra que había pasado velozmente por uno de los bancos de ese desolado parque. Una sensación de miedo me abrumó,
das mis fuerzas, ellos venían de una manera muy serena, casi que caminaban sobre el aire. Logre contar unas
que esas sombras me agarraran e hicieran lo que querían hacer conmigo, baje mi cabeza y con la mirada al suelo, cerré mis ojos y espere lo peor. Después de un rato, -no s
rían volver en cualquier momento o peor aún podía parecer algo peor. No me sentía se
te, pensando en cómo se habría estado sintiendo Alice, sin saber de mí, capaz estaría hasta aliviada de que ya no estaba haciendo de su vida una total desgracia, peleas a diario por
vida antes de toda esa situación tan desesperante, quería volver y enmendar mis errores, pero el hecho de ni por lo menos saber dónde me encontraba, o si ya había muerto, me llenaba
a mí mismo que esta vez lucharía por mi vida o por lo que quedaba de ella, no tenía miedo a lo que se presentara. A lo que le tenía verdadero pavor, era a no saber a qué me enfrentaría. ¿Volverían las sombras? -me preguntaba-, estaba dispuesto a combatir y estaba armado de valor, el sufic
voz muy fuertemente para por lo menos intentar espantar esa sombra, sabía que era tan inútil, como mi manera de racionar en ese momento,
odo y si mi destino ya estaba escrito, y debía morir ese día, pues lo haría luchando. La sombra estaba co
sapareció de esa manera tan extraña?, volvían preguntas a atormentar mi mente y sin respuesta alguna, ese me hacía sentir más confundido. En ese momento yo dudaba de mi propia existencia y de que si aún seguía vivo o estaba muerto y en una especie de lugar transi
e sin cara, -este lugar se tornaba aún más misterioso-. En el suelo había una inscripción en una lengua que no