da, de los altos y bajos, de cada paso seguro que hemos dado y las caídas que nos ha tocado soportar, por ello, los sentimientos son como la tierra, cultivables, deben ser cuidados y reforzados con de
e un huracán y la furia de un terremoto juntos, dejando sólo devastación a su paso, dolor, angustia y sobre todo pérdida, la pérdida lacerante que no se calma con nada, el sentimiento de abandono que no le abandonará por un tiempo, incluso las lágrimas de duelo, porque más que perder a cualquier persona o cosa, nada como el dolor y desdicha d
de mantenerlo a salvo, no quiso hablar con nadie, no escuchó palabra, una vez Vincent había sido conducido fuera de su habitación de