bía reconocer muy a su pesar es que era también inteligente y aunque quisiese aparentar lo contrario era una buena persona. Además la estaba comenzando a odiar porque por su culpa
la nada, simplemente obedeció a ese instinto. Lo cuál era impropio de él. Jamás se había visto actuando de for
ose a si mismo pidiendo permiso para tutear, cuando era él
ltearse, gimió por lo bajo asqueada al recordar esa voz-¡No tenga
ntemente le había mandado al diablo. Y ahora estaba aquí. En frent
Amber...-aclaró su voz Logan. El rubio se estaba cabreando por momentos consigo mismo
co del otro, la rabia a flor de piel, podrían sentir el roce del otro tan solo de dar un paso más, podrían sentir la calidez que desprendían sus cuerpos
-apretó los dientes amenazante ella,
al. Y eso le estaba desgastando. Esa mujer se merecía el odio de su mad
su hermana de vuelta-susurró Logan
baría aplastando la justo como su madre le había ordenado, la humillaría y no sentiría ningún remord
ningún miramiento de su parte. Era todo la combinac
*
l ver a su hermano en medio del
una media sonrisa-Mamá me ha notificado tu falso compro
. Hunter no cabía dentro de su asombro...¿Cómo Logan podía ser tan calculador? ¿Cómo iba a ser capaz de usar a alguien como Ariel? ¿Acaso no había aprendido nada del error qu
u hermano mayor, despiadado, duro y letal como Logan que
fue así. De pequeños estaban muy unidos. Lástima que en instantes como los d
o de respuesta. Arqueó ambas cej
e trabajar como un cualquie
o sabía como se había enterado, seguramente debió de ser aquel tercero. E
sin saber muy bien que decir ni que pensar, pues amaba a ambos por igual. No se podía imaginar la b
oyó a Logan como pudo. Y por eso ella se culpaba a Ariel Lambros de la pelea entre sus hijos. Esa mujer había sido la caja de Pandora una ve
eguntó finalmente ella
terrumpió en el salón como el ángel de la guarda del bien. Tanto Hunter como Logan le agradecen la ay