gemelos, y la de Abraham estaba fresca, no así la de Agustín. Aún tenía fiebre, a pesar de las medicinas. Lo dejó dormir y llevó a lo
o no quiero que se repita. El negocio no espera por
no podía darse el lujo de que le descontaran p
ta en brazos llevó a su her
profundos que el día anterior hasta que los
apreciar una infección seria, y hay posibilidades de que con un tratamiento con los antibióticos adecuado
debo hace
icos no hacemos. No tenemos esos recursos, tendrás que hacerlos e
opción. Dígame, doctor ¿la vi
icos, fabuloso! En cuanto a la infección... Pero lo demás, hasta tener confirmación no pu
y recetas? En cuanto teng
en estas cosas es preferible salir de la d
utobús pensando cómo enfrentaría aquello. Fue a recoger los niños al col
ajar hoy, me lo dijo don Ju
có lo que dijo el médico y
no sé q
aro, quizás si tuvieras algo que vender. Yo podrí
o. Yo lo solucionaré, voy a salir a averiguar si alguna in
o, hija, v
esupuestos y eran enormes. No tenía forma de pagarlo. Pensó en pedirle a don Juvencio un adelanto, pero para eso debería darle varios meses de tr
a casa y no podía dejar sin techo a los niños. Tampoco podía pedir ayuda a los S
nuevo la casa de Fabiana y se decidió. Cruzó la ca
lugar donde trabajaba. Habría cambios tremendos en su vida, pero no tenía opciones. Sus hermanos valían todo lo