Sarah Stenfield persigue su sueño de convertirse en diseñadora de moda, y al unirse a la empresa Styles Mengoni, su vida da un giro inesperado. No solo está en el apogeo de alcanzar sus metas, sino que su jefe, un atractivo italiano, despierta en ella una fuerte atracción. Sin embargo, en un mundo como ese, los conflictos y enredos amorosos no tardarán en surgir. La llegada de Sarah desencadena tensiones entre dos hermanos, los Mengoni, complicando aún más su situación.
Entrevista con el Jefe
Ella aparece sin haber sido invitada, está presente en mi vida a pesar de mis esfuerzos por evitarlo. Simplemente quiero que se vaya, todo se vuelve oscuro y mis intentos por encontrar de nuevo los colores son en vano.
La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante. He perdido el interés en hacer lo que solía apasionarme, como dibujar. Afecta nuestros sentimientos, pensamientos y comportamiento y puede causarnos una variedad de problemas físicos y emocionales. A veces nos resulta difícil realizar las actividades diarias y sentimos que no vale la pena vivir.
Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y no se puede superar de la noche a la mañana de manera sencilla.
Me enrollo en la cama, intento conciliar el sueño pero no encuentro descanso. Pienso en muchas cosas, si tan solo mamá y papá estuvieran aquí conmigo, todo sería diferente. Los extraño tanto.
Algunas lágrimas recorren mis mejillas y caen sobre la almohada. Poco a poco mis ojos se cierran y caigo en un profundo sueño.
***
Los rayos del sol molestan mi rostro, giro en la cama hasta quedar boca arriba y observar el techo. Veo estrellas danzando en direcciones opuestas, haciendo que viejos recuerdos invadan mi mente.
Han pasado dos años desde que vivo en este lugar, el tiempo ha pasado rápido. Observo las paredes lilas, decoradas con bocetos de vestidos que diseñé en el pasado. Esas creaciones que solían inspirarme y ahora solo adornan las paredes de mi apartamento.
Con pereza me levanto y froto mis ojos, aún sintiendo las lágrimas secas en mi rostro. Ignorando los recuerdos de la noche anterior, camino hacia el baño para ducharme y cepillarme los dientes.
Lo hago rápidamente, ya que estoy llegando tarde. Compruebo la hora en mi móvil para estar segura de llegar a tiempo a la entrevista de trabajo. Me dirijo al armario, donde veo los vestidos que cosí. Elijo uno de tirantes hasta los muslos de color melón y unas zapatillas blancas.
Mi cabello cae sobre mi espalda en ondas de color claro, que resaltan las puntas. Me observo en el espejo y, satisfecha con mi aspecto, tomo mi bolso.
Desayuno en la pequeña cocina, con una tostada untada con Nutella y una taza de café. No puedo salir sin tomar al menos un sorbo de café, así que me lo bebo de un trago y salgo apresurada del apartamento. Muerdo la tostada mientras corro por las escaleras del edificio.
El miedo a lastimarme un pie desaparece, ya que todos los días hago lo mismo. Soy experta en bajar corriendo las escaleras.
Una vez fuera del edificio, camino rápido para coger un taxi. Le digo al conductor a dónde me dirijo.
El trayecto es corto, pero logro apreciar la belleza de la ciudad en la que vivo. Italia siempre ha sido conocida como el país de la moda, especialmente las ciudades de Roma y Milán. El arte, la cultura, la gastronomía y la historia forman parte de la vida diaria en Italia, pero la moda es algo que destaca en todas las calles italianas. Este fue uno de los motivos por los que me mudé aquí, con el sueño de convertirme en una reconocida diseñadora de moda.
El clima en Roma es generalmente mediterráneo, suave y templado. Por lo tanto, cualquier época del año es ideal para visitar la ciudad, pero la primavera y el otoño son especialmente recomendables debido a la menor afluencia de turistas. Las calles están llenas de gente madrugadora yendo a sus labores diarias.
Cinco minutos después, estoy en la empresa, admirando ese majestuoso edificio de vidrio azul. Es enorme, con diez pisos y la oficina del señor Mengoni en el penúltimo piso.
-Buenos días -saludo cortésmente a la secretaria de recepción, quien me mira por encima de sus gafas. Probablemente se esté preguntando quién soy, así que me presento de nuevo.
-Vine para la entrevista de trabajo -informo, sintiendo nerviosismo repentino. No es algo positivo, pienso.
La secretaria se levanta y me indica que la siga. Abre una puerta y me dice que pase. Entro con cautela y varios pares de ojos se posan en mí.
