a Yissell ir y venir con los pedidos, mientra
a. Sigo deprimida por todo lo que me dijo. Sé que Damon no me responde, porque no quiere hacerlo; sigue enojado c
os días en ser enviadas. Eso es lo que más me enoja. Tener que aguantar días y noches con la duda de si la rec
menos quiero
cribirle una carta, a puño y letra, tal vez lo haga ver mis sinceras palabras. Damon vale la pena, siempre lo va
últimos bocados no los saboreé, porque no me di cuenta de que seguía comiendo. Me alegro de haber salido de ese hospital para haber venido aquí. Si no lo hubiese hecho, ¿cómo estaría ahora? De seguro ac
de esas personas que saben escuchar a otras sin problema. Agradezco haber podido hablar con alguien que no estuviese metido en todo el caos que conlleva mi vida, una persona desconocida, pero que se ve confiable a la vez. Sacar una p
s minutos para mí misma, para calmarme y tomar todo el aire fresco que pueda, porque sé que dentro de aquel cuarto v
ado de Filadelfia. La nieve en el invierno es lo que más me gusta de allí. Siempre estuve rodeada de esto, pasto, días cálidos en su mayoría y un aire que no llega a satisfacer tu necesidad de algo frío, por lo que ir a Filadelf
o a no pensar en los problemas sentimentales y a concentrar
vuelva al instituto, tendré que esforzarme bastante para no repetir el curso. Con todo lo que me pasó durante estos meses que estuve en Filadelfia,
acer para aprobar las mater
ero agradezco que Rick todavía me deje trabajar allí, aunque tampoco es que tenga la culpa de estar metida siempre en los locos planes de Matt. Si fuera por mí, todavía trabajaría, p
las cosas que tengo que hacer a la vuelta a casa, ya que sinceramente considero más un hogar nuestro departamento en Fila
ranza de que se haya recuperado en este poco y corto tiempo que no estuve en la habitación con él sigue en mi p
no le pasará nada ultramegamalo. Espero que los doctores estén en lo correcto y que, si tiene amnesia, no du
trabajo. Pero es incomprensible el hecho de que estuviese de nuevo aquí cuando apenas pasó medio año desde que se fue. Se suponía que volvería dentro de un año, pero solo
idí ponerle al contacto de Emma. No sé por qué me llama cuando apenas hace unos minutos hab
mientras escucho su
eces Emma maldice a otras personas, o al menos las que yo logro escuchar. Es sorprendente cuánto cambió desde que la
tomar un poco más de aire y e
para no llegar tarde al instituto y un idiota en
Emma, no h
e ignoró por completo y se fue a dejar a Elle al jardín. Me costará horrores hacer que Dam
que entienda mi situación, Emma. Pero haz el intento de hablar c
on cautela y confusión. Es divertido que no se acuerde de esa noche,
s; en ese momento no tenía idea de lo que iría a pedir. Por ahora lo único que te pido es hablar con él. No te pido que me hagas las tar
sí misma-. Seguiré intentando y te mantendré al tant
e un beso de despedida. Me río ante lo infantil que su
ospital y me muerdo el labi
erreno importante con su hermano cuando este puede enojarse de forma rápida. Me da lástima pedirle esto, pero no tengo otra opción o espera
e, desterrando a Damon de mi mente: la imagen de mi padre en su camilla de hospital. N
e Emma llegó a pegar en mis labios hace unos minutos, se borra al instante al ver la imagen frente a mí. Todo está igual. Mis
ingún momento se nos acercó para consolarnos luego del entierro. Tan solo se ensimismó en los recuerdos y comenzó a torturarse con ellos. Se veía vacío y sin la otra mitad que lo complementaba. Es por eso por lo que decidió trabajar mucho más. El hecho de vernos a nosotros
nos mandaba a hacer cosas que ya estaban resueltas. Mis hermanos se hartaron de eso y tomaron la decisión de dejarme sola, porque no lo aguantaban. No entiendo por qué no me llevaron
que son arrastradas y luego las voces de m
que te traigamos algo? -pregunta Tyler
ayuné,
ónde te fuiste? Estuvis
deliciosas; él invitó mi desayuno. -Me encojo, restándole importancia, porque sinceramente no es nada
la forma en la que te mira el culo cuando tiene la oportunidad
ustedes dicen, aunque creo que exageran. Por Dios, apenas llevamos aquí u
as que no te lo adverti
tengo a Damon. El doctor no
doctor que ahora al parecer le gusta ver mi trasero cuando puede. Aquello me molesta, ya que e
Damon, al hombre que amo
subo a la camilla de mi padre, intentando no moverlo mucho ni tampoco tocar algo que no tendría que toca
