Macarena nunca iría porque cada par costaba lo mismo que el alquiler de su piso
del Barrio! ¡Te compraré un par d
tono rojo pero con diamantes incrustados en las orillas. Y unos hermos
r que aquel desconocido le compraría unos tacones que ni en sueños pensó us
osos! ¡Grac
que siempre se sentía intimidado por ellas ya que, apenas lo veían, sentía que éstas lo juzgaban duramente con tan solo una mirada. Pero Macarena era diferent
chard. ¿Y tu
aca
mos a cenar. Tengo una ofe
uesto, señ
ribir aquí. Solo decir que era muy chuchi, donde sirven caviar y platillos hechos con carne de unicornio o algún se
fuese un esperpento. Pero luego se fijó en Richard, quien estaba prolijamente vestid
eserva! Permíteme mostrarle el mejo
a iniciar con las bebidas, así es q
guida,
pocas personas, pero todas ellas estaban bien vestidas y elegantes. Cerca de su mesa, vio a una dama con un vestido negro al cu
rvió primero a Richard para que lo d
Dime, Maca
dió Macarena, saliendo
co de vino a la
guida,
én tuvo su vino, ambos bri
oñado – dijo Macarena - ¿No ser
o en pánico – en realidad, estoy compensándol
ción siendo una desconocida. Macarena, por su parte, lo miró expectante para saber qué más que
d dio un suspiro y decidió sin
EO y pertenezco a la Asociación Cultural de
mores. Pero no l
es de avances en nuestras empresas... y relaciones amorosas. Y estoy en ma
qué l
elación prohibida" y consumar nuestro amor. Ese tipo de romances es lo que más atrae a la
todo cuando ni siquiera sabía quién era. Así es que esperaba que ella lo vier
arena cruzó las piernas, las frot
uscando un puesto de secretaria porque
e lástima a su futuro novio millonario. Y, de paso, largarse de ese lugar tóxico, lleno de cliente
no, tropecé y derramé la comida a un cliente. El jefe me despidió y ahora vivo en una pieza de una residencia de mala muerte. Pero si sigo así, terminaré viviendo en las calles. ¡Ay, con lo difícil que es conseguir trabajo! ¿Q
n! ¡Es la sumisa perfecta!"
que te den el puesto de secretaria. Les hablaré muy bien de
ad harías
haberte chocado. Y a la vez, me ayudarás a
ato h
ras cenaban caviar venido de las místicas tierras de la India,
sto, pero no importa. A estas alturas, no me conviene ser tan exigente. Por lo menos está guapa, qu
mporta! Lo que importa es lo que lleva entre sus piernas... y sus bolsillos. Se ve algo
de las manos. Richard la acompañ
nerosidad, señor Richard. Maña
ena. Hablaré con los de Recursos Huma
ar de la alegría. Todavía no podía creer lo que le acababa de suceder, pero sucedió. Y es