trar a la casa de los O'Connor. No habíamos tenido tiempo de bus
mucha gente, seguramente esta noticia no había pasado desapercibida, menos en Brai. El que nos recibió f
n. Mi esposo y su medio hermano mayor se fundieron en un cálido abr
y nos guio hasta el estudio de Rick. Varias coronas y flores decoraban
ahora tenía la paz de aquellas personas que habían cumplido con su ciclo en la vida. Al verla, Kentin llo
mos. Nos retiramos del estudio de Rick y caminamos
a muerte de Mae nos había tomado por sorpresa cuando Thomas llam
susurré, mientras nos sentábamos en el sofá don
trabajo? -preg
a hemos embargado cerca de quince casas por faltas de pago y hemos subastado otras cinco.- le conté-. Luego vienen al estudio a
l su
pagar parte de la deuda que adquirí cuando quise re
su adorada Harley-Davidson, en la cual había pasado los últimos diez añ
ujeres, metros para mujeres... Así que decoramos todo cómo ella quiso, pero luego tuvimos un problema con una de las clientes porque, según ella, "los hombres no tenían derecho a usar la misma puerta de entrada y de salida que ellas, que eso era micromachismo". En fin... Nos demandó y exigía una c
algunas personas. La idea del sector femenino estuvo buena, pero una cosa era velar por la seguridad de la
ción para fumadores -continuó. Aunque al parecer, la nueva sección no compensaba los gastos-. Así que tuve que ve
bajaban por la escalera en compañía de Lola
ciano empezó a llorar. Ver a Rick de esa manera me partió el corazón y dejé
que ella, estoy más enfermo y débil -sus
en la vida -le dije mientras le tomaba las manos, Rick era cómo un abuelo para mí. Tho
homas mientras me ab
rré. Lola me dio un
aridos, Annie -dijo Lola. Fionna se movía
a una niña hermosa, había heredado el cabello ne
la que le quedaba libre-. Lo lamento mucho, querida. Esas cosas suelen suceder
no me desespere, que aún soy joven y q
me para llegar al baño. Llamé a Kentin a los gritos. Se levantó de la cama y acudió a mi llamado; me dijo de ir al hospital, pero cuando estaba por levantarme un dolor fortísimo me atravesó el vientre y sentí como mi hijo abandonaba su sitio. La depresión que sufrimos mi esposo y yo
celestes verdosos, le hizo una morisqueta y la ni
ba a Fionna en brazos y la cargó-. Pero
acercó a su abuelo y repitió el gesto Finalmente rodeó con sus brazos a su padre y saludó a
su hermanita menor. Gaeil se
urso -dijo Thomas, pero
a gente. Cómo la casa de los O'Connor era pequeña, tuvieron que depositar el ataúd de Mae en el
o cuando todos estuvieron quie
ses y la abundancia, el esfuerzo y los dulces frutos del trabajo bien hecho. Y el día de hoy, debe estar gozando de la gloria de Dios, de haberse reencont
o pudo. Me miró suplicándome ayuda, y yo acudí de inmediato, T
no llorar esta dolorosa pérdida, a ella le gustaría que hagamos todo lo posible para continuar con nuestras vidas con normalidad, con alegría y pensando en el mañana -miré a Kentin que seguía con los ojos rojos y G
ron el ataúd de Mae y lo depositaron en el coche fúnebre. Con lentitud nos movimos a los autos, Kentin
e salíamos junto con la caravana. Kentin no paraba de
-dijo mientras se secaba las lá
cuarto de hora en silencio, llegamos al cementerio de Brai, b
lo tomé de la mano y caminamos juntos hasta el coche fúnebre, los cuatro hombres O'Connor tomaron
cuidado subimos por la colina hasta la parcela de Mae, una lápida
uno vive, sino lo q
ó, lentamente el ataúd empezó a bajar hasta que tocó
lágrimas y me mir
omar café por las mañanas y dorm
ndo lo escuc