Ella era la malvada de la historia, pero qué pasa cuando conocemos lo que hay detrás? Luego de un tormentoso divorcio, Eva Golf pensó que había escapado de su verdugo y ya había pagado por todos sus pecados pasados... Ella intentará rehacer su vida, haciéndose cargo de la empresa que ha heredado y es allí, en dónde conocerá a Lucas Black, su nuevo asesor, un hombre diferente a todo lo que ella ha conocido. Nuevos sentimientos empiezan a surgir en Eva, pues ella ha encontrado una nueva oportunidad, sin embargo, todo se pondrá en su contra... Una madre elitista y asfixiante que se opone a su nueva vida, los inversores de la empresa que querrán sacarla de su propia compañía y por si no fuese poco... Los exs de Lucas y Eva, regresan arrepentidos para recuperar su amor. ¿Logrará Eva empezar una nueva historia después de su oscuro pasado y todos los pecados que tiene que pagar? Nota: Este es el libro 2 de Perdido en tus Curvas Biología Amor Propio No es necesario que leas el primero para entender este, pero si te lo recomiendo porque está muy bueno!
Luego de sentirme toda mi vida como una mujer exitosa y empoderada, ¿Podría llegar a sentirme como una fracasada? Aunque nunca antes había vivido ese sentimiento, hoy había descubierto que sí era posible.
Acababa de llegar de un largo viaje y entré en mi habitación a paso apresurado, queriendo tomar una larga ducha, para acostarme a descansar, solo quería cerrar mis ojos y olvidarme de todo.
No había alcanzado a quitarme una prenda, cuando la puerta de mi habitación sonó con un golpeteo. De mala gana, fui a abrir y me encontré con el rostro malhumorado de mi madre.
- ¿En dónde estabas, Eva?. - Siseo con un tono de enojo.
- ¿Qué?. - Me mostré confundida. - Lo sabes, estaba en un viaje de negocios...
- ¿Para dónde?. - Replicó irritada.
- En el trabajo, mamá, ya te lo había dicho, ¿No?. - Contesté con algo de hastío.
- No me mientas, Eva, no seas tan descarada. - Me amenazó, levantando un dedo frente a mi cara, dejándome con la boca abierta, balbuceando.
- ¿Qué...? ¿De qué hablas...?.
- Llamaron de la empresa, desde que te fuiste hace una semana, no has vuelto y dejaste un desastre allá, te necesitan mañana a primera hora, así que prepárate para tomar un vuelo muy temprano... - Murmuró ella, fijando la vista en mí, con sospecha. - Y más te vale que no andes en algún bochinche, Eva... Ya tenemos suficientes habladurías con tu divorcio. - Gruñó mi mamá por lo bajo y se dio la medía vuelta para retirarse.
Bufé frustrada, tirando la puerta con fuerza. ¡Solo quería gritar, estallar, desaparecer! Con treinta y tres años y divorciada, mi mamá todavía quería tratarme como una adolescente. Vivía en su casa, sí, pero solo era algo temporal, mientras que encontrara un lugar acordé con mis estándares, ya que el miserable de mi exmarido, no pudo dejarme el apartamento en el acuerdo de divorcio.
Este no era mi mejor día, últimamente, parecía que la vida estaba empeñada en voltearme todo y eso me tenía frustrada.
Cuando era una niña, solía imaginar, que para este momento de mi vida, tendría todo lo que quería, pero, en cambio, sentía que lo estaba perdiendo todo.
Acababa de llegar de viaje, en eso no le había mentido a mi madre, pero no se trataba de un viaje de trabajo, había ido a visitar al esposo de mi hermana gemela, Ava. Y esa no era una visita precisamente amistosa.
*
Flashback:
Había descubierto, que mi hermana se estaba viendo con mi exmarido, no los llegué a ver en una situación comprometedora, pero como ellos tuvieron una relación sentimental antes de que él se casara conmigo, para mí, era evidente que entre ellos dos estaban renaciendo sentimientos del pasado.
