espectáculo, se ha convertido en una costumbre para el equipo, entrenamos casi todos los
ntramos al bar de The Garden, uno de los centros nocturnos más cotizados del estado. Hay muchos lug
en trajes que fingen que no quieren estar en el extremo prohibido. Pero cuando llega la madrugada, incluso el bar se convierte en una pasarela de chicas calientes con ganas de meterte a la cama, muchas de ellas son
dándole tragos a mi cerveza, paseando la mirada por el local en la búsqueda de una chica. Necesitaba sexo duro y calien
cambiaría el patrón para variar y me acerqué. Me mandó a la mierda frente al equipo, sé que todos quieren carcaj
malo de ser un equipo y conocer los puntos débiles de los otros, de alguna manera les entregas poder sobre ti. Y todos s
ber sigue prefi
n voz alta para herir más su ego porque nunca ha conseguido meterse dentro de las bragas de la
ue es lo mejor, ninguno desea ponerse en mi contra y nadie desea defender
aquí. Contrario a lo que media universidad piensa, el receptor de los Bulldogs es un santurrón y solo le falta persignarse cada vez que ve pier
ice más, mi padre es su jefe, n
re hace eso, es el pegamento, la persona que nos une y calma las tempestades, el que acaba con los momentos incómodos. El equipo olvida lo sucedido. Es normal tener roces entre nosotros,
y alguien experto en porros y sustancias es él, el número doce de los Bulldogs, pero todos ignor
petencia directa, tenemos que derrotarlos si queremos ir a las nacionales. La temporada pasada descu
uenta lo que se rumorea sobre los Wolfes, un equipo de m
imadoras, seguro que me extrañan -
und esté aquí sabiendo que es un alcohólico aficionado a las drogas, los matones que hacen negocios con los pijos están en todos los
as meterte con nosotros si recién sal
o bajó, el equipo votó por destituirlo y el entrenador me
ice entre dientes
✧
la mesa solo quedamos Miles y yo, y ninguno está hablando, es más entretenido acabar con la botella. Él es el único que se queda, nunca hace preguntas, se limita a be
para soplar su aliento, huele a alcohol y a que seguramente estuvo esnifando polvos en algún sitio. Si no
hago mientras parlotea es asentir, esperando que entienda que su
nda, pero no me apetece ah
a adquiere una ton
iste eso el otro día, ¿verdad? Cu
de haber estado muy ebrio como para no recordarla. Comienza un discurso, intenta convencerme para que nos divirtamos juntos otra vez. La alejo, d
elto, t
ente empiezo a sentir lástima y remordimientos, pero me deshago de esos sentimientos al instante. Es inevitable tener grietas, con el tiempo nuestro suelo se convierte
borracho, le ofrezco llevarlo, aunque
n un auto, lo mejor sería pedir un taxi, si
cidad, así que aplasto el acelerador una vez que la camioneta se encuentra en la calle. Las avenidas están desier
semáforos
lla. Miro por el espejo retrovisor, me está siguiendo un poli
llo el auto y lo apago para esperar a que el oficial se acerque a mi ventana. Él me reconoce al instante, suelta un
rracho a estas horas de la noche
rdas como para revisar mis multas. -Le s
lleve a tu casa, no voy a dejar que manejes
n mi padre, así le ofrezca una buena cantidad de dólares. George y él son amigos
tá a estas horas, solo dos personas pudieron haber dado el acceso. Sospecho que el oficial le contó a mi padre, pues él está parado en l
y a subir las escaleras cuando escucho que se cierra la puerta causando un e
librarm
uelta para
está mal contigo
e y manejar borracho? ¿Crees que voy a ayudarte si llegas a atropellar a alguien? ¡
no deja de elevar la voz ni de gritar. ¡
, solo fueron una
que parar. No solo vas a arruinarte,
familia? -preg
ue lo que le jode es que el hijo del Senador vaya a The Garden a beber y tenga se
añana, Arnold te trajo borracho porque no puedes ser responsable y no treparte a la maldita ca
y la vuelta una vez más y empiezo a subir
nado -dice e
o tu permis
e, pero aquí no voy a tolerar más este comportamiento. -Me detengo y lo escucho, dándole la espalda-. A partir de mañana no habrá tarjetas. Ya hablé con e
o? Estás brom
, hijo, me duele verte así. Me pre
igo. No sé a qué viene toda esta falsa preocupación, a él lo único que le importa es aparentar que tiene
de la punta de la escalera y nos mira sin poder abrir del todo los
dre como si eso explicase todo. Un
lo que quiera, de todas f
-. Así que ya estás advertido. Viajamos a Miami antes del desayuno. Espero que no te importe que nos perdamos tu partido de i
spondo,
ecesarias, sube las escaleras y desp
o jalar para vencerte. También aprendí que es mejor estar de su lado que en su contra, a sus adversarios no les
de los taburetes de la barra poniendo mi cabeza entre mis manos. Mis comisuras tiemblan
con nuestros familiares, diciendo que estaba avergonzada de tener a un tormento como yo que le ensuciaba la alfombra nueva traída de París, nunca he sido suficiente para su mundo de alta alcurnia
ños he sido solo algo que está en su gran mansión, alguien que adorna un espacio e
e siento mejor cua