Leonardo Salvatore, un empresario italiano/español de 35 años, ha dedicado su vida al trabajo y a salvaguardar el prestigio de su apellido. Con dos hijos a su cargo, su concepto del amor se limita a la protección paternal, sin haber experimentado el amor romántico. Todo cambia cuando conoce a Althea. Althea Salazar, una colombiana de 20 años en busca de un nuevo comienzo en España para escapar de un pasado doloroso, encuentra trabajo como niñera de los hijos de Salvatore. A pesar de sus reticencias a involucrarse emocionalmente, Althea se siente atraída por Leonardo, quien parece ser su tipo ideal. ¿Podrá su amor superar todo? ¿O el enamoramiento se acabará y se rendirán?
Althea
Decidir viajar a un nuevo lugar era de las cosas que más me llenaba de ansiedad, no estaba segura si estaba preparada para eso, pero ya me había subido al avión, ya había llorado junto con mi familia.
Era hora de animarme y seguir con mi sueño, de ser algo más en la vida, de no quedarme en la misma zona toda mi vida, por fin haría esto realidad, lo iba a conseguir.
-Mierda -murmuré mientras reflexionaba sobre mi primera semana en España. A pesar de mis esfuerzos por obtener empleo, me enfrentaba a la realidad desalentadora de que nadie estaba dispuesto a ofrecerme nada. Quizás la resistencia provenía del agotamiento general hacia los inmigrantes, pero yo me había asegurado de seguir todos los procedimientos legales para obtener un pasaporte de trabajo.
El temor a ser deportada me llevó a hacer todo correctamente, pero descubrí que eso también implicaba derechos sobre mis pagos, algo que no parecía ser bien recibido. La frustración crecía a medida que mi situación financiera se volvía más precaria. En ese momento, me sentí atrapada entre la legalidad y la resistencia a aceptar a alguien como yo.
Me senté en una banca mientras tomaba un zumo de naranja. Extrañaba mi país más de lo que nadie podía entender. Hablaba con mi familia todas las noches, tratando de no asustarlos al contarles que no había conseguido trabajo y que mis ahorros se estaban agotando. Pero cada vez estaba más corta de presupuesto y la señora con la que vivía me odiaba.
Todo estaba verdaderamente como una mierda, pero no me podía rendir. Me había esforzado mucho para desperdiciar estas oportunidades. Me levanté de la banca del parque para volver a ese pequeño apartamento que me había hospedado, aunque las cosas iban tan mal que probablemente me echarían de ahí.
-¡Últimas noticias! La familia Salvatore busca niñera -me giré para ver al individuo con periódico en mano. ¿Quiénes eran ellos y por qué la gente se emocionaba? La duda me ganó y compré un periódico, agradecida de que estuviera en español y no en catalán.
Empecé a leer los titulares rápidos hasta que llegué a la sección de empleos. Dudé unos segundos, pero llamé de inmediato para pedir una entrevista. Cuando me dijeron que sería hoy en la tarde, se me bajó hasta la presión.
-¿Cómo es su nombre? -preguntó el hombre detrás de la bocina.
-Althea, Althea Salazar.
-Muy bien, Althea. La entrevista es a las 4.
-¿A las 4? -hablé para confirmar nuevamente la hora.
-Sí, señorita -era la primera vez que me decían así.
-Listo, ¿en qué dirección?
-En el edificio principal Salvatore -¿y dónde quedaba eso? Tendría que investigar apenas pudiera.
-Está bien, muchas gracias -respondí, temblando cuando colgué. ¿Iba a poder conseguir empleo? Me conformaba con ganar el salario mínimo.
No tenía experiencia, tal vez eso podía influir, pero yo tenía fe en que tal vez podría lograr algo. Con esa esperanza, llegué a donde me estaba quedando, un lugar pequeño, pero apenas para mí sola, que no tenía nada.
Saqué mi portátil y me puse a investigar todo sobre Salvatore. Había mucha información, más que todo chisme. No confiaba casi en eso porque los periodistas son personas muy amarillistas y era ver para creer.
