adelantó y lo preparó con anticipación. Para cuando el mensaje llegó, sólo debió calentarlo y
delantalito y su ausencia le quitaba toda la apariencia de sirvienta. Sól
ción por el café, pero tampoco q
sita a
amable respue
o atreverse a darle la espalda. Sólo se volteó en el umbral para salir
usencia de nuevas peticiones de su jefe, se dedic
oy a salir, trá
l segundo piso, se cuestionó el rumbo de sus acciones. ¿Dónde se suponí
ada: ¿Dónde están
nsaje, más todavía con lo que se
la entrada; el male
breve. Había olvidado la cerradura eléctrica. Se dio un cabezazo de fastidio con
trol para abrir el des
como si se hubi
e el control -aseguró una de las sirv
gaño que le llegar
a redonda antes de comenzar el jardín, no había nada salvo un
ella partió al despacho. El maletín de cuero café y lustroso estaba sobre el mullido asiento
a te envié
ó y con la mano temblor
5:
hora e
5:
lgo tan simple com
spacho estaba en el tercer piso. Además tenía una cerradura eléctrica. Quién
y se mantuvo
nero que gano
absurda y exorbitante cifra, reflejo
ula cuánto te tardarás en devolverme l
la hizo toser. No fue tan malo como calcular que tendría q
tuvo tanto valor par
✿
inerario de su jefe. Usualmente salía y llegaba a la misma hora y pedía un aperitivo ant
e ayudó. Se movía muy rápido y entre coger la prenda y sostener el maletín, éste último se le resbaló. Sin dar crédito a lo que ocurría, Vlad la vio
é has he
arecía creer e
iguar la caída
tu sueldo. Deja el maletín en mi despacho. -L
. Comenzaba a perder la noción de su deuda y del valor del d
eme un Martini, e
oclásicos y finas esculturas de doncellas. Era la idílica imagen de los baños de algún emperador de la antigüedad. El techo era de cristales, como los de un invernadero y por ellos se colab
te v
r visto con lujo de detalles todo lo demás, y esperó por sus órdenes. Vlad se sentó, sin m
bes lo importante que es la puntualidad y lo valio
en el bolsillo, el do
te necesitaré
buenas no
alejarse. Algo no acababa de gustarle so
ado de su jefe y en el pequeño tatuaje que tenía sobre la cadera. Un hombre tan estricto y amante de la rigurosidad y disciplina como él con un tat