a capacidad de generar un inmenso terror en el chico: los payasos. Era lo que sentía al adentrarse en aquella enorme feria a la cual la misma Isabel le había recomendad
do preguntar –o al menos intentar hacerlo con su discapacidad– en diversos lugares de la feria, en puestos de comida rápida e incluso al encargado de los repartidores de globos, pero todo aquel tiempo,
alguien. ¿Era eso un motivo de mofa? Nunca había conseguido una persona que pensara que no era así. Por el contrario parecía que tod
ico se hubiese sentido cómodo haciendo amistad. Subir y bajar, entrar y salir de las apps una y otra vez; eso hacía cuando la ansiedad parecía amenazar con aparecer... pero entonces sintió un impacto frente a é
do? -expresó el sujeto con voz gruesa-. ¿N
te para abrir su bolsito rápidamente y buscar el pequeño block de notas que
uego mostró el mensaje
ejante incidente! D
s amigos negó con la cabeza antes de bufar-. Lo
a en aquel lugar. Esta vez se trataba de una chica de baja estatura. Bas
culpa se me derramó mi gaseosa -explicó rápidamente el sujeto a qui
e la culpa de ser así y usar eso para hacerlo sentir mal es algo muy bajo -parecía enfadada, paro aquel gesto cambió al ver al aparente culpable de
te impregnados en su rostro, sin embargo este no se desprendía del suelo. No sabía
-Kris soltó una leve risita antes de extender la mano al castañ
to mucho los inconveni
ba demasiada inocencia. No obstante, por lo ocurrido previamente, era probable que no fuese exactamente inocente. Por otro lado se encontraba dando vueltas aquel comentario. Lo había visto, presenció aquel enorme cartel promocionando b
e tener que decir una sola palabra. Caminando con tu gran altura y rostro angelical. Desfilando y mostra
ro ahora solo quedaba el recuerdo nostálgico y el dolor. ¿Acaso el destino podía darle la espalda de una manera más evidente? Sus puños se apretaron c
el resultado de ver la mirada incriminatoria que la chica le propinaba-. ¿Qué? Sabes que no pu
a chica de cabellos naranjas mirando a su amigo
retó los labios comenzando a recordar lo molesto que resultaba ser
an su rostro de forma notoria. Se trataba de un chico bastante rustico y de complexión fornida, aunque solía preocuparse por su aspecto al punto de llevar múltiples accesorios consi
existían para asegurarse de que su vida fuese un mismísimo infierno por el simple hecho de no poder p
que continúes discutien
na. Era fácil impresionarse con lo rápido que
que mejor me iré. Ha sido
ojos sorprendido. Quiso reaccionar pero la mirada de esta no se despegaba de él. Un gesto le indicó que esperaba que le colocara
l pelinegro-. ¡No
tacto-. Ah, Isaac, dejaré además un número extra de un viejo amigo que tengo en 'Stars Models Academy'. Simplemente
tía confiar en nadie luego de saber lo ocurrido con Tatiana. ¡Ah, sí! ¡Un gran altercado que había marcado demasiado a la joven estrella! Pero... ¿sería buena idea acudir a aquel lugar que esta le había sugerido? Él como un mo