za, sino por el poder económico y por tanto político que este seguía ejerciendo a pesar de que Grecia era una republica declarada. Era dueño de prácticamente todo el pa
ahí había conocido a una mujer que le cambió la vida, que le enseñó a ser fuerte y a sobreponerse a cualquier hombre. Ella ya no estaba hecha para el amor, tal vez ese día no solo perdió la virginidad sino también su alma, su corazón, así que por más que muchos hombres intentasen seducirla, ella ya estaba rota. Hunter la había traic
enas, alquiló un todo terreno en el mismo aeropuerto. Y se
la excusa de su invalidez, su ceguera, necesitaba de cuidados que ella no podía darle. Aunque Ariel sabía perfectamente que lo que movía a esa víbora era el dinero, la ambición...La he
cada de la muerte de sus padres y del día para realizar la firma y así pasar al cobro de la herencia, aún recordaba la llamada, por eso ella ni siquiera se había molestado en ir. No qu
n más si simplemente decidiera abandonarlo, iba a ser un merecido descanso. Aún seguía sorprendida ante como Esmeralda había sido capaz de controlar a la bestia de Jerónimo, pero lo había hecho, le habían dado tres meses de margen, ni más ni menos. Si no el mismísimo Jerónimo vendría a buscarla con sus hombres y no le importaría quemar la ciudad de Aqueo con ta
e lo más digna, ser el cotilleo perfecto de todo el pueblo. Lo cuál le recordó que no venía a quedarse por mucho tiempo tampoco. Iba a coger a
cios de las petroleras árabes, tanto que no había pensado que su apreciada madre iba a montar un escándalo just
ó esta apareci
que para abrir la antigua puerta de madera que la superaba en anchura, altura y
sentía avergonzado pero así era Megan Lambros, su vida era una obra de Víctor Hugo y la de la gente a su alre
se. Cogió a su madre del brazo y se la llevó al cua
ba muy poco lo que su madre le tendría que decir porque sabía que era una mujer a la
o la nariz al pronunciar mujerzuela y enamorarse, ignorando los gestos de su hijo, inclusive su postura de desagrado y aún más lo
o. Se llevó la mano a la nuca e intentó mirar hacia otro
n...A pesar de todo eso...Le han dejado la hacienda... Y han dejado desamparada a Patricia, su tía...¿Te lo puedes creer? -reclamó Megan
-vuelve a recalcar-lo que le pasa a la vecina...-hace una pausa dramática viendo como su madre susurra de mala manera alguna que otra maldición,-efectivamente, señora, me importa una mier
oca. Lo tenía hart
rozado la vida, no solo el corazón, a esa pobre muchacha y que ni ella ni su padre habían tenido el detalle de hacerlo cumplir como un hombre cuando lo negó todo como un
alles de la historia a la perfección dado que por esa época acababa de regresar de A
rmano Robert siempre había estado apoyando y con eso le bastó para ayudarlo a convertirse en el dueño de una cadena de clínicas, una de las más famosa y que estaba por todo el mundo. Era un
su hijo mayor se llenaron de lágrimas. Robert
mano mayor intentando disculparse de algún modo por la entrada dramática y la interrupción-Logan, tú vete con nuestros invit
naré esto... Dime que le comprarás la hacienda o buscarás una solución y dejarás sin nada a ese atrevida buscona...-solloza entre lágrimas Megan mientras se aferra, ahora, en los anchos hombros de su h
blanquea los ojos cansado ya de los berrinches de su madre y le
esa mujerzuela...-recalcó con una diversión amarg
o abrazó e
debe tardar en llegar a