Celeste, una chica inocente de solo 18 añitos es forzada a entregar su virginidad a su amigo de infancia Erik! Huyendo después del suceso traumático la chica enreda su vida junto con otras vidas... Amor, traición, pasión, todo surgirá a la luz por su huida! Pero, podrá ser feliz algún día?
"Pero no quiero, no pueden forzarme!"
"No puedes forzarme Erik!"
"Erik, detente!"
Erik arrastra escaleras arriba a Celeste ante la mirada atenta de los padres de ambos en la planta baja.
"Mamá, no quiero!"
"Papá, ayúdame!"
"Esto no está bien!"
"Por favor!"
Celeste trata desesperadamente de soltarse del fuerte agarre de la mano de Erik quien tiene un semblante serio.
Erik sube con aplomo los escalones hacía su habitación.
"Celeste, no te resistas, será mejor para ti si te dejas llevar!"
Carol Millers le dice despreocupadamente hacia su hija.
La señora Millers permanece sentada en el elegante sillón en la mansión Myers.
"Si Celeste linda!"
"No te preocupes por nada!"
"Solo relájate y deja que todo suceda como debe de ser."
Katherine Myers, la madre de Erik la anima mientras sostiene una copa escondiendo una sonrisita burlona.
Ella está sentada al lado de Carol Millers.
"Celeste, no hagas más dramas y sube ya!"
"No sigas poniéndonos en vergüenza!"
"No es tan malo como parece!"
Noah Millers, padre de la joven regaña a su hija.
En su opinión personal del señor Millers, su hija está haciendo un berrinche de niña pequeña.
Da un trago a su bebida después de terminar sus palabras.
El señor Millers no comprende porque su hija no le está agradeciendo por la oportunidad que le brinda.
"Diviértete Tigre!"
Gritó Ronald Myers haciendo una seña con el puño.
La carcajada que dejó escapar después fue acompañada por todos los demás adultos reunidos en esa sala.
Ellos bebían en completa tranquilidad y armonía.
Sin embargo, esas risas dejaron helada a la pobre Celeste.
Ella sentía que su mundo se estaba desmoronando poco a poco.
Celeste jamás pensó que viviría una situación como la que estaba experimentando en carne propia.
Ella jamás pensó que su vida cambiaría tanto en un solo día!
O más bien, en una sola noche.
Todo por una maldita reunión de los p padres de ambos con Erik a puerta cerrada.
Tal reunión, la cual no había durado mas de 20 minutos, había cambiado su destino.
Y el de su amigo Erik para siempre.
Erik, quien siempre fue su amable amigo de la infancia, ahora estaba totalmente irreconocible.
Su forma de ser había hacía ella había cambiado demasiado!
Erik estaba hecho una furia!
La hermosa Celeste de solo 18 años ostenta un largo cabello café claro muy bien cuidado que se mueve de lado a lado debido a que ella intenta escapar de Erik.
Sus ojos color miel con largas pestañas negras reflejan su miedo debido a que su piel se ha puesto más pálida de lo que es.
Tiene una hermosa carita pequeña con mejillas sonrosadas y labios rojos, los cuales ella ahora muerde sin parar.
Su esbelto y bien formado cuerpo de poco más de metro sesenta y cinco no es oponente para el musculoso cuerpo de Erik.
De 21 años, con su metro ochenta y cinco, Erik es un joven muy apuesto.
Su cabello café claro siempre está bien peinado.
Su piel es ligeramente bronceada.
Sus ojos verdes claros ahora se muestran casi negros debido a su evidente enfado.
Su hermosa nariz recta se arruga un poco.
Sus apeteciblemente carnosos y rojos labios forman una línea recta.
Su poderoso cuerpo esculpido y duro debido a las largas horas invertidas en el gimnasio haciendo pesas arrastran, sin problema, escaleras arriba a la joven Celeste.
"Erik, por favor..."
Celeste intenta rogar de nuevo.
Ella recuerda que cuando los dos eran pequeños, Erik había sido una especie de "guardaespaldas" para ella.
Erik siempre tuvo una sonrisa alegre para Celeste...
Hasta hacía 20 minutos atrás.
"Erik, no tenemos que hacer esto!"
"Podemos estar en desacuerdo con nuestros padres!"
"Podemos rebelarnos, podemos pelear juntos!"
"Por favor, no lo hagas!"
"Por favor Erik!"
Celeste camina resistiéndose ante el fuerte agarre de Erik en su brazo.
"Por favor, Erik, si alguna vez me estimaste..."
"No tiene que ser de esta manera!"
"Por favor Erik, déjame ir!"
Celeste no le importa rogar con voz lastimera para evitar algo que es impensable para ella.
Ella simplemente no quiere estar en esta dura situación.
Erik solo la miraba furtivamente con el ceño profundamente marcado.
Los bellos recuerdos que compartía Celeste con Erik pasaron dolorosamente por la mente de la joven.
Tantos cumpleaños, aventuras de niños, travesuras, risas, diversión...