Por eso, sentí que debía poner en su lugar a la descarada de mi hermana y fui a ver a su marido, para contarle todo lo que sucedía. Yo no lo conocía, solo me había enterado de que estaba manejando la sede principal de la empresa familiar y con esa información era suficiente para llegar tocando la puerta de su oficina.
Fue una enorme sorpresa conocer a ese hombre, el esposo de mi hermana, Alex Grand, cuando supe que mi hermana se había casado, asumí que su esposo sería un tipo patético y desagradable, puesto que ella es... Bueno, gorda.
Y con ese aspecto, ¿Qué otro tipo de hombre podría enamorarse de Ava?.
Pero casi me caigo de la impresión, al encontrarme con un hombre increíblemente sensual y atractivo, que me hizo erizar la piel con solamente su mirada, algo que nunca antes me había sucedido.
Y en ese primer encuentro, hubo un momento de confusión.
Como mi hermana había estado tomando unas supuestas vacaciones en la casa de mis padres por unos meses y su esposo no la había visto, aparentemente, al verme entrar, Alex Grand pensó que yo era Ava y que había bajado bastante de peso, obviamente.
No podía desaprovechar esa situación, quiero decir, ¿Cuántas veces te podrías encontrar con un hombre como ese y que te confunda con su esposa? Había viajado por horas para desenmascarar a mi hermana con su esposo, pero ahora, era mucho mejor, porque podría arrebatárselo.
¿Por qué le haría algo así a mi propia hermana? Primeramente, ella se estaba metiendo con mi exesposo y en segundo lugar, yo estaba segura de que ella no se merecía a un hombre como ese, pero yo sí me lo merecía, Alex Grand estaba a mi nivel.
Me metí en mi papel y me hice pasar por mi hermana, con cada minuto que pasaba, me sentía más segura de mi decisión, Alex era todo un caballero, atento, amable, romántico, inclusive me organizó una cena romántica de bienvenida, ¿Cómo pudo ser mi hermana tan estúpida como para dejarlo solo por tanto tiempo?.
Todo era perfecto, mientras mi hermana estaba en la casa de mis padres, yo enamoraría a Alex y cuando él estuviera completamente prendado de mí, le diría la verdad, mi verdadera identidad, pero ya sería demasiado tarde, él estaría tan enloquecido por mí, que mi engaño, no le importaría.
Para la noche, luego de una increíblemente romántica cena, Alex me acompañó hasta nuestra habitación, debía acostumbrarme, esa sería mi nueva habitación de aquí en adelante y al entrar, solo quería lanzarme sobre él para iniciar con mi plan seductor, sin embargo, Alex solo me dejó expectante, mientras se dirigía al baño.
Lo esperé ansiosa, le mostraría lo que era una verdadera mujer, le haría cosas que jamás se había imaginado, lo complacería hasta dejarlo desorbitado y le succionaría todos sus jugos hasta dejarlo seco, haría todo lo que estuviera a mi alcance para que no se saciara de mí.
Bien dice el dicho que una verdadera dama, lo es desde la puerta de la recámara hacia afuera, en el interior de la habitación matrimonial, es otra cosa.
La puerta del baño se abrió y mis ojos se abrieron de par en par con la misma rapidez, no por ver a Alex en ropa interior, que por cierto, si estaba buenísimo, sino por qué en su mano, traía un látigo, ¿Un látigo? ¿Qué carajos pensaba hacer con eso?.
- ¿Estás lista para jugar, cariño?. - Preguntó él, mientras movía el látigo en sus manos, caminando lentamente hacia mí.
- Eh... Yo... Cla... Claro... Pero... - Balbucee nerviosa, sintiendo como mi cuerpo quería retroceder, aunque no podía moverme si no quería crear sospechas.
