verlo vistiendo unos vaqueros rotos y una franela bastante común? Parecía ser un chico con mucho dinero y el cual simplemente vestía prendas de etiqueta, pero estaba a punto de salir a cenar con algui
gar en el que antes había sido cautivo. No podía irse con las manos vacías, pero tampoco había tenido much
minutos más temprano. La plaza se encontraba igual de concurrida incluso al verse la puesta del sol. Quizá era cierto lo que había escuchado; la ciudad cobraba vida en la noche. Incluso parecía que existía un mayor número de personas fuera de su casa durante la puesta del sol qu
. ¿Cuántos autos tenía para sí mismo? ¿De verdad se trataba de un sujeto adinerado que podía hacerle lo mismo que la dama que tanto daño le había realizado? La cantidad de dudas e inseguridades que cada suceso vivid
uriosidad simplemente hacía de las suyas y le obligaba a mantenerse allí y esperar lo que esa supuesta noche diferente le aguardaba. ¿Acaso no sería un momento donde estaría protegido por todos esos astros celestes que en su momento fueron t
er que pensé en la posibilidad de que finalmente no vinieras. No todos son capaces de aceptar la invitación de un desconocido -en esta ocasión no era muy diferente, aunque en lugar de ir vestido semi formal se encontraba un poco más deportivo. Un suéter holgado y
se-. Pero creo que puedes ser alguien de fiar -las señas hicieron que Agony alzara una ceja, eso o simpl
mirar las estrellas en aquella plaza que cada minuto se llenaba de más vendedores y personas. También estaban los típicos músicos desconocidos que se reunían a tocar su música a cambio de las prop
le permitía vivir por algunos años más. El castaño sabía que su tiempo de vida estaba contado y no era exactamente mucho el que le quedaba por delante. Se había convencido a sí mismo de que debí
entro del automóvil era simplemente incontable. ¡Incluso tenía televisión! D
ir-. Sí, es cierto que he leído tu currículo, pero creo que un poco m
chico extremadamente introvertido por todo lo que había vivido previamente. El joven de mechón púrpura observaba sus manos a través de
stante espontáneo. A juzgar por lo poco que Isaac conocía de él era capaz de preguntar incluso el
a el caso. Lo que sí ocurrió fue que la saliva del castaño se cruzó por un lugar indebido en vista de la impresión ocasionando que comenzara a toser. ¿A qué demonios venía sem
las era la completa y absoluta evidencia de lo que sentía. En ese momento simplemente deseaba realizar el característico gesto de los avestruces: esconder su cabeza debajo de la tierra. Sin embargo, no era algo exa
cer eso simplemente le reste sentido a la celebración -Isaac le oía, pero simplemente no estaba prestando atención a nada de lo que el chico aparentemente mayor le decía. ¿
enido lugar. No fue capaz de conectar la mirada con el contrario en ningún momento y, por supuesto, tampoco realizó ningún tipo