El heredero Salvatore, Leonardo, me llevaba casi diez años. Tenía un hijo de tres años, y no había mucha información, lo cual admiraba, ya que los niños no deberían ser expuestos a los medios a temprana edad. En los chismes hablaban de otro bebé, pero no había nada concreto, simplemente eran habladurías de los medios.
Mi celular empezó a vibrar. Era mi abuela. Le contesté mientras seguía investigando.
-Holis, abuela -respondí como siempre, escuchando su risa.
-Ni siquiera por allá lejos dejas de ser tú.
-Claro que no, tú sabes cómo soy.
-Lo sé, ¿cómo te ha ido estos días? ¿Has podido conseguir empleo? -mi abuela era la única a la que le contaba todo, incluso que estaba desempleada.
-Hoy tengo una entrevista. Espero que se pueda dar.
-Ay, mijita, yo voy a prender una velita para que consigas ese trabajo -sonrió, recordando siempre que me iba a pasar algo importante, me decía eso.
-Entonces iré con total fe.
-Así me gusta. Tú eres muy echada para adelante. No te rindas que yo estoy muy orgullosa de ti -no pude evitar sentir una alegría inmensa al escucharla.
-Gracias, abuela. Gracias por siempre estar conmigo.
-Siempre, mi niña -colgamos la llamada, porque empezaba su telenovela y yo debía correr para llegar a tiempo.
Necesitaba ir en autobús. Estaba yendo con una hora de anticipación por si llegaba a perderlo, cosa que sucedió y tuve que preguntar. Aquí no era la norma hacer eso; podían pensar mal de ti, pero al verme tan desesperada, un hombre mayor me ayudó, y llegué 10 minutos antes de la cita acordada.
-Buenas -saludé a la recepcionista del edificio. Era una chica muy linda, aunque yo siempre había dicho que los europeos eran lindos, ella lo era mucho más. Sin embargo, su actitud quitó todo lo bonito.
-¿Qué necesita? -enarqué una ceja. Me estaba enojando, pero no tenía derecho a hacerlo, así que respiré profundo para no mandarla a comer mierda.
-Vine para postularme como niñera -su actitud no cambió.
-Llené este formulario y será llamada en unos días.
-Yo tengo una cita a las 4 -dije amablemente, pero ella me volvió a tirar el papel con el bolígrafo para señalar donde había un montón de mujeres, llenando ese mismo formulario. ¿Debí madrugar más?
-Althea Salazar -escuché mi nombre cuando estaba a punto de rendirme y levanté mi mirada para buscar quién me llamaba. Nuestros ojos se cruzaron y quedé totalmente sorprendida. Ese hombre era demasiado lindo. Mi madre se volvería loca al ver esa belleza. Era castaño claro, debía medir alrededor de 1.85, sus ojos eran cafés tirando a mieles, y su traje lo hacía ver muy alto y lindo.
-Soy yo -dije un poco tímida.
-Ven -me llevaría hacia los ascensores. Todos me estaban mirando, y la secretaria se interpone.
-Señor, esta señora dijo que se iba a postular como niñera. No puede pasar así -una mirada fría.
-No deberías hacer preguntas innecesarias -siguió derecho mientras yo lo seguía.
¿Él era Leonardo Salvatore? No se parecía en nada a las fotos que había tratado de recolectar. Un silencio incómodo se instaló. Me quedé callada mientras subíamos y nos bajamos en el último piso, una sola oficina aquí.
-El señor Salvatore la atenderá -me indicó para que entrara en la oficina. Hice lo que me dijo y vi a un hombre que levantó su vista. Santa pacha bendita, creo que acabo de conocer al hombre más guapo de este mundo.
Becca Smith nunca ha sentido el amor de su familia. La culpan por la muerte de su madre y la consideran la responsable de la destrucción familiar. Miller Petrov, el mejor amigo de los gemelos Smith, los hermanos mayores de Becca, siempre ha observado su sufrimiento, viendo cómo poco a poco se desmoronaba. No soportaba verla indefensa, lastimada y llorando, porque para él, Becca era suya. ¿Podrán superar todos los obstáculos que se avecinan? ¿O será mejor rendirse y abandonarlo todo?