«¡¿Dios mío?! ¡¿Qué pretende este hombre?! ¡¿Quiere golpearme con eso?! ¡¿Le hace eso a mi hermana?! ¡¿O ella se lo hace a él?!», mi cerebro trabajaba a mil por segundo, intentando encontrar una salida a esta situación, pero por más que lo pensé, no supe qué hacer.
- ¿Y bien? ¿No te provoca jugar?. - Insistió Alex, cada vez más cerca, seguramente notando que no había ningún movimiento de mi parte.
- Yo... - Tragué saliva, respire profundo. «Puedo hacerlo» me dije a mí misma, pero cuando él estuvo más cerca, mi pensamiento cambió, «¿Puedo hacerlo? ¡No! ¡No puedo!». - ¡¿Estás loco?!. - Vocifere apartándome.
- Muy bien, ahora que sé hasta donde eres capaz de llegar, quiero saber, ¿Quién carajos eres?. - Me miró sonriendo con malicia.
- ¿Eh?. - Respondí perpleja.
- Sé que no eres mi esposa, ¿Quién eres y que es lo que quieres? ¿Qué pretendes? ¿Qué es lo que buscas?. - Comenzó a preguntar con autoridad, dejándome paralizada.
- Yo... Yo soy la hermana gemela de Ava... - Solté caminando hacia un lado de la habitación, alejándome de él y temiendo su reacción. - Mi nombre es Eva Golf.
- Muy bien, Eva. - Él me miró ceñudo. - Ahora me dirás, ¿Qué carajos querías lograr haciéndote pasar por mi esposa?.
- Yo...
- Te recomiendo que no me mientas, ya te distes cuenta de que no es fácil engañarme... - Intervino él, en forma amenazante.
- Bien. - Resople, sintiéndome entre la espada y la pared. - Vine porque quería exponer a mi hermana... - Afirmé intentando tomar convicción, no iba a permitir que él me intimidara más, ese no era mi estilo.
- ¿Qué?. - Él arrugó el entrecejo, confundido.
- Así es, ese era mi plan original, contarte lo que mi hermana hace en París, a tus espaldas...
- Habla, pues... ¿Qué es lo que quieres decir?. - Gruñó con algo de rabia.
- Descubrí que mi hermana se ha estado viendo con mi exmarido, Ethan, quien es, nada más y nada menos que su exnovio. - Él se quedó con la boca abierta por un instante.
- Si eso es cierto, ¿Por qué intentabas hacerte pasar por ella y seducirme?. - Preguntó dando un paso hacia adelante, con los puños cerrados a los costados, haciéndome retroceder automáticamente.
Sí, efectivamente, no quería verme intimidada por ese hombre, pero no era fácil actuar decidida frente a él.
- Pues, verás... Lo cierto es que no esperaba que el marido de mi hermana, fuera tan... - Intenté buscar una palabra adecuada, pero él parecía ansioso.
- ¿Tan...?. - Insistió.
- ¿Atractivo? Sí, bueno, tan sexi... Ya lo dije, eres sexi... Así que se me ocurrió...
Él levantó su mano frente a mi rostro, como una señal para callarme, lo cual me pareció muy grosero, aunque cerré mi boca en automático.
- No digas más, ya entendí. - Gruñó y se dio la media vuelta.
El muy idiota me dejó allí, confundida, sin saber que hacer o decir, mientras lo vi caminar por toda la habitación, vistiéndose, arreglar una pequeña maleta y hacer varias llamadas.
Una hora después, estuvo listo y tomó su bolso para salir.
- ¡Hey! ¿A dónde vas?. - Pregunté levantándome de un extraño e incómodo sofá que tenían en la habitación. Él se detuvo en la puerta.
- ¿A dónde crees? Voy por mi esposa. - Respondió Alex, elevando una ceja.
- ¿Vas a buscarla después de lo que te conté?. - Pregunté atónita.
