Abigail Mason quería un marido para vengarse de su exnovio infiel y su hermanastra traicionera. Con la ayuda de su amiga, debía conocer en un restaurante a una modelo que estaba en quiebra pero que podría ser el candidato ideal a marido. ¿Noticias de ultima hora? Lo era. Sin embargo, cuando llegó allí, le propuso matrimonio al hombre equivocado que estaba muy guapo y se casó con él el mismo día. ¿Quién era ese tipo frío y despiadado? ¿Por qué la estaba ayudando? ¿Por qué sus ojos brillaban cada vez que la miraba? ¿Estaba jugando algún tipo de juego? ¿Estaba desarrollando sentimientos por ella? ¿O simplemente quería probarla? Únase a esta montaña rusa de amor, traición y amistad con Abigail Mason y Henrry Castillo y descubra cómo el amor puede cambiar a uno como persona.
-¿¡QUE DIABLOS ESTA PASANDO AQUÍ!? -Abigaíl gritó llena de cólera y sus ojos picaron-. ¿¡Mi hermana y mi prometido teniendo sexo!?
Su corazón latía tan fuerte en su pecho, cuando miró a las personas desnudas en la cama que creyó que la amaban ¡LA HABÍAN TRAICIONADO! ¿ACASO ERA UNA PESADILLA? Su mente aun no podía procesar aquella escena.
Leticia se tapó rápidamente el cuerpo con una manta, mientras maldecía la presencia de Abigail, una sonrisa maliciosa paso por sus labios.
Brayan se puso rápidamente un bóxer nerviosamente y se acercó a Abigail.
-Abi, cariño lo puedo explicar, yo...
Una bofetada le llego a la cara, antes de que pudiera reaccionar.
-¡CARIÑO! ¿Eh? -Abigail se burló mientras las lágrimas rodaban por sus ojos, aquellas palabras que antes amaba escuchar ahora le parecía más que una simple burla y repugnancia-. ¿¡Qué mierda vas a explicar!? Como se burlaban de mí a mis espaldas en mi propia cama.
-Se suponía que nos veríamos hasta mañana -dijo Brayan.
Abigail lo miro con incredibilidad ante el cinismo de este hombre, ¡diablos lo atrapo con su hermana teniendo sexo en plena luz del dia en su departamento! En el que llevaba bebiendo apenas tres meses y lo único que podía decir era que no tenía que llegar hoy.
Vaya descaro. Ahora la gente no tenía ni la pisca de el sentido de vergüenza.
No lo podía creer, ¿este era el hombre de quien ella se había enamorada cinco años atrás? ¡Estaba tan ciega que no vio con la clase de alimaña que era!
Abigail suspiró y limpio las lágrimas que corrían por sus mejillas. -¿Escucha bien, desde hoy el compromiso queda cancelado? No quiero volverte a verte ¡ASI QUE SAL DE MI VISTA Y LLEVATE A TU PERRA DE MI APARTAMENTO! -grito.
Brayan río. -Abigail no tienes nada, este apartamento me pertenece, recuerda está bajo mi nombre y en cuanto el dinero que tienes en el banco está en mi cuenta. Asi que bien haces como si nada hubiera pasado, te disculpa, nos casamos y are como si no me hubieras abofeteado.
-¿QUÉ? -Abigail jadeo. Era todo su trabajo y esfuerzo de los últimos años.
-Lo que oíste -Brayan resoplo-. O haces como si nada hubiera pasado o te largas de aquí sin nada.
Abigaíl estaba tan cabrera que todo su cuerpo temblaba.
-¿Ustedes lo planearon? -siseo con enojó mirándolos a ambos. Sus ojos estaban llenos de furia y resentimiento, no podía creer que había estado viviendo todo este tiempo con el enemigo.
-Querida yo solo le di, lo que tú no le dabas -Leticia se burló, sonriendo desde la cama.
Abigail y Brayan vivían juntos, pero dormían en cuartos separados. Se suponía que su primera noche juntos seria en la noche de bodas, Abigail se lo había dicho y Brayan parecía no tener problemas con eso.
¡PERO LO QUE JAMAS IMAGINO ERA QUE ESTE SE ESTA REVOLCANDO CON SU HERMANA A SUS ESPALDAS!
-¡Tú! MALDITA PERRA -grito Abigail y se abalanzo hacia su hermana, pero antes de que pudiera tocarle un solo pelo a Leticia Brayan la tomo por la cintura.
-Contrólate -dijo Brayan.
-¡MALDITO CANALLA SUÉLTAME! -Abigail luchó, pero fue inútil, su fuerza no era nada comparada con la de Brayan.
-¡Suficiente! Abigail deja el drama -siseo él-. Soy hombre, que pretendías que fuera un monje durante estos cinco a... ¡AHHH! -grito Brayan del dolor.
