Lo último que había esperado era que le sucediera el cambio de alma. Su nuevo cuerpo era una chica nacida en cuna de oro, quien tambieén era la esposa del conocido CEO. Ella pensó que podía aprovechar esta oportunidad para disfrutar de la vida, pero lo que obtuvo fue solo la indiferencia de su esposo. Cuando la mujer que amaba regresó, él pidió el divorcio y ella estuvo de acuerdo sin dudarlo. Sin embargo, Cupido tenía otro plan. Su historia acaba de comenzar ahora.
Era una noche oscura y ventosa, y Cathy Su se encontraba sentada al borde del acantilado, con su vestido ondeando al viento. En ese momento, miró al cielo y rompió a llorar, pues todas las emociones que tenía acumuladas en su interior parecían engullirla a la vez.
"Dios, ¿por qué me haces esto?", sorbió ruidosamente por la nariz a la vez que un fuerte hipo la ayudaba a volver en sí;
miró la lata de cerveza que tenía en la mano y negó con la cabeza.
"¡No, en realidad no es culpa del todopoderoso! ¡El problema es que estuve con ese maldito bastardo, Owen Yang! ¿Cómo pudiste traicionarme así, Owen?", dijo en voz alta y después cayó al suelo derrotada, dado que había estado trabajando en tres empleos diferentes al día para llegar a fin de mes. A pesar de su agitada agenda, sin embargo, logró sacar tiempo para organizarle un cumpleaños sorpresa a su novio Owen, a quien amaba con toda su alma.
Inesperadamente, ella se llevó una sorpresa aún mayor, al encontrarse al hombre con su mejor amiga en la cama;
las dos personas más importantes de su vida la habían traicionado, convirtiendo ese en el peor día de su existencia.
"¡Vete a la mierda, Owen!", escupió Cathy con veneno. '¿Por qué mi vida es siempre miserable?', pensó la mujer, dado que sus padres la habían abandonado en un orfanato cuando era niña, y por lo tanto, las cosas no habían sido fáciles para ella, viéndose obligada a aprender todo por la vía dura. Owen entró en su vida como un soplo de aire fresco, y de esa forma, la chica que había vivido su vida en la miseria hasta el momento, comenzó a creer que ella también podía ser feliz, al encontrar el amor que había estado anhelando toda la vida.
Se había construido una hermosa historia de amor en su mente, pero él había aplastado todos sus sueños y le había roto el corazón, dándose cuenta entonces de que la realidad era todo menos hermosa. Y no solo fue su novio, sino también su mejor amiga, en quien había confiado completamente hasta ese momento.
La mujer sintió que debería haberla abofeteado un poco más fuerte esta tarde, pero aun así, nada podría curar el dolor cada vez mayor en su interior, ni parar la sensación de malestar que también aumentaba con cada minuto que pasaba.
Cathy respiró hondo y se bebió otra cerveza a grandes tragos, acabándosela pronto, antes de tirarla lata vacía por el precipicio;
la visión se le volvió borrosa y ya no era consciente de lo borracha que estaba.
En ese instante ya no pudo soportar más la pena que cargaba sobre sus hombros y solo pensaba en acabar con todo de una vez, así que se dispuso a mirar hacia el acantilado sin fondo, mientras un débil gemido se le escapaba de los labios ante la idea.
'¿Acaso moriré de una forma espantosa si salto desde aquí?', respiró hondo de nuevo y se preguntó a sí misma. 'No pienses en nada y solo salta, Cathy. Es la única forma de escapar de este sufrimiento'.
El corazón estuvo a punto de salírsele por la boca cuando miró hacia abajo, pensando que era más alto de lo que imaginaba. '¿Y si no muero pero termino rompiéndome un par de huesos? Tendré que pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas, y además, como no tengo a nadie que me cuide, mi vida se convertiría en un infierno. Sería peor que esta angustia', se estremeció con solo pensarlo. Por unos momentos vaciló, aunque estaba desesperada por deshacerse del dolor, pese a reflexionar sobre el hecho de que morir tampoco debía ser fácil y que no se veía lo suficientemente valiente como para acabar con su vida.
Un escalofrío le recorrió la espalda y le temblaron los pies.
'¿Qué debo hacer? ¿Debería saltar?
¿O no? Dios, soy patética', dijo para sí, después de lo cual rompió en un ataque de sollozos de nuevo.
Entonces, una ráfaga de viento frío le acarició la mejilla, y al sentirla, se imaginó a sí misma viviendo con una discapacidad en silla de ruedas, lo cual le pareció un final espantoso para su ya miserable vida.
'¡No, no saltaré!', gritó para sí.
Su corazón dio un vuelco cuando un pensamiento repentino le vino a la mente: '¿Y por qué tengo que morir cuando nada de esto es culpa mía? Esos dos vivirían felices sin mí, así que, ¿por qué tengo que castigarme por sus errores?'.
La verdad es que estaba destrozada y no sabía cómo lidiar con la angustia y los sentimientos inexplicables que la consumían, pero sí comprendió que morir no le haría ningún bien, de modo que, sacudiendo la cabeza, giró sobre sus talones para irse.