- Mira, te voy a aclarar algo... A mí, tus cuentos, no me valen de nada y mucho menos cuando tuviste el descaro de querer engañarme. ¡Yo amo a mi esposa! Y al menos que ella me diga que quiere a otro y no quiere nada más conmigo, no la dejaré ir... - Explicó Alex muy serio.
Sus palabras provocaron un escalofrío por todo mi cuerpo, la decisión en sus ojos, su actitud tan masculina, su determinación, provocó una punzada de dolor en mi pecho, entonces me di cuenta de que, Alex Grand, realmente amaba a mi hermana y era evidente, que no le importaba su físico.
Los celos y la envidia me carcomieron desde lo más profundo de mi interior. Por un instante, por un breve instante, sentí el anhelo y el deseo de que alguien me amara así, un amor de verdad, con sinceridad, alguien que mi quisiera tal como soy.
Pero no, volví a enterrar ese deseo en lo más profundo de mi ser, porque después de la traumática experiencia de mi divorcio, había decidido no arriesgarme más, ¿De qué servía el amor, si no era para causar sufrimiento? Y yo no quería pasar por eso otra vez.
Al notarme ensimismada en mis pensamientos, Alex se dio la media vuelta para irse, el sonido de la puerta al cerrarse me hizo reaccionar y salir rápidamente tras él.
- ¡Espera!. - Lo llamé mientras él bajaba las escaleras, muy apurado, me apresuré en alcanzarlo. - ¿Me vas a dejar aquí? ¿Así nada más?. - Pregunté confundida.
- ¿Qué quieres que haga? Yo no te invité a mi casa. - Respondió Alex, arrugando el entrecejo, mirándome con ansiedad, se notaba que ya quería irse.
- Oye, pero... ¿Qué se supone que haga?. - Lo jalé por la chaqueta cuando ya abría la puerta.
- Puedes quedarte, no te correré de mi casa, pero solo porque eres la hermana de mi esposa... Te puedes ir por la mañana, tú verás como vuelves a París, no quiero que Ava se entere de que viajamos juntos, no sé qué clase de relación tengan ustedes, pero no me puedo arriesgar a qué ella piense algo que no es o que tú inventes otra estupidez. - Luego de decir eso, se soltó de mi agarre y se fue.
Suspiré pesadamente, Ava era una mujer muy afortunada, siempre lo fue. Mi pecho me dolió, había tanto de ella que yo envidiaba, solo que nunca lo dije, a nadie.
Nicole Matthews se casó profundamente enamorada de un hombre que no la quería en un matrimonio arreglado, manteniendo la esperanza de que algún día él se terminaría enamorando de ella. Sin embargo, eso nunca pasó, él solo la despreció, tratándola de gorda y manipuladora. Luego de dos años de un matrimonio seco y distante, Walter Gibson, el esposo de Nicole, le pidió el divorcio de la manera más degradante. Sintiéndose humillada, Nicole acepta el plan de su amiga, Brenda, quien le sugiere darle una lección a su futuro exesposo, usando a otro hombre para demostrarle a Walter que la mujer que despreció y trató de gorda, podía ser deseada por otro. Solo debían contratar a un gigoló. * Patrick Collins, ha sufrido una decepción amorosa tras otra, todas las mujeres que han mantenido una relación con él, solo han demostrado interés por su dinero, pues Patrick es uno de los herederos de la familia más rica y poderosa del país. Él solo desea enamorarse de verdad de una mujer que lo quiera por quien es y no por su apellido. Y una noche, en un bar, una mujer hermosa, curvilínea y desconocida se acerca a Patrick y le habla, confundiéndolo con un gigoló, esa mujer le hace una propuesta a Patrick fuera de lo común, que le parece muy interesante y no puede rechazar.