Todos esos bellos recuerdos se quedaban moribundos en los escalones.
A Celeste le pareció eterna la escalera que la llenaba de miedo.
"Podemos negarnos, no lo hagas Erik!"
"Por favor, te lo ruego osito polar!"
Celeste rogo de nuevo usando el apodo que le había dado a Erik cuando eran niños.
"Callate Celeste de una puta vez!"
"Y no me vuelvas a llamar osito polar nunca más en toda tu vida!"
"Comprendes?"
Erik exclamó sus furiosas palabras reforzando el agarre que mantenía de la delgada y delicada muñeca de Celeste con su fuerte mano.
Jaló con más fuerza a Celeste para apurar el paso.
El joven quería evitar la penetrante mirada de los adultos en la sala de estar.
Las lágrimas de Celeste corrieron por sus mejillas libremente después de escuchar las duras palabras de su, antes, amoroso amigo.
Lo último que la pobre chica pudo ver antes de desaparecer con Erik en la planta alta fue a los padres de ambos chocando las copas brindando y riendo felices...
Estaban felices como si festejaran algo muy importante para ellos!
Como si lo que los obligaban a hacer a ellos fuera algo bueno y decente!
Celeste pensó que sus padres la amaban.
A su manera, pero ella en verdad creía que la amaban.
Pero ahora...
Celeste se convenció de que los padres de ambos eran unos desalmados, egoístas y repugnantes interesados de mierda!
Si tan solo Celeste hubiera adivinado sus verdaderas intenciones, ella jamás de habría hecho amiga cercana de Erik.
Sin embargo, ella lo había querido desde el primer momento que lo conoció, hace tantos años atrás.
La puerta de la habitacion de Erik estaba frente a ella.
Esa habitacion que ella conocía tan bien como la suya ahora le parecía un cuarto donde la torturarían hasta la muerte.
Erik la empujó adentro con Él y se aseguro de cerrar la puerta con seguro para que la joven no escapara.
En el mismo piso, Emma Myers, hermana de Erik y Camilo Millers, hermano de Celeste observaron la escena desde la habitación de Emma.
Las cabezas de los jóvenes chicos apenas se asomaban por el resquicio de la puerta, ya que ellos estaba enredados en un abrazo fuerte.
Los jóvenes herederos de las familias Millers y Myers no tenían ningún problema en demostrar abiertamente al mundo su amor.
A sus padres les parecía lo más normal y adecuado.
Incluso, desde pequeños, los padres de ambos jóvenes propiciaron que tuvieran intimidad.
Aunque Camilo de 16 años es un año menor que Emma de 17 años, sus padres están felices de verlos juntos disfrutando de su amor.
La atracción de los jóvenes se dió desde el momento en que se conocieron.
Y fue una atracción tan fuerte, innata y posesiva en extremo.
Mientras que Celeste y Erik, sus hermanos mayores jugaban inocentemente, Camilo y Emma lo hacían de forma más...
Sugestiva.
Cuando tenían once y doce años respectivamente, los pequeños quisieron experimentar dándose su primer beso.
Habían visto muchos animes donde los personajes principales se besaban siendo muy niños.
Un día, en la habitación de Emma, en la mansión Myers, Camilo y la pequeña se dieron su primer inocente beso mientras se tomaban de las manos.
El beso les fascinó, por lo que siguieron experimentando.
Buscaron en internet imágenes, videos y todo lo relacionado con besos atrevidos, candentes, fogosos...
Ellos siempre fueron niños muy precoces, intensos, inquietos y curiosos.
A diferencia de sus hermanos mayores Erik y Celeste.
Camilo y Emma siempre se metieron en problemas con facilidad en su niñez.
Siempre fueron el dolor de cabeza de sus padres debido a sus travesuras y aventuras, pero todo cambio con ese beso.
Por primera vez, los dos tuvieron la canalización perfecta para su desbocada energía.
Los pequeños de las dos familias siguieron explorando, practicando y experimentando con sus bocas.
Después combinaron sus bocas con sus manos.
Recorrieron con torpeza sus cuerpos infantiles todavía.
Imitaban ingenuamente a los actores de doramas, animes, series y todos aquellos protagonistas que se besaran apasionadamente.
Ya que pasaban casi las 24 horas del día juntos, ellos pudieron experimentar sin que nadie se opusiera a ello.
El cabello corto y café oscuro de Camilo terminaba todo alborotado por los largos y delgados dedos de la joven Emma.
Cuyo cabello largo castaño muy claro también terminaba algo enredado debido a los dedos de Camilo que la acariciaban con deseo.
De ojos color miel ambos, la tez de Emma era un poco más morena que la del guapo Camilo.
Los dos pasaban horas saboreando sus bocas rojas.
Sus lenguas se habían vuelto expertas en dominar el "beso francés."
Pero ellos querían algo más.
Aunque no sabían cuál era el siguiente paso que de debían dar.
Hasta que un día, un amigo mayor que Camilo, le contó su primera experiencia sexual con su novia.
**By Liliana Situ***
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