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-Ese contrato no es tan facil como crees Samantha, si aceptas vas a ser completamente mia, de mi propiedad. ¿Estas consiente de eso? -Dime donde debo firmar - Matthew tomo su portafolio y saco una carpeta con un documento, después de formario seria completamente de el Seria de Matthew Williams.
Samantha
Odio los días lluviosos, sobretodo los viernes, después de salir del trabajo debía caminar diez calles para poder llegar al pequeño departamento en donde vivía con helena, mi única amiga en esta ciudad.
Me había mudado hace algunos meses apenas cuando me gradué de la universidad y todo gracias al empleo que había conseguido, el salario era magnífico así que no dude en tomarlo. Además de que ya no quería seguir viviendo con mis padres, veintidós años con ellos es suficiente.
-¿Que tal te fue en el trabajo? - Helena había hecho unos sándwiches con crema de cacahuate para merendar.
-Bien, lo mismo de siempre. -Dije.
-Siempre que te miró pienso que debiste elegir otra profesión. -Dijo.
-Amo ser maestra, enseñarle a pequeños que después crecerán y enseñarán a otros. -Dije.
-Eso suena muy bonito pero, tú sabes que ese no era tu sueño. -Dijo.
-Bueno.... aveces la vida real es muy diferente a nuestros sueños y será mejor no hablar de eso ahora. -Dije.
-Tienes razón, por que ahora debes tomar una ducha y vestirte, esta noche saldremos con Jack y sus amigos. -Dijo.
- ¿Saldremos? -Alcé una ceja.
-No puedes dejarme sola, de verdad quiero salir con Jack, por favor. - Helena cruzó las manos en señal de súplica, rodé los ojos.
-Está bien. Te acompañare. Pero solo un par de tragos y ya. -Dije.
Entré al baño y tomé una ducha rápida, mi teléfono comenzó a vibrar, era Liam, llamaba una y otra vez.
Enredé mi cuerpo en una toalla y salí para secarme y vestirme. Después de todo tomé mi móvil. Liam estaba enojado.
*Porque mierda no respondiste mis llamadas, seguramente andas de puta por ahí.
Respondí a su mensaje.
*Estaba tomando una ducha, perdóname.
Liam respondió a aquel mensaje con una llamada, gritaba en el teléfono.
-Estaba preocupado por que no respondías. Deja de hacer eso. -Dijo.
-Cariño estaba en la ducha y... -
-Sabes que cuando te llamo tienes que responderme, no vuelvas a hacer eso. ¿Saldrás esta noche?-Dijo.
-No, me quedaré en casa. ¿Por qué? -Mentí, Liam vivía en mi ciudad anterior, a seis horas en auto. Así que dudo que venga este fin de semana, ya que por su empleo nos veíamos poco tiempo y pocos días. Liam y yo teníamos una relación desde hace dos años pero francamente ya estaba harta de él.
-Solo estaba preguntándote, igual llamaba para avisarte, esta semana iré a verte, te extraño mucho mi niña. –
Dijo.
-Yo también. -Dije. -Hablamos después, tengo que calificar unos exámenes. -Dije, evadiendo la llamada.
-Está bien, te amo. -Dijo, finalicé la llamada.
Mi relación con Liam era muy complicada, él era un hombre muy obsesivo, celoso, quería dominarme.
-¿Estas lista?-Preguntó Helena.
-Si, vayamos ya. -Dije.
Helena condujo hasta el bar al que iríamos, habíamos estado ahí antes así que el dueño nos conocía, siempre nos llevaba a la misma mesa.
-Cariño. -Dijo Helena arrojándose a los brazos de Jack, comenzó a besarlo... o mejor dicho comenzó a comérselo ahí.
-Hola bonita.-El respondió a ese beso de la misma manera, deslizando su mano por el trasero de Helena.
-Creí que vendrían tus amigos. -Dije.
-Amigo y si, debe estar por llegar. Dijo Jack.
- Relájate y tomate un trago, lo mereces. -Dijo Helena, pedimos un par de cervezas. Liam comenzó a llamar de nuevo así que decidí apagar mi teléfono. Comenzaba a ser molesto pa mi.
-Disculpen la demora, había mucho tráfico por ahí. -Dijo una voz masculina, voltee la mirada y me tope con un hombre alto y apuesto, bastante serio.
