El destino reunió a una mujer encantadora y un hombre frío. Sin embargo, al principio, no parecían hechos el uno para el otro. Lyla y Joshua se separaron tan pronto como se casaron. Tres años después, Lyla se convirtió de nuevo en la mujer fuerte e independiente, pero esta vez tenía a los gemelos a los que amaba con locura a su lado. Joshua trató de comunicarse con su exesposa, pero siempre fue en vano. Una noche, mientras ella disfrutaba de una copa de vino tinto con una sonrisa, él apareció de la nada y la acorraló contra un pilar. El hombre que una vez fue inaccesible para Lyla ahora estaba parado frente a ella como una roca sin valor. Él le susurró al oído: "¡Finalmente regresas!". Después de besarla con fuerza, Lyla lo apartó y le dirigió una mirada aguda. "¿Has perdido la cabeza, Joshua? ¿Necesito recordarte que nos divorciamos hace mucho tiempo? ¡Aléjate de mí!".
En la lujosa suite de un hotel de cinco estrellas, una joven envolvía sus brazos alrededor del cuello de un hombre, mientras sonreía seductoramente. "Entonces... Ustedes dos han estado juntos durante casi tres meses, ¿y nunca te has acostado con ella en todo este tiempo? ¿Ni siquiera una sola vez?", cuestionó la mujer.
"¿Por qué quieres hablar de eso en este momento? Todo lo que ella tiene es dinero, nada más", respondió el hombre con una sonrisa burlona.
"Está bien, no hay que hablar más...", dijo la joven.
Ambos estaban tan inmersos en darse placer que ninguno de los dos notó que alguien más estaba ahí, apoyado contra el marco de la puerta, observándolos en silencio. Sin embargo, cuando finalmente se aburrió de ser testigo de su intimidad, esa persona intervino. "Yo usaría protección si fuera tú", comentó.
Tanto el hombre como la mujer en la cama se sobresaltaron por la repentina irrupción. Entonces, rápida, pero torpemente, ellos se separaron el uno del otro.
Nathan Truman estaba tan asustado que se cayó de la cama y levantó la mirada con una expresión de pánico. Cuando vio quién era la dueña de la misteriosa voz, su rostro entero palideció. "¡Lyla!", exclamó él.
Lyla Moreno, al principio, miró tranquilamente sus uñas recién arregladas, las cuales estaban pintadas con un lindo color lila, que brillaban bajo las luces de la habitación.
Luego, dirigió su mirada al sonrojado rostro del hombre y arrugó la nariz con disgusto. "Ella estuvo con otro hombre anoche. Y, ahora, está contigo. Quién sabe con cuántos hombres se ha acostado esta semana, o qué tipo de ETS podría tener", dijo Lyla burlonamente.
Nathan se puso de pie tambaleándose y corrió hacia ella. Quería alcanzar su mano y explicarle todo. Pero, después de pensarlo bien, decidió no hacerlo. Su mano se detuvo en el aire porque no se atrevía a tocarla.
"Lyla... Solo escúchame. Yo... ¡No tengo ningún sentimiento por esta mujer! Tú eres la única a la que amo. ¡Tú y solamente tú!", '¿Amar?', se preguntó Lyla para sus adentros. En ese instante, la chica estalló en carcajadas, como si hubiera escuchado el chiste más divertido del mundo. ¿Acaso él había querido decir que amaba su dinero?
Nathan no era más que un gigoló que conoció en un club. ¿Cómo se atrevía a ser tan descarado como para hablar sobre amor después de traicionarla?
Lyla lo barrió con la mirada, y sacudió la cabeza con una expresión irónica. No podía creer que hubiera gastado millones en un tipo tan desvergonzado. ¿Por qué demonios lo había elegido? Ella debía haber estado loca en ese momento.
Lyla solía pensar que Nathan era un hombre bastante atractivo. Sin embargo, ahora, era casi repulsivo a la vista.
Sin decir ni una sola palabra más, ella se dio media vuelta y se marchó del lugar.
Nathan sabía que tan pronto como ella se fuera, él perdería su fuente de ingresos y sus días de relajo terminarían para siempre. Entonces, fue tras de ella sin pensarlo dos veces. "¡Lyla! Amor, tienes que creerme. No estaba pensando con claridad en este momento. Yo solo...", intentó excusarse.
Para su mala suerte, los guardaespaldas de la chica, que esperaban en la puerta de la habitación, impidieron que Nathan la siguiera hasta el ascensor.
Cuando Lyla entró al elevador y apretó el botón hacia el primer piso, ella se dio cuenta de que sus guardaespaldas no la estaban siguiendo. Entonces, supuso que debían estar dándole una lección a Nathan, y le pareció una buena idea. Después de todo, ni siquiera era tan leal como un perro, así que merecía una buena paliza.
Sin embargo, ella no les había pedido a los guardaespaldas que lo hicieran, así que no sabía de quién eran las órdenes que estaban siguiendo. Pero tampoco se preocupó mucho por eso.
El ascensor la llevó hasta la planta baja y, al salir del hotel, vio una limusina negra estacionada en frente.
La apariencia de ese gran auto de lujo le pareció muy familiar.
Al recordar a quién le pertenecía, Lyla caminó tranquilamente hacia la limusina con una sonrisa en las comisuras de sus labios. Cuando el conductor la vio acercarse, le abrió la puerta trasera de inmediato y la luz de la farola de la calle iluminó por completo el interior del auto.
Un hombre bien vestido estaba sentado adentro. Su traje perfectamente entallado a su figura no tenía ninguna arruga a la vista.