padre, pero qué mejor que desahogarme con un ser humano que no puede escucharte. Creo que le cuento mucho más de lo que les confesaría a otras personas. Le digo todo, completamente todo. Mi pasado, la relación con Damon, los problemas que se vieron expuestos en todos estos mese
que no estaría para mí ni para mis hermanos, que se refugiaría en sí mismo para callar el dolor y olvidar. Algo que es todo lo contrari
uedo notar unas ojeras debajo de sus ojos y eso me pone triste. No paraba de trabajar. Me da lástima saber que mientras disfruto de mi adolescencia, mi padre se
de la habitación. Decido no moverme de mi lugar, porque e
ir por un rato; por suerte, lo
ra ser verdad y tener dos días de insomnio no es algo agradable. La silla en la que mi traser
unas manos me sacuden de nuevo, de la misma f
e con la realidad otra vez. Necesito seguir sumida en los felices sueños, en esa nube que me aleja de todo lo malo, por más que sea solo por minutos. No soy conscient
e sacuden levemente una y otra vez hasta que por fin cedo y abro mis ojos, quejándome
s conmigo en estas ocasiones. Sé que ellos, por más que estuviesen todavía enojados con mi padre, lo aman como siempre lo hicieron y no por ese enojo va
siente con lentitud en la silla junto a la cama, donde es obvio que nuestro
as de llorar al seguir viendo que nada pasa con mi padre. Ningún progreso desde que
e me tranquilice. Pero, aun así, sigo sin verlo a
o... ¿cuánd
po. Despertará
estaría fuera del país dirigiendo la construcción de su nuevo hotel
estiono, pero lo único que nos causa pensar en eso ahora es preocuparnos el doble de lo que ya lo
lo encuentro arrodillado frente
o que valemos mucho más descansados que cansados. Si papá despierta en algunos días o semanas, tenemos que estar radia
tá
, diciéndole en murmullos cuánto lo quiero y que espero que se despierte pronto. Estaré
cir nada, todos agotados física y mentalmente. Creo que no solo yo dormiré. Se ven tan agotados...
i cuello duele como el demonio -dice Sam, quejándose minutos después. No lo contradigo. Las posiciones en las que estaban est
ía que mañana va a llover y hará frío, así que tenemos que ir preparados para dormir un poco más cómo
hacer nada. Dudo de que me despierte mucho antes de irnos al
íe a medias; todo esto le causa gracia por alguna razón. Sa
ara nosotros. Éstas son tus vacaciones fuera
eda los ojos-. Pero no hay que quejarse. Las comidas de
aprovechar en gastar tus frustraciones con ella en un pol
scuchar a Sam decir eso. Marisa es... li
mos, ni siquiera viéndola mi gran amigo logrará de
los ojos con diversión-. Solo c
bastante de sus conquistas frente a mí, pero escucharlos hablar de
traerse. Reír sin recordar el estado en el que está papá. Necesito hacer lo mismo que el
mma. -Ty le pega juguetonamente en e
aquellas palabras, parece un loco enamorado que habla de su amada. La estúpida sonrisa que crece en su rostro hace qu
una relación ahora. No hay nadie con
acular y ardiente Lili te rodee con los brazos y co
de mi existencia. En algún momento de su charla, la imagen de Damon sobre mí invade mi cabeza y casi hace que suspire
liente. Algo que me ave
o se intensifique el doble y que las hormonas bullan con fuerza. Tengo tantas ganas de verlo, tocarlo, hablar con él, y escuchar su espectac
mentos en mi mente, ignorando el hecho de que eso me pondrá aún
hace que todo aquel pensamiento disminuya. Mi pulso vuelve a la normalidad y creo que, por la mirada que mis hermanos me dan, esto
vergü
auto y me dirijo a z
ico que escucho a esta distancia. La voz de la perra de Marisa resuena en las paredes y hace que mis oídos rueguen que la pendeja se calle. Ella chilla con emoción, no sé si fingid
o la
a por calmar mi fuego. No logra bajar mi pulso que con los minutos va aumentando. No sé lo que me pasa. Desde nuestra primera vez juntos de ese modo, es como si no pudiese dejar de pensar en él tocándome. Creo que me volví adicta
e. No pasó mucho tiempo desde que comí la exquisita torta de Yissell, aparte el sueño supera -en esta ocasión- el hambre. No dormir en toda la noche me causa eso. Si tengo ahora una
astante alta para que se suba así de rápido, pero deduzco que ya estuvo practicando. Le doy un vistazo a sus tazones, los cuales
e doy hacen que rápidamente sus ojos se cierren. Me limito a dejar mi mente en blan
no pasa nada.
mí, no pueda distinguir ningún objeto. Al parecer ya es de noche. No hay n
ltad, encuentro los pantalones con los que fui al hospital y busco en sus bolsillos mi jodido móvil, el cual interrumpió mi exquisito sueño. Cuando lo encuentro, mis ojos se entrecierran ante la brillante luz que proviene del aparato. M
que me deja