n susurro tan bajo que a
os la oscuridad
o seguía en la universidad, donde recordaba haberse dormido. El cuerpo
ocida para ella, aunque eso, po
Lu
ura -habló él
dos apoyados sobre el escritorio que había frente a una ventana y la mirada perdida
ónd
chica asintió con extraña calma-. No sabía dónde más traerte. Iban a cerrar
ñé nada... -murmuró más pa
llas? -i
mo l
apartando por fin la vista de
po qué dec
é ho
las
nte por casi diez h
s... ¿Y
apresuró a tomarla y rebuscó en ella hasta encontrar su celular. Más de diez llamadas perdi
a voz tan baja que la c
mam
NTESTARLO?! ¡¿TE DAS UNA IDEA DE LO PREOCUPADA QUE ESTABA!? -g
n su dirección; él tamb
quedó el móvil en casa cuando salí y... Llegab
que adelantar mi vuelo. Te dejé una nota en la entrada porque no quise
o.
je que estaría fuera
si te preocupaste, per
ás? -pregun
ca
por favor,
mos en unos dí
Nos vemos, h
usurró para
el chico apenas despegó
lanzó un
da que necesite
rcó hasta sentarse en
arcástico-. ¿C
tó sin convicción-. Luc
Aura. La pregunta
rante un rato. Veía hacia afuera de nuevo, como si esperara que así todas las respuestas que necesitaba lle
iares ojos violetas, y u
ra te has hecho, Aura, pero no puedo decirt
cesitas saber? Él la ob
da si te lo dije
testó con una
cómo era posible que todo a su alrededor se volviera de pronto tan complicado. Él percibía sus dudas, sintiendo que la chica frente a él tenía todas las preguntas
sp
n capaces de afectarte tanto -dijo p
mbién yo»,
en su lugar. No era una pregunta, per
uedo v
tó titubeando. Odiaba tit
la energía del ambiente en el que están. -Aura asintió-. No se mandan a sí mismas. Ellas... Si están tras d
las envió. -Tampoc
saciones de este tipo con alguien a q
ti también l
ir, aunque no estaba se
ños, ¿so
é su
forma de dedos se cerraban en torno a ella. Al mencionarlas, Aura sintió que comenzaban
so? -murmuró c
s, me refiero. Son product
uiere matarme. No aún, al menos, porque estoy segura de que no me va a gustar la respu
eza como si no qu
ar de que nadie podía escucharl
mirada. Sus ojos lucían aún más brillantes y la veía con tant
para sí-. ¿Es por eso que te
de su cuello también ardían hasta qu
significa que no sea real
mbos. Entonces Aura se atrevió por fin a levantar la cabeza y encontrarse con los ojos del chico. Ella ten
en un susurro, sin quitar
e hacía hormi
no hacerlo -respondió intentando fo
No, eso no era del todo cierto, pero había perdido a las únicas
ía quitarse, esa sensación de que le confia
viendo el techo en su lugar, como si fuese la cosa más interesante del mundo. Aura permaneció con las piernas c
, pero se detuvo si
girando la cabe
te tú? -peguntó sin mucho sentido-. La corriente d
mantenerte... despierta
.. ¿No t
Ella asintió una vez
ensamientos, miró hacia ella. Aura se acomodó sobre su
surró. Él sonri
ay de
u espalda y miró
storia -dijo la mucha
ontestó Lucas a pesar de que no había sido una pregunta
ndo al techo, intentando seguir cada uno el hilo de sus propios pensami
eguntó él c
im
beó-. ¿Hace cuánto come
s segundos en resp
arecía ya n
emanas -dijo
ías do
a conversación que tuvieron en
o por
se le contagiara, como si ya todo
res? -pregu
vo sol
a poco y su respiración se acompasó. Aura se relajó con la seguridad de que, por primera vez en lo que le parecía una eternidad, al menos esa noche
la asaltó
s? -su
rmuró él,
ó-. Dijiste que tú también las tenías. -Sil
to tiempo sin responder que Aura te
día te contaré esa his
a le
n el rest
resto de est
que Aura fue consciente
>
desaparecer. Como por instinto la chica miró hacia donde solía estar su reloj fluorescente, pero no estaba en su casa. Lucas respiraba de manera acompasada dormido a un
-murmuró Lucas tras e
so -dijo con una pequeña
medio dormido, pasándose una mano por la cabeza-.
salir de la habitación cuando la v
en la univer
y salió dejándola sol
istazo afuera le bastó para saber que el sol no sald
ratura con el exterior, notando cómo el calor escapaba de su cuerpo a través del vidrio. Se acercó a las rendijas de la ventana, por donde en
reales, no solo un fal
no a su muñeca, solo para descubrir con sorpresa que ya no estaban ahí. Tocó la zona, casi esperando que así aparecieran o que dol
murmuró par
egar un salto. Aura lo miró como si quisiera lanzarle un cuchillo con
. V
sculos de su espalda moverse bajo una camiseta negra que le resaltaba lo pálido de la piel, mientras buscaba cosas y las metía sin ord
iluvio que no tardó en empaparlos a ambos. Lucas y Aura se apresuraron a subir al jeep negro del chico. Ella le comentó la dirección de su casa y Lucas arrancó el auto. Pronto la carretera apareció ante ellos, desdibujándose producto de la lluvia que caía como lágrimas por el c
gó la cabeza c
preguntó Lucas de la nad
ntó a su vez
ábamos en mi casa,
ó-. Las marcas
jo durante un segund
da -dij
lo hi
teniendo el auto-. No t
l posar su mano en la manilla de la puerta. Miró al cielo al tiempo que un
las preguntas por sie
olvió a caer sobre ellos. Cuando Aura creyó que Lucas ya no iba a responder se bajó
o
ue, cerrando la puerta
>
anos descansaban en el volante del auto y su mirada violeta estaba perdida en un punto tras ella. Él pareció notar el movimiento, ya que parpadeó y sacudió la cabeza como intentando aclarar pensamientos. Sus ojos se posaron e
mpulso de mirar al chico. Cuando Lucas por fin partió rumbo a la universidad ninguno pronunció palabra durante un largo rato. Aura sabía q
ra. Lucas apretó la mandíbula y no dijo nada-. Tampoco extraños mareos ni ata
tió el chico
lo que ahora sabía; aun así, lo hacía. ¿Qué podría ser tan grave como para negarse a decirlo? Sin embargo, apena
ió la puerta sin de
esperanza de que él dijera algo esa vez, lo que sea... No lo hizo-. No
a estaba por irse. La mencion
llo tuviera importancia. Por detrás le llegó el ruido de un motor acelerando. Al voltearse vio el jeep negro de Lucas alejarse hasta co