Megan Smith es una mujer que resalta a dónde quiera que va por su belleza, sin embargo, lejos de ser una bendición, esto siempre le ha traído problemas. La belleza de esta joven se convertirá en su mayor castigo cuando debido a una trampa, ella se acueste con un desconocido, un suceso que cambiará su vida drásticamente, obligándola a desaparecer, por temor a lo que pueda suceder. El atractivo heredero, Albert Collins pronto se convertirá en el hombre más rico y poderoso del país, por eso, es normal para este hombre que las mujeres lo persigan y deseen, lanzándose sobre él, sin recelos, no obstante, ninguna de ellas parece capturar su interés. Esto cambiará, cuando una joven tan hermosa que lo deja impactado, se aparece frente a él rogándole por una noche juntos, Albert no puede negarse, parece hipnotizado por los encantos de esa dulce damisela. A la mañana siguiente, luego de una noche única e inolvidable, él está seguro de que esa misteriosa chica es el amor de su vida, la mujer con la que debe casarse, sin embargo, ella ha desaparecido, por lo que él no descansara hasta tenerla de vuelta entre sus brazos.
Isabella Sinclair lleva el apellido de la segunda familia más rica y prestigiosa del país, pero solo eso. Su padre, fue desterrado de la prominente familia, por contraer matrimonio con su madre, una mujer de procedencia humilde. Razón por la cual, Isabella nunca ha tenido ningún contacto con la familia de su padre. Con apenas 22 años, Isabella se ha quedado sola y desamparada, viviendo en la calle, pues sus padres han muerto y el banco le ha quitado todo, debido a las deudas acumuladas. Todo el mundo de Isabella se ha desmoronado, cuando algo increíble sucede. Ella recibe una carta de parte de la familia de su padre, los adinerados Sinclair, invitándola a una singular reunión familiar, la cual se efectuará en un crucero de dos semanas. Al no tener un techo en el cual vivir, Isabella decide ir sin saber el giro que dará su vida durante este corto viaje, ¿Conocer a los Sinclair, significará su salvación o su perdición?
¿El dinero lo puede comprar todo? ¿Inclusive el amor? Edan O’Connor, un millonario, heredero de una importante empresa de inversiones, le promete a su padre casarse frente a él, en su lecho de muerte, para cumplir con su último deseo, solo hay un detalle, su padre no tolera a su novia, Vivian. Por lo que Edan decide contratar a una chica para hacerse pasar por su nueva novia y simular un matrimonio falso frente a su padre. En el hospital, Edan conoce a Alma Contreras, una joven hermosa y humilde, quien tiene a su madre hospitalizada necesitando una cirugía que ella no puede costear. Edan le propone un trato, le pagará todos los gastos médicos a su madre, si ella simula ser su novia por unos días y un matrimonio actuado. En medio del desespero y la necesidad, Alma acepta. Pero hay dos detalles, repentinamente, lo que se suponía era un matrimonio falso, se vuelve un matrimonio real y gracias a una cirugía de último momento, el padre de Edan se salva, cambiando el rumbo de su contrato por completo. ¿Qué pasará cuando en medio de la actuación, empiecen a despertar verdaderos sentimientos entre Alma y Edan? ¿Cómo se tomará Vivian, la novia real de Edan, una mujer pedante y tóxica, el que su novio se haya casado con otra mujer? ¿Será capaz el amor de vencer las barreras del dinero y las clases sociales?.
