alda y patearlo, luego sintió cuando él se detuvo y s
u cabello mojado hacia atrás dejando caer pequeños rocíos sobre su cara, luego posicionó una de sus piernas ent
s por el resto de tu miserable vida. -Haley sonaba molesta y nerv
como piensas hace
ue dejar ir y cuando ese día llegue mi padr
la gracia que le hacía tenerla en ese
sa, a pesar de que demostraba ser un hombre intimidante y poseer facciones
eerlo. -aquel desconocido no podía
só Hayle. «¿Acaso cr
ientras Hayle procesaba lo ocurrido hace segundos, se levantó muy
de Hayle, se quitó la toalla y dejó a la vista el semental paisaje, perfectamente tonificado y de
la buena vista, el desconocido notó la reacción de Hayle asique se dio la vuelta para estar de
tar la mirada de su amiguito
egu
la tentación» -se
desvanecimiento corporal, su vista se nubló y por último cayó sobre la cama, lo últ
a sigu
raño, movida por un ligero dolor en su espalda q
pijama favorita puesta; se sentó poco a poco y se apoyó en la cabecera de la ca
ocó la sien y empezó hacer
tocó la puerta d
ama creyendo que eran más emp
u única mejor amiga, entró con prisa cer
a Hayle no levantó la cab
se había fijado de su existencia, se dirigió hacia las ventanas de la habitación, tomó el borde de ambas cortinas, las apreció con una sonr
réeme Hayle la luz es poco p
er a la persona parada a un lado, aunque por la vo
soy yo, ¿Quién c
ime, ¿acaso estás en tus día
para disimular su expresión, respiró hondo
cumbe. -r
a batuqueaba contra la cama -¿¡Sabes acaso todo
stás loca! -e
o señorita, aún no
ame! -volvió a
as dónde car*ajos est
tá bien!... p
te solté, ahora comienza a hablar. -se acomo
uerdo haberme reunido con Caleb luego de haber recibido un me
¿qué ocurrió? -bajó la voz y se
sto... -su voz empezó a flaquear y sus ojos a
tiempo que Hayle le tapó la boca para que no las escuchar
o la cordura, una lágrima comenzó a caer por su mejilla c
ndió inconscient
y se perdía; Nicole arrugó su frente y apretó la línea que unía sus labios sus labios,
rreglado pero parece que el Destino una vez más la sujetaba a un triste
ga y se aferró a ella. -¿Qué voy a hacer ahora Ni
. «Créeme Hayle no tienes nada que envidiar» correspondió a
ic
amigas y tuvimos la dicha de crecer juntas en la misma casa y bajo el mismo apell
s preparaban para ser una excelente esposa y mujer con el motiv
llegó a la puerta de nuestra casa con sus padres, el motivo era que necesitab
rme con Hayle, por qué debía casarme con ese chico que jamás en mi vi
rtejara... no hasta que apareció Michael, quién le ofreció maravillas al señor Miller con
hoy a las 3 se realizaría la unión con Michell, Hayle pidió una ceremonia p
le atendió. -No sabes todo lo que
ía TODO Nicole....
. (suspir
TODO es l