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Meli,estaba casada y enamorada de su tierno esposo Emilio.Sus días,eran normales:el trabajo del hogar,la huerta y el arte que el hacía.Todo cambia,cuando Meli ve por la ventana un extraño sujeto,llevaba puesto un sombrero y traje de color marrón.Unos días más tarde,sigue viendo a aquel misterioso hombre. Una tarde cuando sale a su amada huerta,descubre a su marido muerto.Nadie le da una explicación. cincuenta años más tarde,una chica descubre la verdad y se enamora del fantasma de Emilio.
-¡Meli!-exclamó mi esposo, estaba debajo de la escalera.
Yo estaba intentando bajar una rama, sobre el techo. Habíamos tenido un fuerte temporal, varios árboles se habían caído a nuestro alrededor. Por lo tanto, habíamos estado una semana entera limpiando alrededor de nuestra casa.
-¡Ahora bajo!
-Me tenías preocupado,me hubieses esperado-dijo Emilio,lo abracé con ternura, aspirando su aroma.
-Lo lamento,solo quería ayudar.
Era el siglo 20, estábamos en plena revolución. Por suerte emilio trabajaba siendo un gran artista. Ser ama de casa, me agradaba además que tenía una gran huerta cuál cuidar.
Más tarde estábamos los dos caminando tomados de la mano, avanzando hacia el parque más próximo. El sol se reflejaba,en los lentes de Emilio,quien a su vez los apartaba.
-Hoy es un dia caluroso,amor.
-Lose mi cielo.
Cuando llegamos había bastante gente, debajo de la sombra de los árboles. Algunos niños se refugiaban en los brazos de su mamá, y otros jugaban pelota en el césped. Los miré con un dejó de ilusión, estábamos intentando formar una familia. Pero aún no lo habíamos conseguido.
Una sombra de tristeza me invadió el rostro.Emilio me preguntó:
-¿Pasa algo?
-Solo veo los niños y...-dije aquello y suspiré.
-Tranquila, serás la mamá más bonita.
-¿Tu crees?,hace dos años estamos intentado,sin resultados.
-Solo ten fe.
-Si...
Apoye mi cabeza en su hombro con nostalgia. Unos minutos más tarde, me sentía serena apoyada en el. Emilio, tomo un libro y comenzó a recitar en voz alta:
-Aquella preciosa mañana, Catalina movía su abanico de manera desenfrenada. El sol azotaba su piel, sin ningún tipo de medida. Eduardo, la contemplo en silencio desde el otro extremo de la mesa. Ambos estaban en un juego de miradas del cual ninguno quería perder.
-Me agrada escuchar tu voz cariño-pronuncié aquello.
Más tarde nos habíamos levantado de aquel césped frondoso, Nos dirigimos a la casa. Yo debía regar unos cultivos, y Emilio tenía que terminar algunos trabajos.
Cuándo ingresamos me parece extraño, ver rondar a un hombre con un traje de color marrón y un sombrero. Nunca lo había visto por este vecindario, del cual la mayoría nos conocíamos. Por eso verlo, me dio un sentimiento de inquietud.
Cuándo se marchó pude suspirar relajada. Para intentar no preocuparme en demasía, comencé a preparar una mermelada de frambuesa. Primero había preparado a la leña para calentar el azúcar, y ya me encontraba preparando.
A la mañana siguiente ya tendríamos una sabrosa mermelada casera, saqué el anterior tarro,se había terminado. Le había obsequiado algunos a mis vecinos más allegados, Emma vivia al lado de nuestra casa, era una amiga desde hace muchos años. Camila era una vecina del frente, se había mudado hace poco tiempo a nuestro vecindario.
-¡Que buen aroma!-exclamó Emilio.
-Gracias, ya no quedaba.
Mientras estaba revolviendo, Emilio me abrazó por detrás y beso mi cuello con dulzura.Giré con una sonrisa en el rostro,besando sus labios.
Emilio se había marchado para entregar unos cuadros,en otra ciudad. Por lo tanto me encontraba sola en mi gran casa,decidí ir a cosechar algunos tomates que habían quedado en las plantas.Se acercaba el invierno y los frutos comenzaban a desprenderse.
A través de la cocina,pasé por un pasillo.Tenía una puerta de metal con apertura,al estar afuera divisé los plantines.Una corazonada extraña me invadió,aquellas plantas no tenían ningún tomate.Me pareció extraño,porque hasta el día de ayer la planta rebozada de los mismos. Miré confundida por debajo de ellas, pensando qué tal vez se hubieran caído.Al contrario no había absolutamente nada,ni siquiera el rastro de algunas hormigas que pudieran haberselas comidas.
Dudosa aún, intenté despejar mis ideas.Tal vez,mi marido las había cosechado en la mañana cuando no lo vi salir.Aunque ese atrajo,me parecía extraño.
Caminé por la casa un lado a otro,alejando aquellos pensamientos de mi mente.Regrese a la huerta y coseche los morrones que estaban maduros, al igual que algunos zapallos estaban sobre el suelo.