Ava Golf es la heredera de la importante empresa de modas G&G, perteneciente a su abuelo, ella es una mujer inteligente, exitosa y reconocida en el mundo de los negocios y la moda. Por lo que nunca le ha faltado un pretendiente, sin embargo, todos los novios que Ava ha tenido, han terminado abandonándola por otra mujer, siempre más delgada o joven. Según las habladurías, esto sucede porque Ava es una mujer gordita, con unos cuantos quilos de más y unas curvas muy pronunciadas. Así que, gracias a esto, a sus 33 años, Ava sigue soltera. Luego de su último rompimiento, Ava decide que no creerá más en el amor, se jura que de ahora en adelante, solo tendrá encuentros casuales, nada de novios o pensar en el matrimonio, y con esa premisa sale de fiesta con sus amigas. Esa misma noche, ella conoce a Alex Grand, un guapísimo hombre de ojos azules, con el que tiene un encuentro íntimo casual y a quien nunca más piensa ver. Sin embargo, es grande la sorpresa de Ava, cuando al día siguiente, se entera de que el mismo Alex Grand con el que se acostó la noche anterior, resulta ser uno de los nuevos socios de la empresa de su abuelo. Lo que Ava no se imagina, es que este guapo desconocido, llegara a su vida con toda la intensión de quedarse para siempre y darle un giro de 180 grados.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Todo el mundo esperaba con impaciencia que Rhett se divorciara de Jillian para poder estar con su amor de la infancia. Pero cuando él por fin convocó una rueda de prensa, no fue para anunciar su divorcio, sino para presentar con orgullo al público a su hijo recién nacido. "Ha habido rumores de que mi mujer y yo nos estamos separando. Estoy aquí para aclarar las cosas de una vez por todas. Estamos felices y enamorados, y recientemente hemos sido bendecidos con nuestro angelito".
Ella cayó en la trampa de su hermana y tuvo una aventura de una noche, y, peor aún, se quedó embarazada. Cuatro años después, cuando regresó con su hijo, un caballero encantador apareció en su vida. Desde el momento en que ella lo vio, le pareció familiar, pero no encontró la razón hasta que vio a su hijo junto a él.
Hace dos años, Ricky se vio obligado a casarse con Emma para proteger a la mujer que amaba. Desde el punto de vista de Ricky, Emma era despreciable y recurría a artimañas turbias para asegurar su matrimonio. Por eso mantenía una actitud distante y fría hacia ella, reservando su calidez para otra. Sin embargo, Emma amaba a Ricky de todo corazón durante más de diez años. Cuando ella se cansó y consideró la posibilidad de renunciar a sus esfuerzos, Ricky empezó a tener miedo de perderla. Solo cuando Emma estaba muriendo, embarazada, él se dio cuenta de que el amor de su vida siempre había sido Emma.
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Rhonda era una chica que amaba demaisado. Después de que su novio de varios años perdiera su trabajo, ella no dudó en apoyarlo económicamente. Incluso lo mimó, para que no se sintiera deprimido. ¿Y qué hizo él para devolverle el favor? ¡Engañó a Rhonda con su mejor amiga! Ella estaba tan devastada. Para hacer que su ex infiel pague, aprovechó la oportunidad para casarse con un hombre que nunca ha conocido. Eliam, su esposo, era un hombre tradicional. Él le dijo que él sería responsable de todas las facturas de la casa y que ella no tendría que preocuparse por nada. Rhonda se rio de él y concluyó que era uno de esos hombres a los que les gusta presumir de su habilidad. Pensó que su vida de casada sería un infierno. Al contrario, Eliam resultó ser un esposo cariñoso, comprensivo y hasta un poco pegajoso. Él la animó a ascender en la escala profesional. Además, la ayudaba con las tareas del hogar y le daba carta blanca para decorar su hogar. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a apoyarse mutuamente como un verdadero equipo. Eliam sabía cómo resolver los problemas de la vida. Nunca dejaba de acudir en ayuda de Rhonda cada vez que ella estaba en un aprieto. A primera vista, parecía un hombre común, por lo que Rhonda no pudo evitar preguntarle cómo podía poseer tantos conocimientos acerca de diferentes áreas. Pero Eliam siempre ha logrado esquivar esta pregunta. En un abrir y cerrar de ojos, Rhonda alcanzó la cima de su carrera gracias a la ayuda de su esposo. La vida les iba bien hasta que un día, Rhonda encontró una revista de negocios global. ¡El hombre de la portada se parecía exactamente a su marido! ¡Qué significaba eso! ¿Eran gemelos? ¿O le estaba ocultando un gran secreto todo este tiempo?