Unas chicas jóvenes están sentadas, esperando su turno. Mi atención se enfoca en una mujer con un porte serio, llevando un vestido ceñido al cuerpo con un adorno de volantes en la cintura que realza su figura. Es alta, de piel bronceada y cabello ondulado castaño claro. Sus ojos almendra están perfectamente delineados y una sonrisa adorna sus labios rojos.
-Buenos días, preciosa -me saluda, acercándose hacia mí.
-Buenos días -respondo con una sonrisa nerviosa.
-Toma asiento, las llamaremos a cada una en unos minutos. Voy a buscar al señor Mengoni.
Dicho esto, sale a paso rápido y cierra la puerta tras de sí. Las chicas comienzan a murmurar sobre el jefe, describiéndolo como un hombre guapo y adinerado. A temprana edad se hizo cargo de la empresa de su padre, siendo ahora responsable de todo. Tiene un hermano menor que aún estudia en la universidad. Eso es lo que logro escuchar antes de que la mujer regrese acompañada de un joven elegante, cuyos rasgos destacan sin duda alguna. La simetría de su rostro lo hace atractivo, con una barba cuidada, ojos azules celestes y cabello negro azabache peinado con un corte undercut.
-Buenos días- dice con voz profunda y grave, un extraño pero sensual acento extranjero hace que las chicas suspiren al verlo y no me quedo atrás. La verdad es que es muy guapo.
-Chicas, el señor Luca Mengoni, su jefe. Él hará las entrevistas, les deseo suerte- dice la mujer que según escuché se llama Camile.
Se marcha en cuanto lo dice, dejándonos solo con el jefe, quien detalla a cada una de las chicas hasta posar su mirada en mi presencia y apartarla sin más.
Rayos, eso sí que fue incómodo, no estoy acostumbrada a que me miren, prefiero pasar desapercibida.
La mañana pasó lenta, soy una de las últimas en ser llamada. Me dirijo con pasos cautelosos hacia la oficina del jefe, mi nerviosismo incrementa y mis manos están sudorosas. Al entrar, mis ojos recorren todo el lugar: paredes pintadas de gris y blanco es lo que veo. Una enorme ventana está ubicada a la izquierda, altos edificios pueden verse desde allí.
El señor Mengoni se da cuenta de mi presencia, deja los papeles a un lado y señala la silla frente a él.
-Toma asiento- ordena con tono amable. Hago lo que me pide, calmando mis nervios. Su presencia intimida un poco.
-Señorita Sarah Steinfeld, tiene veintiún años, estudió diseños de moda y no lo culminó. Aún así dice tener el potencial que se necesita- informa esto rápidamente leyendo mi currículum en la carpeta, para luego colocarlo en el escritorio y posar su mirada azul en mí.
-¿Por qué crees que deberías quedarte con el puesto?- pregunta con su mirada puesta en mí.
-Bueno, realmente porque diseñar es lo que me apasiona, y cuando hacemos lo que queremos las posibilidades de obtener empleo son más positivas. Y la verdad necesito este empleo, sé que eso es lo que menos importa, pero me comprometo a dar todo de mí, todo mi potencial en esta empresa.
Mientras digo todo esto, me sorprende no haber tartamudeado. El señor Mengoni me mira con interés, creo que no esperaba esa respuesta, ¿Será que dije disparates? O ¿No estuvo tan mal?
Sólo escucho el tic tac de las manecillas del reloj, que es interrumpido por la voz ronca del señor Mengoni.
-Tienes mucha pasión por lo que veo, eso es bueno. Se necesita empleados que se dediquen a su trabajo, que lo vean como algo importante. Gracias por todo, señorita Steinfeld- expresa mientras se levanta de su silla para luego tender su mano hacia mí.
¿Es todo? Pienso confundida. Sin más, me levanto de la silla y estrecho mi mano con el señor Mengoni, sintiendo cosquilleos en mi palma. ¡Cálmate Sarah! me ordena mi voz interna.
Ya estando en el piso donde están las demás chicas, tomo asiento. La incertidumbre de saber quién se queda con la vacante me llena de nervios.
Alexander Whitmore se ve forzado a casarse con Lauren Green para asegurar su herencia en la empresa familiar. Aunque al principio se desprecian mutuamente, la atracción entre ellos se convierte en un conflicto emocional cuando Alexander empieza a enamorarse de Lauren. Sin embargo, un embarazo inesperado lleva a Lauren a huir y buscar el divorcio. Años después, regresa como exesposa con un hijo, y Alexander, lleno de arrepentimiento, le suplica una segunda oportunidad.
