es peligrosa-la voz ronca de un hom
recavida las riendas de su caballo, quien se alerta
olorosos recuerdos, hasta que ese borracho de casi dos metros le había interrumpido, tenía aspecto sucio y desgastado, tenía
el que no debería estar aquí-aclaró la castaña con media sonrisa
tar enamorados, por lo tanto el no puede ni podía mirarla de ese modo, tal vez era la embriaguez del alcohol, se obligó a recordar la castaña, por el estado de ese hombre era obvio que
íos, prometiendo cosas que jamás debieron prometer. Y le parecía un delirio, un espejismo, que la mujer de su vida estuviese f
Hunter... ¿Dónde estaría? Conociéndolo estaría de fiesta en fiesta, de falda en falda. La rabia en cuestión de segundos se apoderó de cad
malhumor-¿Por qué sino no entien...-ni siquiera pudo termin
con usted sobre un tema...¿Es u
así lo pudiese mover, era obvio que en una pelea física, ella saldría perdiendo.
ía como si algo lo empujara a ir por esos caminos, inmediatamente se había quedado enamorado del paisaje. Y para su sorpresa, no estaba solo. Una hermosa mujer lloraba casi en silencio, él, prácticamente hi
que iban a hacer esos dos. Ya habían compartido cama una vez y si Ariel había sido tan tonta de caer en los brazos de su hermano la primera vez, caería tres má
, estaba mucho más hermos
perdón...¿Pero cómo? Entonces le vino a la cabeza una idea que más tarde lamentaría pero que ahor
racho pobre. Lo miró de abajo arriba, había algo en aquel hombre que
stucia Hunter las palabras de unos trabajadores en la taberna comentando lo jodida que estaría Ariel después de haber cabreado a la bruja de Patricia, palabras textuales. Hunter era un borracho sin remedio,
r sus palab
da señor...?-hizo un gesto con l
ndió con una rapidez s
rior intentando llevar la situación lo mejor
la hacienda? ¿Por qué debería confiar un puesto de importancia a un desconocido borracho que ni siquiera sabe cómo ha llegado aquí y que está buscand
sabía atractiva, el mundo se lo había d
iendo todo esto. Su hermano estaba a punto de cometer una locura, una locura por amor. Se sonrío amargo a si mismo, Hunter estaba loco, su hermano odiaba
.¿Por qué ha soltado las riendas y dejado su pistola en su lugar? -
sas cosas...¿Sabe? Yo misma le puedo dar una habitación en la casa. Pero antes tendría que jurar dejar la bebida, afeitarse un poco y cortarse el
Hunter con agilidad alejándose de ese lugar, juraría poder tocar el cielo de la alegría que sentía, había sido el golpe del destino, un gi
mente bien. Pero Hunter no era idiota no caería en errores de nuevo, debía aprender que las mujeres eran más que un cuerpo. Miró al cielo estrellado ag
bía dado cuenta de que tenían compañía. Su temporada fuera le había enseñado muchas cosas, se dijo a si mismo Hunter,