zy
4 a
estar al bord
ía vinien
oca desde el primer momento en que lo
quí que conocía cada centímetro, el equilibrio era una de mis virtu
al frente, fingiendo que me tambaleaba haci
o hi
o resp
ho de mi casa, se sentó en el borde
a mi cabello hacia atrás, me sentía libre,
ert
robado uno, pero él lo hacia a menudo, sus largos dedos envol
ándome a su lado imitándolo, mis p
ontinuo ignorándome, a menudo lo ha
su voz era seductora, no era a propósito, él era así todo el
re bajo la luz de la luna, era precioso, el
s más y más obsesión el gris de sus ojos brillaba con la luz plateada y el a
blando de es
ron, mi corazón qu
de que
con una fuerza que no creí que sería capaz de usar sentí su aliento
gro en la punta
cia cabecita este pensando, olvídala, no sucederá porque no estoy mirándote, eres una puta n
lo s
estúpida, si le muestro un poco de vacilación, miedo o dud
ldrían de mi garganta, tome
nto? Si, denigrante y asqueroso, pero
tar quien eres.- era la primera vez que lo decía en voz al
equeño reflejo de sus ojos me lo di
sa, corre en tu bonito tutú de mierda, escónd
ando, Kilian
eré, solo... bésame
e de mi vestido blanco de seda, una de mis tetas se asomó, luego la otra h
arriba abajo sin soltarme, entonces dijo las pa
se pequeño cuerpo tuyo no despertarías
, aun así, me desobedecieron salieron
uando lo hagas te arrepe
omo si le importara, el fantasma
de dormir
do sintió la cálida brisa de verano mis ojo
me de
a un hombre malvado, uno al que no le importaba tirarme
pe
ía, todavía estar