Rashid es un hombre adinerado que pensaba tenerlo todo y conseguir lo que fuera sin ningún problema. Hasta que un día la conoció, Victoria, una chica diferente, tan decidida y llena de peculiaridades. Él había comprado su virginidad y le había propuesto que fuera la madre de su hijo, ella había aceptado, sin saber que esa decisión cambiaría su vida para siempre. ¿Podrá Victoria seguir el contrato al pie de la letra sin enamorarse? ¿Logrará Rashid seguir a su lado sin entregar el corazón y la emoción, aunque no crea en el amor?
Enzo Ivanov, un millonario que no tiene interés en casarse, se encuentra presionado por su padre para elegir entre varias candidatas, algo a lo que se niega rotundamente. Por otro lado, Celine Dubois es una joven que sufre abusos por parte de su padrastro. Un día, escapa de su agresor y busca ayuda. Encuentra a Enzo Ivanov, quien siente una conexión instantánea con ella. Enzo Ivanov la lleva a su casa y le permite quedarse allí. Impulsado por un deseo de proteger a Celine, Enzo le propone un matrimonio falso. Entonces, ambos se ven envueltos en una mentira que conlleva a sentimientos inesperados, poniendo a prueba su trato inicial y lo que verdaderamente sienten.
David King se ve obligado a casarse con la joven Nicolle, pero cuando ella queda embarazada, él la rechaza cruelmente y ella sufre un aborto espontáneo. Sin embargo, el millonario se arrepiente de su actitud y le suplica una segunda oportunidad. ¿Podrá Nicolle perdonar a su ex marido y darle una nueva oportunidad? El amor, el perdón y la redención se entrelazan en esta emotiva historia de segundas oportunidades.
En una historia de amor prohibido, Sofia se enamora de Alejandro, el hermanastro de su padre. A pesar de su compromiso con otra mujer, Alejandro se entera de que Sofia está embarazada. Ahora, el millonario enfrenta la difícil decisión de seguir con su matrimonio o aceptar su paternidad, desencadenando una serie de eventos que cambiarán sus vidas para siempre.
Mabel Romanov ansiaba superarse académicamente en su último año en la Preparatoria "Bradford". Sin embargo, la renuncia del profesor Raymond y la llegada del atractivo y desafiante profesor de física, el señor Burhan, trastocaron por completo su visión del año escolar. El encuentro con el enigmático profesor marcó el comienzo de una trama inesperada. Lo que comenzó como una atracción inevitable se convirtió en la perdición tanto de Mabel como del profesor Burhan Al-Mansour.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
—Toma esto y vete. Ella recogió el trozo de papel que le arrojó sin contemplaciones a la cara. Su corazón se hundió aún más a sus pies. —¿Estás rompiendo conmigo? ¿Qué hice? —ella cuestionó, su voz se elevó. —Nos hemos divertido. ¿No es dinero lo que querías? Fuiste demasiado rápida para abrir las piernas, así que supuse que era el dinero lo que buscabas. Su respuesta la dejó sin palabras. El dolor que la recorrió con sus palabras se sintió como si alguien le hubiera cortado brutalmente el corazón con un cuchillo sin filo. Ella lo amó incondicionalmente, sin esperar nada a cambio, pero se dio cuenta de que su amor no era correspondido. Sin embargo, la vida le tenía preparada una sorpresa aún mayor: su madre fue diagnosticada con cáncer y necesitaba una operación urgente. Para colmo, descubrió que estaba embarazada. Pero, ¿qué sucede cuando, cinco años después, él reaparece en su vida y descubre que es padre de tres hijos?
El amor es ciego. Lucinda renunció a su acomodada vida por un hombre. Se casó con él y se ocupó de todo durante tres largos años. Un día se le cayeron las escamas de los ojos. Se dio cuenta de que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Su marido, Nathaniel, siempre la trataba como a una mierda, porque su amor ya pertenecía a otra mujer. Se dijo a sí misma: "¡Ya basta! He terminado de malgastar mi tiempo con un hombre desagradecido". El corazón de Lucinda se rompió en pedazos, pero de todos modos, reunió el valor para pedir el divorcio. La noticia causó un gran revuelo en Internet. ¿Una joven rica que acababa de divorciarse de su marido? ¡La mujer soñada! Innumerables directores ejecutivos y jóvenes apuestos acudieron a ella como abejas a la miel. Nathaniel no aguantó más. Dio una rueda de prensa y suplicó con los ojos llorosos: "Te quiero, Lucinda. No puedo vivir sin ti. Por favor, vuelve a mí". ¿Le dará Lucinda una segunda oportunidad? Siga leyendo para descubrirlo.
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
Él es el director del hospital más grande de Shine Empire. Ella es la hija del director del hospital Chengyang. Cuando el frío, despiadado y orgulloso Álvaro Gu se tope con la traviesa, simpática e impulsiva Ángela Si. ¿Qué química saldrá entre ellos?