apenas salió de la importante junta no
como era conocido en la élite de los CEO's, se aflojó el a
ió a su asistente quien lo a
llam
-dijo con desdén tomando l
rió y devol
se encargaba de contratar alguna mujer para su jefe y l
xual como tal no era la razón principal de su ob
tinto, uno tan básico como comunicarse a través del sonido, su sed de sentirse satisfecho era solo l
recía estar bien con sus respectivas reglas, no besos, no sonidos, ni caricias, solo su placer propio, pero nada salió com
el temor. Primero fue una bofetada que hizo sangrar su labio, Laura gimió de nuevo solo que ahora de puro dolor, Estef
querer a Estefan, otras más únicamente hacían su trabajo y se iban. Aunque los golpes eran algo que sabían qué podr
en Londres y el soltero más cotizado. Incluso para Glenn, su asistente, era un misterio el acto que practicaba su jefe, ¿A q
mente escondía el CEO de Play G
horas
muchos cl
e ponía crema en su cuerpo semidesnudo,
os quieren ser fieles o no tiene suficiente diner
ota, apenas si nos queda dinero para las compras y el alquiler, Br
arlas trabajar, era un robo, lo sabía, pero qu
en la miserable vida que llevaba. Mónica caminó hacia
turno? -preguntó la castaña vi
jeron las chicas. -Hana se encogió de hombros restándole im
a se puso pensativa trata
abrió sus ojos, sorprendida, ella not
malo, solo es que habla
? -pregunt
í es que el tipo tiene gustos extraños, no le gusta que lo toquen o be
a ponerse el vestido rojo y corto de holán que ese día
hasta que la garganta me duela? Es tan asqueroso y fastidioso, más
hombro, al menos tenía el consuelo de q
emos para cenar. -Hana asintió tom
n un poco de prisa mientras se pein
u vecino la hicieron parar-. O
ntió, claro que sabía, él era Luc
o no estar segura, no quería que pensara que sabía todo de él, cuando
mbre... Hana. -La azabache
rde se propuso hablarle por primera vez no creyó que llegaría tan lejos, incluso creyó que la hermosa chica del apartamento 7b jam
yudándose a sostenerlo con su hombro, mientras le señalaba el reloj de su muñeca y le dedicaba una mi
rnamente su mejilla, no dijo nada más y siguió su camino, mientras el chico a su espalda sonrió como un to
o a la azabache de pies a cabeza-. Anda ve c
rada lujuriosa de su proxeneta, caminó de pr
ápidamente las instrucciones que debes saber, no tenemos mu
s pastillas y sacó uno
-Al escucharla, Hana guardó de nuevo los condones sin comentar nada al respecto,
oquen o hablen y por tu bien a la hora del sexo no digas nada, absolutamente nada
hago? -Hana se at
a azabache tragó grueso mientras
á y espera al señor Santoro en su recámara, jamás hagas algo sin su permiso
, se adentró a su recámara donde ya se encontraba la chica que había pedi
ás porque el rojo era su color favorito. Caminó en círculo hasta posicionarse detrás de ell
a era recta y miraba hacia enfrente, viendo particularmen
ir que la chica era muy atractiva, levantó su rostro tomando su barbilla, solo u
to. Estefan siguió observando cada detalle, deteniéndose particularmente en aquellos carnosos
olo le bastaba con tener un cuerpo cali
al notar que ya había perdido dema
xtraño y bajo su mirada inquisidora. Estefan estaba disfrutando
cansarse al respecto y ella se encontraba tan dispuesta a hacer todo lo que él iba a querer hacerle, su vientre esta
ando Estefan alzo la mano y la detuvo negando, Ella entendió el m
te -Orden
ra era el turno de Estefan para desvestirse frente a ella. Tenía que admitir que esa,
tras no dejaba de mirarla. Se preguntó por qué un hombre así tenía que pagar por un ser
e ya era mayor y no porque lo pareciera sino porque esos ojos negros sádicos
iernas. -Ha
. Palpó con firmeza una de sus piernas deleitándose con la sedosidad de su pi
su parte-. Buena chica. Veremos que tan fuerte eres, no se te ocurra soltar ni
pequeña prenda que la cubría y entró en ella con un poco de esfuerzo. Hana tuvo qu
rá fácil, pero agradezco tu esfuerzo -dijo en el momento
expuesta y placenteramente a un placer que extrañamente no había s
ientras movía sus caderas de manera errática. Como reflejo, Hana echó su cabeza hacia atrás a
Esto tenía que ser una broma, nunca había sentido placer,
o en s
tratar de resistir a toda costa, que algo fuera a salir de su boca. Santoro
Estefan decidió que era momento de ponerle más ritmo a sus movimientos y así lo hizo. Tanto fue la abrumadora sensación que le
bre, según lo que contaban de él y después de eso los azotes sobre el sillón, pero lo que jamás esperó
esta vez, pero Estefan quitó
on sus pupilas dila
ero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Estefan empezó de nuevo, aún más rápido. No
a recostarla en la cama poniendo su oíd
imaginado y era ponerlo aún más caliente de lo que ya estaba,
idió cuando estuvo
mo tiempo. Estefan ni siquiera se detuvo cuándo acabó y empezó a moverse de nuevo
i se tratara de una auténtica locura-. Ti
pidió y
dida noche si sigues