* * * * * * *
* * Lorey *
e colocarme el par de pendientes que h
frente a mi espejo
Jake. Tres años que, si bien no han sido
adena -digo al darme cuenta de que aĂşn no me la habĂa puesto; asĂ que me dirijo a mi armar
o deberĂa-. Veamos... -susurro al tiempo en que me la voy colocando-. ÂżCĂłmo era esto? -me pregunto al tener dificulta
ablo a mi reflejo-, ya estás lista -sen
daba la prenda; me gustaba el peinado, el maquillaje suave y, sobre todo, amaba los preciosos stilettos que habĂa
a mĂ, verdaderamente aso
as 7 de la noche y eso solo significaba una cosa: Jake ya estaba por llegar en cualquier
he tan especial. Cuando llego a ella, lo primero que hago es tomar el encendedor que habĂa sobre
y rocĂo un poco más de ellas en el camino que conduce a las escaleras rumb
l control de nuestro equipo de sonido para encender
sperar a que Jake llegue a casa pront
n que sigo de pie frente a la puerta-. Ya debe estar por llegar
inutos, vuelvo
; asĂ que, instintivamente, camino hacia la ventana
etrasó en el trabajo», pie
o algo?», me pregunto en s
su celular ha de estar sin baterĂa -formulo-. Por eso no llega aĂşn -señalo-; además, no es la primera vez que le pasa -deter
nmediato, voy hacia aquel y marco al nĂşmero de celular de su mejor a
ien y puedo reconocer s
noche -la saludo
aluda animada-. Dime,
oy bien -le con
esponde sincera-. Entonces
rĂa saber si Charles y
ta amablemente-. ÂżQuieres hablar
si Ă©l sabĂa algo de Jake -le preciso apenada-. AĂşn no ha llega
ide; y la lĂnea se queda en silencio
inamente; y me doy cuenta de que ahor
stoy -me apresu
Charl
sé -lo i
o usar aquel tono de voz me recordaba, una vez más, de que yo era una de las
, aquĂ
familia -informa un tanto molesto-. Di
lo lamento,
rey -interrump
a preguntarte si sabĂas algo de Jake -articulo-.
ado de diversiĂłn-. Pues te voy adelant
malo en el trabajo?
nada de e
-siseo sin s
orey -menciona-. DeberĂas dejar de estarlo con
no es por controlarlo
y -replica-. Deja de hostigar a
onfundiendo las cosas. Yo solo querĂa
-. Deja de hostigar a Jake -manifiesta c
mente y un tanto preocupada
tà -añade al inter
resuro en responder
arte) da por terminada la llamada, ya que puedo empezar a escuchar el pitido del teléfono.
pasarle sus propias quejas y, por alguna razĂłn, Jake siempre terminaba por creerle a su amigo. AsĂ que, si ahora Charles le decĂa algo sobre
fono de mi oĂdo para colocarlo en su lugar correspondiente-
iĂłn de esperar -preciso; y decido ir a sentarme en el cĂłmodo s
sĂ), pero, a pesar de ello, tenĂa que intentarlo. No
erar a mi marido-. Solo una vez más -repito; y después, solo me dedico a escuchar la