- Descuida Matthew apenas llegamos, ven siéntate. Voy a presentarte a mi novia Helena y a su amiga Samantha. - Dijo Jack.
El extendió su saludo hacia Helena.
-Que gusto conocerte al fin Helena, Jack me ha hablado mucho de ti. -Dijo dibujando una pequeña sonrisa en sus labios. Apenas y parecía que estuviese sonriendo.
-Y al fin conozco al mejor amigo de Jack, el famosísimo Matthew Williams. -Dijo Helena dejando un beso en la mejilla de Matthew.
-Matthew casi no viene a estos lugares, es un amargado. -Dijo Jack riendo.
-A algunos si nos importa el trabajo. - Dijo Matthew tomando asiento justo a lado de mi, sin mirarme.
-Eres el dueño de tu propia empresa, sabes perfectamente que no tienes por que ir a trabajar todos los días. -Dijo Jack.
-Y es por esa misma mentalidad que muchas empresas se van a la ruina. - Dijo Matthew.
-Ya, no vinieron aquí a hablar de trabajo. Jack y yo tenemos algo importante que decirles. ¿Verdad amor?-Dijo Helena con una sonrisa de oreja a oreja, realmente se veía feliz.
-Helena y yo vamos a casarnos. - Jack sonrió mirándola.
- Felicidades. -Dije emocionada.
-Y ustedes son las personas más especiales que tenemos y queríamos que sean los primeros en saberlo. -Dijo Jack.
-Me alegro por ti. Esto merece celebración. Esta noche yo invito a todo. -Dijo Matthew
Helena y Jack fueron hacia la pista de baile y comenzaron a divertirse como solían hacerlo, eran un buen equipo juntos, una parte de mí se alegraba por aquel compromiso, Helena sería feliz y eso era lo que importaba, aún que Jack aveces me daba mala espina.
-¿Tu no bailas? -Preguntó Matthew.
-Vaya, apenas y te das cuenta de que estoy aquí, que gusto. -Reí.
– Te vi desde que llegué, Samantha. - Dijo cruzando su mirada con la mía.
-¿Como sabes mi nombre?-Estaba un poco confundida.
- Jack me lo dijo hace unos segundos. -Rió un poco.
- Cierto. -Bebí un poco.
-No pareces muy cómoda aquí. -Dijo.
-No me gusta mucho venir a este tipo de lugares. -Dije.
-Vaya, tenemos algo en común. - Sonrió.
-Y también tenemos a dos amigos que
disfrutan mucho este tipo de festejos. -Rei dirigiendo mi vista hacia Helena y Jack, estaban divirtiéndose como nunca.
-Entonces son dos cosas en común, hasta ahora. Sonrió.
-Mierda. -Dije poniéndome seria, Liam había venido al bar, estaba completamente serio y caminaba hacia mi.
-¿Pasa algo? -Dijo al notar mi expresión.
-Así que me mentiste. Dijiste que estarías en casa calificando unos putos exámenes. ¡Pero estás en un puto bar engañándome! -Dijo Liam, me tomó del brazo arrastrándome hacia la salida.
-No es lo que estas pensando. Helena está aquí y venimos por qué.... -Liam me dio una cachetada.
Matthew lo tomó por la camisa y comenzó a golpearlo fuerte, agarro desprevenido a Liam así que él apenas pudo defenderse.
-Vuelves a ponerle una mano encima y voy a matarte. -Matthew levantó la voz. Sin dejar de mirar amenazante a Liam.
-Tu no me vas a decir cómo tratar a mi mujer pedazo de idiota. -Dijo Liam y esta vez él le aventó un golpe a Matthew.
-Detente ya Liam. -Dije colocándome enfrente de Matthew, recibiendo un fuerte golpe de Liam. El me miró.
-Vete de aquí o voy a llamar a la policia, ¡vete de aquí imbécil! -Gritó Matthew, tomando mi rostro con sus manos, acariciando mis mejillas.
-Voy a curarte ese golpe. Y no voy a dejar que ese idiota vuelva a tocarte. - Me miró.
-Estoy bien. -Dije, el cobarde de Liam terminó yéndose, No sin antes dejar su patética amenaza.
"Esto no ha terminado, volveré por ti perra" Dijo. Un par de veces.
-Ven, te llevaré a casa. -Dijo Matthew.
-Pero Helena y Jack.... debemos ir. - Dije.