Sin embargo, el incesante sonido de un claxon llamó su atención, haciendo que se congelara en el acto cuando un rayo de luz cegadora le nubló la vista y que cerrara los ojos con fuerza antes de volver a abrirlos.
La luz se volvió más brillante, provocando que Cathy estirara los brazos para protegerse del fuerte rayo que le daba de lleno en la cara, y antes de poder darse cuenta de lo que estaba pasando, vio un coche de lujo directo hacia ella.
Todo sucedió demasiado rápido;
sus ojos se abrieron con sorpresa mientras trataba de alejarse, a la vez que un fuerte estruendo resonó en las silenciosas colinas, haciendo que la mujer dejara escapar un grito desgarrador cuando la oscuridad la envolvió. Entonces sintió su cuerpo hundirse en el suelo, y los ojos cerrársele de forma involuntaria, al tiempo que comenzaba a perder el conocimiento.
"Dios mío, no quiero morir.
Ayúdame, por favor. Por favor...', murmuró una y otra vez, y como si Dios hubiera escuchado sus oraciones, el cielo nocturno se iluminó.
Abrió lentamente los ojos y entonces divisó una figura borrosa, como un ángel, que se dirigía hacia ella, provocándole una sonrisa
y haciendo que el dolor en su cuerpo comenzara a disminuir gradualmente.
"¡Señora Mu, despierte!".
Cathy se despertó con una voz débil que le resonaba en los oídos, aunque después de unos segundos, la voces ahogadas y los sollozos se hicieron más fuertes, y su cabeza comenzó a palpitar cuando el ruido le arrebató la tranquilidad que había sentido antes de aquello.
"Señora Mu, ¿está despierta?, gritó la dulce voz de una mujer, quien la agarró por la mano, hasta que esta abrió los ojos lentamente.
"¿Quién es?", dijo ella con voz ronca, frunciendo el ceño y recorriendo con la mirada el extraño lugar.
Cada hueso del cuerpo parecía dolerle como si la hubiera atropellado un auto, momento en el que se dio cuenta de algo, ya que los acontecimientos de la dolorosa noche le rondaron por la mente; ¡el coche la había golpeado y empujado al precipicio!
Miró alrededor del lugar desconocido con los ojos muy abiertos, preguntándose dónde se encontraba. '¡Dios mío! ¿Estoy viva o muerta? ¿Tal vez estoy en el infierno o en el cielo?', pensó mientras el agarre de la mano apretó, y sintiendo dolor, gritó: "¡Ay! ¡Suéltame!".
"Está despierta, señora Mu. ¡Es estupendo! Informaré al señor Mu enseguida". "¿Señor Mu?
Pero... ¿a quién se refiere?", preguntó Cathy. "¿Eh?", la mujer gruesa frunció el ceño, y después volvió a decir: "Pues el señor Mu. ¿Quién va a ser? ¿Está usted bien?".
"¿El señor Mu?", repitió ella, frunciendo también el ceño con confusión. "¿Quién es?", seguía diciendo sin encontrarle sentido.
"¿De verdad?", dijo la otra mujer boquiabierta del asombro. "Señora Mu, ¿no recuerda al señor Mu? ¿A su marido? ¿Qué le ha pasado? ¿Se encuentra bien?", y entonces, el miedo y la confusión sacudieron a Cathy. '¿Quién es el tal señor Mu? No me acuerdo...
¿Lo conozco?'. Intentando hacer memoria, comenzó a examinar el lugar y se dio cuenta de que nunca había estado allí.
"¿Dónde estoy?", se sorprendió ella al escuchar su propia voz, puesto que, de alguna manera parecía más dulce que nunca.
La otra chica la miró con preocupación y le comunicó: "Señora Mu, está en el hospital. Lleva aquí casi dos semanas. Todos están preocupados por usted".
"¿En el hospital? ¿Dice que llevo aquí dos semanas? Entonces... ¿todavía estoy viva?", dijo ella tratando de sentarse, aunque su cuerpo no parecía querer colaborar. La chica más robusta se lanzó rápidamente hacia adelante y la sujetó para que no se cayera, antes de contestar:
"Por supuesto que aún está viva. Soy Bliss, ¿recuerda?", a lo que Cathy le devolvió la sonrisa y pensó: '¡Bliss! Qué nombre tan bonito. Le va bien a su cara tan simpática y agradable. Pero entonces...'.
Una noche loca puso en marcha los engranajes del destino. La primera vez que lo conoció, su corazón dio un vuelco. Sin embargo, no era otro que el hombre que se iba a casar con su hermana. Ella ahogó su dolor en alcohol y pasó una noche salvaje con él. Como resultado, ella se convirtió en su esposa. Ella pensó que viviría como una princesa como en los cuentos de hadas, pero lo que ganó en ese matrimonio fue solo su odio. Al no poder soportar más la tristeza, se rindió y se fue. Cuando lo volviera a encontrar, ¿adónde acabaría su historia?
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
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