a la ciudad?. Nana qu
s Ana. Tú tutora es una mujer i
r a visitarme
abrazó
as de aquella pequeña joven, regalándole una hermosa so
aquella habitación mientras aquella
sus padres habían muerto y no había ningún pariente cercano. Era muy difícil poder
la niña. De haberlo sabido, hubiese tomado ventajas de aquel
evo hogar. La mujer que la acompañaba iba dándole instrucciones de
nana Estela le había contado. El lugar donde crecería y t
!, recuerda todo l
y educada, ¡hablará
ujer muy recta, pero muy buena. En es
ás herm
eliz!, voy a j
aún era una niña inocente. Con el paso del
ad en busca de una oportunidad de trabajo y sobre todo poder servir al rey.
os verdes, quedó deslumbrada ante
s hermoso, ¿
acercó a ella y la
Ana, tenía muchas
s mí nuev
ás... Yo soy Marlene, una sirvien
mos buscado a la ni
r a esa chiquilla!, encárgate tú
empleados se acercaban a hablar con ella, cr
bien a la vista de todos. Su apariencia era lo q
o atrás había aparecido una mujer muy hermosa, que le quitó su lugar como reina. Juana, había sid
ca. La nueva reina la había obligado a casars
.
en toda una señorita. Pero no era la única pupila
aquella mujer e
a, era muy buena en eso. Le dijo que tenía que estar listo para el domingo a primera hora, para su fiesta. Si para
e todo el aseo, sin probar un solo boc
spués de haberla dejado días sin comer. Podría decirse que fue lo peor que había hecho a
tenían que esforzarse para mantenerse bajo su
imaginaba que quizás, lejos de esa mujer
saltar del susto. Era Ju
vestido, ¡lo necesi
e dijo para
ta!, tú, has es
e mí v
!...(Pensó ante
dándose un baño se lo dejo en su
onsecuencias de no hacerlo. Luego de aquella te
ordado que le había pedido era muy difícil, no podría lograrlo... se cayeron lágrimas te
e ingresó al esc
renda de Juana se imaginó que quería que lo termi
co de la tarde!, a
bra para terminar!, yo me enca
pudo. Le dolían sus manos por aquel esfuerzo y sus ojos estaban muy agotados por la escasa luz
No iba a expresar su gratitud pero, po
na los estaba enloqueciendo. Hoy era la llegada de su esposo e irí
revenida se topó con Carlos, el favorito de Juan
mino para llevar el vestido a Juana, pero Carlos se interpuso para molestarla, ella lo corrió para continuar, pero en su insistencia de molestar, colo
e el golpe, que Ana
na de sus manos hacia ella, conmocionada aun por el golpe intenta tomar su mano, pero lejos de querer brindar su ayuda, Carlos derramó
vestido blanco con un hermoso borda
impotencia. El vestido estaba salpicado de vino y por sangre de una de su
ó con mucha furia hacia su habitación c
modos la correrían, así que, no le importaba