-Ellos siguen adentro, están divirtiéndose, quizá sea bueno dejarlos. Le dire a mi seguridad que se encargue de decirle a Jack que estarás conmigo. -Dijo.
-Está bien. -Dije, él me tomó de la mano y caminó conmigo hacia su auto, abrió la puerta y me ayudó a subir.
Comenzó a conducir.
-Entonces ese hombre es tu novio. -Preguntó sin despegar la vista del camino.
-Si... aunque casi no lo veía. Él vive un poco lejos, antes de mudarme aquí, si pasaba mucho tiempo con él. Aunque... últimamente no disfruto de su compañía. -Dije.
-¿Por que?-Preguntó.
-Es muy posesivo.... quería controlarme. -Dije. Él exhaló poniéndose cada vez más y más serio.
-Ya veo. Parece que hemos llegado a tu casa, que tengas buenas noches. -Dijo sin mirarme, algo de lo que había dicho lo irritó.
-Gracias por traerme a casa. -Dije.
El estaba pensativo, sus ojos estaban fijos en mí y no podía definir ni interpretar la expresión que tenía en su rostro.
-Sube al auto, ahora. -Dijo.
-¿Qué? -Pregunté.
-Sube al auto, ahora. -Repitió, con un temple frío.
No se porque demonios lo hice, solo subí a su auto, él comenzó a conducir sin decir ni una sola palabra. Hasta que llegamos a su casa, parecía una fortaleza, tenía guardaespaldas y un amplio personal de servicio.
-¿Estas nerviosa? -Dijo cuando caminábamos hacia dentro.
-No, solo me pregunto que hacemos aquí. Es todo. -Tragué saliva.
-Dije que te curaría el golpe. Siempre hago lo que digo.-Me miró, acariciando mi mejilla, dirigiendo su vista a mis labios. No pude evitar morder mi labio inferior, él lo acaricio. -No hagas eso. -Susurró.
Malditas ganas de besarlo.
-¿Por que me miras así? -Dije tímida.
- Por lo mismo por lo que tú te estás mordiendo ese labio. Por que me gustas. -Dijo acercándose más a mi.
Intenté alejarme pero me tenía a su Merced, pegada a su cuerpo.
-Acabó de conocerte... esto no está bien.
- Deja la moral a un lado, sabes perfectamente que ahora mismo mueres por que te besé, mueres por ser mía. -Dijo susurrando, rozando sus labios por mi cuello. Acariciando mi cuerpo con sus manos.
-Detente. -Mordí mis labios.
-¿Estas segura? -Besó mis labios, respondí deseosa ante ese beso, no quería separarlo de mi, sus labios le besaban con suavidad. -¿Que quieres ahora? -Dijo separándose un poco de mi.
-Más. -Lo miré a los ojos.
-Lo sabía, eres perfecta para mi. Desde que te vi lo supe, notaste que no te miré y no quisiste llamar mi atención, por que sabías que la tenías.... no perderé más tiempo contigo, hay algo que quiero que sepas. -Me tomó de la mano y se dirigió conmigo hacia una pequeña habitación a un costado de la sala, su oficina en casa.
-No entiendo nada. -Dije.
- Ponte cómoda, que esta noche será muy larga. - Dijo. Obedecí.
- Dime. -Dije.
-Quiero que seas mía. Quiero que seas mi sumisa. -Dijo. Mierda, sabía a lo qué se refería.
-¿Tu... Quieres que yo sea tu esclava sexual o algo así? - Pregunté.
Ser una sumisa va más allá de ser una esclava sexual Samantha, si accedes a ser mi sumisa serás mía completamente, cuerpo, alma y mente. -Dijo.
-Es una locura. -Dije levantándome de la silla.
-Piénsalo. Se que lo quieres, solo abre un poco tu mente Samantha. -Me detuvo.
-Yo... yo no lo sé. -Baje la mirada.
-Te daré hasta mañana para que lo pienses, no te cierres, por favor. - Volvió a besar mis labios. -Anthony te llevará a casa, él será tu guardaespaldas si aceptas firmar el contrato. Te veré mañana por la mañana Samantha. Y espero que tengas una respuesta. – Volvió a besarme, me deje llevar.
Al llegar de nuevo a casa, tomé mi laptop y comencé a investigar un poco más sobre ser una sumisa, lo que el internet mostraba me aterraba. Todo parecía doloroso, definitivamente mi respuesta será NO.
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