img La piel no olvida  /  Capítulo 3 2 | 27.27%
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Historia

Capítulo 3 2

Palabras:1243    |    Actualizado en: 19/01/2023

s reían a carcajadas limpia, rozando ya la locura, en cambio otros lloraban en la falda de alguna camarera. Lo único que se

staba crecida y su sed de vodka parecía nunca saciarse. El hombre observaba con la cabeza encima de la mesa con atención el vaso y despué

en camarera le observaba negando apenada con la cabeza. Parecía que ese hombre jamás volvería a recuperar el rumbo de su vida. Hacía tiemp

negros, y piel del mismo color

!-gritó

s ojos ámbar mo

molesto por el trato d

poco después y ante la mirada atenta de su jefe, servir unas cervezas con una sonrisa postiza a un par de borrachos

nríe si

guntó ignorando que los borrachos no habían abandonado su intento d

levantaba las manos al aire para llamar la atenc

se mientras clavaba s

a su gran amor del pasado, el problema es que ella sabía que él no se arrepentía como Hunter-¡No me obliguéis a llamar a la poli!-añade seguidamente volviendo a la realidad, cuando

del otro, quien aún seguía sentado al

abían abusado bajo el beneplácito del jefe del bar de todas las camareras y ella

itas más escándalos-declara la mujer mirando al joven sabiendo que Hu

la copa encima de la mesa para saltar detrás d

rieron práctica

golpearnos...-dijo uno de ellos mir

va a golpearos-aclaró con sorna el j

*

a lavanda y el tacto era delirante. Suspiró con fuerza al ver la herida en su p

ó con desesperación Delilah

a joven, Hunter por su parte ni siquiera podía divisar su rostro, lo veía

taba dispuesta a ayudar, era su deber moral con el mundo. Ella sentía que el papel que tenemos en la vida de los demás siempre debía ser pulcro e inoce

s confiar en ti-sonó la voz del hermano de Hunter, Robert, e hizo que

a cabeza en un intento de alejar esos delirios de su cabeza, entre el hombre que había atendido

sin siquiera mirarle los ojos al mediano de los Lambros, no era capaz-S

respondió Delil

a después de haberle correspondido el abrazo. Para después

ro sino fuese por esa habitación parecería abandonada,

e sido por ella, lo habría dejado morirse, por rata y traidor, pero no había podido negarse ante la petición de Delilah y menos la del

pecado incluso la rabia, el odio y sobre todo la lujuria que podría sentir por cualqu

ue en verdad sabía que debería mantenerse alejada de los Lambros por el bien colectivo. Nada bueno podría salir de es

cuerpo agradable a la vista. Pero, común. No destacaría, a diferencia de Ariel, ella no era el oasis en el desierto p

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