Abigail estaba mordiendo su brazo. La furia había nublado sus sentidos que ni siquiera le importo el sabor de la sangre en su boca.
Brayan aulló de dolor. -¡Perra loca! -dijo y la empujó. Abigail se tambaleo.
-Fuera de aquí antes de que llame a la policía -chillo Leticia quien corrio a lado de Brayan.
-Esto no se quedará así -dijo Abigail y limpió la sangre de la comisidura de sus labios y se dio la vuelta para irse, mientras las lágrimas nublaban sus ojos.
El dolor que sentía era inexplicable.
Joder era su prometido de años a quien ella había amado ciegamente con su hermanastra, no, no, no, ella hubiera preferido que hubiera sido cualquier mujer, solo tal vez el dolor seria menos.
Pero para colmó todo lo que ella había trabajado todos estos años, sus ahorros y incluso la mitad del dinero que dio por el apartamento tambien lo perdió hoy dia.
Absolutamente todo.
Abigaíl salió del edificio, mientras Brayan corría detrás ella, sin mirar hacia atrás se metió en su coche que era lo único que estaba a su nombré, al menos. El motor rugió cuando su dueña acelero a fondo.
-Abigaíl, me la vas a pagar-dijo Brayan golpeado la puerta del conductor-. ¡VUELVE ACÁ! SI TE VAS NO INTENTES VOLVER PORQUE, NO TIENES NADA....
Su voz dejó sonar en los oídos de Abigail, mientras el auto se alejaba de lugar, sus ojos enrojecidos miraron por última vez por el espejo retrovisor a maldito infiel perro que tuvo de prometido.
Se suponía que se iban a casar mañana. Cómo no podían verse hasta el dia de la boda por eso ella se había ido a la casa de su difunto padre que ahora le pertenecía a su madrastra tres días antes, pero ella se moría por ver a Brayan por lo que decidío sorprenderlo por eso había ido al departamento que ella había comprado para vivir juntos, pero la sorprendida había sido ella.
A media noche en un lugar escurridizo donde se llevaba a cabo una carrera de autos ilegal, todos los espectadores gritaban animando a los corredores. En la parte más alejada se encontraba Abigaíl sentada en capo, tomado licor junto a su mejor amiga Sasha.
-Brayan, hijo de puta, Leticia, los odio -Abigail dijo llena de odio y furia.
-Te dije que no me daba buena espina esa perra de Leticia -Sasha cuestionó enojada por lo que le habían hecho a su amiga.
Sabía que Leticia, tenía mucha envidia de Abigail y jamás la trato como su verdadera hermana.
Los ojos de Abigail se llenaron determinación. -Recuperare lo que es mío y me vengare -dijo con una sonrisa en sus labios.
Sasha frunció su entrecejo. -No me digas que te acostará con el primer hombre que aparezca por allí y nueve meses después tendrá el regalo después del postre -se burló.
-¡QUE! No -dijo Abigaíl arrugando la nariz de solo pensarlo-. Tengo algo mejor en mente.
-¿Qué es? -pregunto con cautela Sasha, nada bueno se podía esperar de una mujer despechada.
Dicen que una mujer dolida y traccionada es sumamente peligrosa.
-Me casaré y recuperare lo que es mío por derecho-dijo Abigail y aplaudió-. No les daré el gusto de que me vean derrotada, les mostrare que soy tan feliz. Leticia sabrá que con lo único que se quedo fue con los restos de basura de reciclaje-...
-Firmalos -dijo el mientras la miraba.. -¿Que es? - ella preguntó cautelosa. -Es un contrato de Matrimonio. Seras legalmente mi esposa durante los proximos siete dias. Aunque soy de la opinion de la que podria aburrirme de ti, dentro de los proximos cinco dias, por eso elijo los siete dias en caso no lo aga. Seras libre luego de eso, lo juro... Jane Moroe, tiene 27 años, divorciada, creé que es estéril y vive una vida solitaria. Alexander Black, 30, años y un atrativo soltero. Un hombre de negocios exitosos. Pero es egocentrico impulsivo y un fanatico del control....
-¿Cuánto? -pregunto enojada ignorando todo. -Un millon de dolares -hablo con una cara sin emociones. Ella lo entendio ahora. Las sirvientasno cobran demasiado asi tardara toda la vida en saldar su cuenta. Po eso es tan presumido. Estaba en sus propios pensamiento cuando las suigientes palabras llamaron su curiosidad. -Hay una manera en la cual puedas pagar el monton de una vez. Entoces seras libre de regresar con tu familia -hablo con voz profunda. Sus brillates ojos azules se encontraron con sus orbes grises y helados. Por primera vez vio una emocion en sus ojos ademas de ira. Sus gelidos orbres grises bagaron por su cuerpo de cabezas a los pies. Sintio escalofrios por su mirada. Sus ojos se oscurecieron y una sonrisa astuta aparecio en sus labios. Bofetada.
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