Las palmas de sus manos descansaban cómodamente sobre sus rodillas y las gemas de los gemelos en su camisa brillaban hermosamente bajo la luz. El hombre lucía como si fuera de la nobleza, pero tampoco parecía ser tan ostentoso.
Se trataba de Joshua Harvey, el hijo mayor y el único heredero de la familia Harvey.
Tras entrar a la limusina, Lyla se sentó a su lado y le sonrió: "Lamento que hayas tenido que presenciar una escena tan desagradable como esa".
Enseguida, Joshua se giró para ver a la mujer y le lanzó una mirada neutra, aunque su tono de voz era tan frío como siempre. "De verdad, ¿quieres divorciarte de mí por un tipo como ese?", le preguntó.
El amor es ciego. Lucinda renunció a su acomodada vida por un hombre. Se casó con él y se ocupó de todo durante tres largos años. Un día se le cayeron las escamas de los ojos. Se dio cuenta de que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Su marido, Nathaniel, siempre la trataba como a una mierda, porque su amor ya pertenecía a otra mujer. Se dijo a sí misma: "¡Ya basta! He terminado de malgastar mi tiempo con un hombre desagradecido". El corazón de Lucinda se rompió en pedazos, pero de todos modos, reunió el valor para pedir el divorcio. La noticia causó un gran revuelo en Internet. ¿Una joven rica que acababa de divorciarse de su marido? ¡La mujer soñada! Innumerables directores ejecutivos y jóvenes apuestos acudieron a ella como abejas a la miel. Nathaniel no aguantó más. Dio una rueda de prensa y suplicó con los ojos llorosos: "Te quiero, Lucinda. No puedo vivir sin ti. Por favor, vuelve a mí". ¿Le dará Lucinda una segunda oportunidad? Siga leyendo para descubrirlo.
Valeria descubre que su novio le fue infiel con su mejor amiga y, en su dolor, se aleja de todo. Tras un trágico accidente que le hace perder su bebé, Alejandro Salazar, un magnate que desea remediar su culpa, le propone matrimonio. Sin embargo, Valeria se enfrenta a una nueva realidad al enterarse de que está embarazada de él. En medio de emociones contradictorias, deberá decidir si abrir su corazón nuevamente y encontrar el amor en un mar de traiciones y redención.
Zen Luo, un joven y prodigioso patrón del clan Luo, perdió todo lo que apreciaba durante una pelea interna de la familia provocada por la codicia. Y después de eso fue esclavizado, pero al mismo tiempo, los impulsos de la venganza se calentaron a fuego lento. Nació una leyenda cuando, gracias al trabajo duro y la determinación, se convirtió en un arma poderosa. ¿Finalmente tendría éxito en vengar a su padre? ¿Llegaría al destino de la inmortalidad? ¿Qué pasaría con los que tratan de matarlo? ¡Lea esta historia y descúbralo!
Selene Shadowfang se ve atrapada en un torbellino de desesperación tras la dolorosa pérdida de su Mate. Convencida de que la soledad es su destino inevitable, se sumerge en una vida marcada por la oscuridad y la rebeldía. Sin embargo, la diosa Luna, cuyos designios son misteriosos, comienza a trazar un nuevo camino para ella. Cuando un enigmático lobo entra en su vida, Selene se enfrenta a la posibilidad de un nuevo comienzo que se niega a aceptar. ¿Podrá abrir su corazón nuevamente a la conexión y al amor que el destino le depara, o seguirá aferrada a la idea de la soledad como su destino ineludible? Nada está escrito y la diosa Luna ya ha tomado una decisión. ¿Cuál será el destino de Selene en este intrigante juego de destino y amor?
Hace tres años, la familia Moore se opuso a la decisión de Charles Moore de casarse con su amada mujer y seleccionó a Scarlett Evans como su novia. Pero Charles no la amaba. De hecho, la odiaba. Poco después de la boda, Scarlett recibió una oferta de la universidad de sus sueños y se lanzó sobre ella. Tres años más tarde, la amada mujer de Charles cayó terriblemente enferma. Para cumplir su último deseo, él llamó a Scarlett y le presentó un acuerdo de divorcio. La joven estaba profundamente herida por la abrupta decisión de su esposo, pero ella decidió dejarlo libre y aceptó firmar los papeles. Sin embargo, Charles pareció retrasar el proceso deliberadamente, dejando a Scarlett confundida y frustrada. Ahora, Scarlett estaba atrapada en las consecuencias de la indecisión de Charles. ¿Sería capaz de liberarse de él? ¿Charles eventualmente entraría en razón y enfrentaría sus verdaderos sentimientos?
Melissa podía tolerar ser engañada y humillada; pero si la acusaban de algo injustamente, sería una historia diferente. A los ojos de su esposo, tres años de matrimonio eran menos importantes que una simple lágrima de su amante Arielle. Y finalmente, él la abandonó sin piedad en un día lluvioso. Cinco años después, Melissa reapareció con sus adorables gemelos; esta vez, se convertió en una médica de fama mundial. Fue entonces cuando su exmarido, Everett, le pidió que ayudara a Arielle... "Abuelo, si quieres hablar con mamá, primero tienes que pasar una prueba". El hijo pequeño de Melissa, Merrick, levantó con orgullo la barbilla. "¿Abuelo?". Everett se preguntó si parecía tan viejo. "Papá, sí eres muy viejo... ", dijo Lindsey, la hermana gemela de Merrick con un puchero.