a obsesiva y perjudicial se instaló por completo en mi cabeza, necesitaba s
, unicamente queria protegerla, solamente quería estar seguro de que se encontraba bien y de que mi hermano estaba completamente alejado de ella. Y fue así, me dijo que Elisabeth estaba mucho tiempo en la villa que le había dejado su padre, aquel lugar era enorme, l
ma y quizás por eso ella a penas la dejaba sola, solamente para hacer de vez en cuando
s veces como sería mi vida si ella hubiese decidido darme una oportunidad y empezar de verdad algo especial conmigo, pero nuestro final había sido muy distinto. Amargo y muy doloroso. Pero ella me había enviado aquella rosa y deseaba con todas
s de la ciudad y el que más me gustaba también y conduje por la autopista a toda velo
ual de grandes e impresionantes, y con el mismo tono de blanco brillante. Pero después de diez minutos dan
sistiendo varios minutos, hasta que al fin una vo
er a Elisabeth, soy
ha salido un momento a
imadamente c
a punto de volv
gunté con curiosidad, no tenía
me encargo de los c
va
e diga algo de tu p
que la esp
der dejarte esperarla dentro de laa casa
entiendo perfec
tintados apareció justo enfrente mío y se detuvo con el motor encendido. Entonces por fin la vi, Elisabeth bajó de aquel coche, estaba exactamente tan preciosa como la recordaba, su piel estaba más bronceada, seguramente por el sol intenso del sur de Italia, y su cabello negro estaba recojido en una cola larga que le llegab
me había hablado en mi idioma, pero enseguida entendí porque no se dirigió a mi en e
cabello corto negro y ojos claros que miraba desconfiado, intentando comprender quien era yo. Y por lo qu
s, no tardaré, es u
ue su chica se quedase a solas conmigo. Su chica... porque le había llamado mi amor, y aquello no lo esperaba y había acabado de hundirme.
a misma sangre. Pero estaba claro que me había presentado así para que su novio, seguramente celoso como lo era yo con una mujer como