Pol, un español que ha crecido con todas las comodidades, es ahora el director de una exitosa agencia de publicidad y disfruta conociendo chicas a través de Tinder. Durante un viaje a Colombia, se cruza con Laia, una joven estudiante colombiana que aún está tratando de encontrar su camino en la vida. ¿Qué ocurriría si Laia quedara embarazada tras su encuentro con Pol? ¿Qué pasaría si él la abandonara? ¿Y qué sucedería si, después de un tiempo, Pol decidiera regresar?
Durante los dos últimos años, Louise se entregó con dedicación a la meta de alcanzar la libertad financiera antes de cumplir 25 años. En su exhaustiva lista de logros, casi todo estaba marcado, excepto un punto crucial: la llegada de un bebé. Con determinación, comenzó la búsqueda del padre ideal para su primer hijo. Se sumergió en citas con diversos hombres, ansiosa por conocerlos a fondo. Sin embargo, la realidad no cumplía con sus expectativas, y la lista de candidatos potenciales se reducía cada vez más. Jamás pensó que él volvería a su vida, que le haría volver a hacer sentir ese sentimiento tan intenso, pero a la vez tan triste de volver a quererlo y no quererlo en su vida junto con su hijo que crecía en su vientre.
La una de la madrugada aun no puedo conciliar el sueño siento un calor inmenso entre mis piernas que sube y me provoca calambres en mi vientre, no puedo dejar de pensar en lo que estuve a punto de hacer, ooooh corrección no puedo creer que no lo hice.! Lo necesito! Lo deseo tanto, debo aceptar que es mi deseo mas obscuro ser poseída completamente por el. Mi amor platónico el gran Alex Betta el hombre mas poderoso, rico y codiciado de la ciudad, el único hombre que con solo verlo hace que moje mis bragas. Siguen pasando las horas y yo sigo pensando en lo tonta que fui al no entregarme a el, si es lo único que he deseado en un par de años. Lo amo desde hace años pero siempre ganas mis inseguridades y no me atrevo si quiera a saludarlo, menos me atrevería a decirle las fantasias que tengo con el. Advertencia: Esta historia habla de: *Mafia *Sexo explicito *+21 *Secuestro
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
"Toda la familia de Thalía Cloude tenía preferencia por su hermana menor, Agnes, incluyendo a su esposo Adam Matthews. ¡Adam incluso deseaba divorciarse de Thalía para casarse con su hermana! Thalía sabía que se encontraba enferma de gravedad, por lo que estuvo de acuerdo con aceptar el divorcio. Sin embargo, drogó a Adam para que tuvieran intimidad una vez más, anhelaba que él pudiera recordarla cuando se hubiera ido. Su única condición para el divorcio era que Adam le diseñara un vestido de novia. Era una promesa que él le hizo cuando eran niños. No obstante Adam confundió a Agnes con la niña que conoció en aquel tiempo. Además, toda la familia Cloude apoyó a Agnes para que la verdad no saliera a la luz. A Thalía la invadía una profunda tristeza. Quería desaparecer y estar sola cuando llegara el momento de morir. Para su sorpresa descubrió que estaba embarazada, esperaba al bebé de Adam......"
Un cuento erótico muy excitante y muy picante, donde podrás fantasear mucho. Cuentos de todo tipo, incesto, gay, heterosexual, lésbico. Disfruta de estos deliciosos cuentos eróticos. Lee mientras estás solo. NOTA: Mi propio trabajo
Sinopsis: Brenda Conor es una chica huérfana criada por su despiadada abuela, quien la vende a un millonario paralítico para que sea su esposa, pero él, además de una esposa necesita un heredero, así que hará hasta lo impensable para conseguirlo. Una chica inexperiente, un empresario paralítico 12 años mayor en busca de un bebé, ¿qué puede salir mal?, ¿cómo se las ingeniará Mateo Amery para lograr su objetivo dada su incapacidad?