A RA
uerte timbre de la puerta. Comprobé l
ar de los vecinos. A veces llaman a casas al azar y vende
cidiendo dormir más ya que anoche no dormí mucho porque estaba ocupa
e mis párpados, al pensar que me engañaba
no lo
cho daño a nadie para merecer esta bofetada. Me que
Pero, las lágrimas comenzaron a brotar como la lluvia mientras me mordía el labio
l timbre de la puerta
nca que estaba sentada en el reposabrazos de uno de los sillones de una esquina de mi habitación y me la puse para cubrir mi ropa in
ver mis ojos hinchados e inyectados en sangre mirándome, con
ente en mi armario y cogía unas toallitas de maquilla
me pregunto por qué aún
rgas, pero entonces los pensamientos cruzaron mi cab
lir a toda prisa de mi habitación. Bajé con cuidado la
mbros anchos, que casi ocupaba toda la puerta. Su presencia hizo que mi corazón dejara
odavía sorprendida de que este hermoso hombre con los ojos azules más hipnotizantes que he visto nunca, con el pelo negro azabache despeinado y prob
hacer que cualquiera se acobardara. Sinceramente, me siento intimid
iopelado acento me hizo retorcerme por dentro. Por alguna razón, me
esto? Es extraño. Me s
darle en esta mañana tan temprana? - Respondí con voz monótona, mostrando to
ríamente. Su tono gélido me provocó e
eí que me había golpeado en la cabeza con un martil
or haber perdido el control tan fácilmente. Me tapé rápidamente la boca y me sentí avergonz
a sonrisa malvada se abrió paso en la co
y poco intimidada, agarrando el pomo de la puerta en caso de que cometier
ando, o dentro de tu casa, que ahora está bás
n chillé de sorpresa, el m
a casa la suya, mi padre probablemente debía más de lo que valía la casa. Estaba tan atu
endo mis pensamientos. Rápidamente cerr
gritarle, pero desvié los pensamientos y pensé en la situación. Parece el tipo
o aquí antes. Parece inmaculadamente perf
ba en mí. Me sentí enfurecida cuando reclamó escandalosamente nuestra casa como suya y se pasea por mi casa tan cómod
¿qué m
pudiera intimidarle. Él sólo me lanzó una mirada gélida y sentí