Cuando entré,todos aquellos verduras las acomodé en una gran cesta que tenía dividida por sector. Comencé a limpiar la casa. Aún estaba algo confundida por lo que había ocurrido, pero decidí dejar de indagar en mi mente y continúar con la tarea de la limpieza.Cuando había pasado aproximadamente una hora,mi casa había quedado reluciente.Decidí sacar la basura,por lo general pasaban al mediodía y también en la noche por eso este era un buen momento para hacerlo.
Cuando lo hice,me sorprendí en sobremanera al contemplar en la lejanía de la otra calle.Un hombre desconocido con el sombrero y el traje de color marrón claro.Se situaba parado sin moverse ni un solo centímetro.Su mirada parece estar puesta en dirección a mi casa.Eso me me aterró,cerré las cortinas del frente y me refugié adentro luego de poner todo con llave.
Tal vez estaba algo paranoica, no lo sabía pero aquel hombre no me daba una pizca de confianza.Me sentí bastante aterrada,por lo cual llamé la policía o mi teléfono fijo.
Luego de unos minutos aparece un coche enfrente de mi casa un oficial bajo.Admiro por la misma dirección en la que estaba aquí El misterioso sujeto no quedaba rastro del.
-Lamento hacerlo venir oficial. Hace 2 días que he visto a un hombre misterioso de sombrero y traje.Ayer estaba frente a mi casa y hoy lo vi a unas calles de aquí observando nuestra dirección.
-Vendremos a vigilar no se preocupe-dijo aquello y se alejo
Emilio que justo venía con dos bolsas y las manos al parecer de alimento se acercó a paso apresurado al ver el policía y a mí una posición angustiante.
-¿Que paso cariño?
-Hoy volví a ver aquel hombre de extraña procedencia, a unas calles de aquí.Mirando nuestra dirección,eso me asustó con lo cual decidí llamar a la policía.
-¿Estás bien?-preguntó asustado.
-Si...-me refugio en sus brazos aún asustada.
No ese día tan extraño la policía nos había informado que había rodar un dado la zona pero no había encontrado ningún sujeto misterioso. Aquello Me parece bastante extraño puesto que el sujeto estaba muy cerca de nuestra dirección.
Pero sin ninguna pista o prueba lo único que yo podría decir era que había alucinado ese momento. Lamentablemente era así no obstante decidí aún estar alerta a todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
Habia pasado una semana de aquel momento.Era una mañana tranquila , me encontraba sentada en el sofá que daba a la chimenea . Tenía mi cuerpo apoyado contra un cómodo almohadón , con los ojos cerrados escuchando una bonita melodía a distancia.
Sentía que los rayos me acariciaban sutilmente la piel , y una mano suave y cálida sostuvo mis manos .
"Amo que me digas que me amas Que me beses con tu boca sonrojándose hasta el alma
Asomarme a tu ventana y despeinarme la costumbre Ver tu amanecer como ilumina mi penumbra "
La melodía resonaba por el salón , con los ojos cerrados pude sentir unos cálidos dedos acariciar mis mejillas , y rosar mis labios entreabiertos , sin poder evitarlo me mordí el labio inferior y mi respiración se agitó .
Escuche una leve risa , a mi lado , al abrir los ojos me encontré con aquellos faroles azules que me miraban y estaban mas dilatados de lo normal. Frotó su rostro y despeinó mi cabello, y yo lo quité de un manotazo divertida . Nuestra risa y el eco del sonido nos acompañaba .
" Amo que me robes la mirada El café por la mañana Y despertar entre tus ramas
Que me mires de reojo si cometo una imprudencia Que mis gestos y mis labios sean de toda tu incumbencia "
No se en que momento , quede encima de el y nuestra respiración agitada. Me sentó delicadamente en su regazo y acaricio mi cabello , ante el suave contacto cerré los ojos sonriendo .
" Te quiero" susurré .
" y yo a ti" juré escuchar.
-¿Que? - le pregunté extrañada .
-Nada-cerró los ojos fuertemente .-Ven .-tomó mi mano derecha y comenzamos a movernos al medio del salón , apoyé mi rostro en su pecho escuchando su corazón latir al compás de la música.
"Doy mi alma, doy mi cuerpo, doy mis huesos Te entrego todo, hasta las cosas que no tengo
Te doy mis ojos para verme en tu mirada Te doy mi almohada, la de plumas, la que amas"
Me giró como una princesa y me reí divertida .
Emilio
El suelo de madera rechinaba en compañía de nuestros pasos , pude ver su bella sonrisa y como su piel resplandecía con el contacto de la luz exterior . Me quedé embelesado mirándola , tan bella y hermosa, aproveche para poder sentir con mis manos cada parte descubierta de su piel .
Ni siquiera sabia que mierda me pasaba , pero al tenerla entre mis brazos y oler su exquisito aroma , no quise apartarme jamas , sin darme cuenta una lágrima cayó en su cabello , levantó la mirada extrañada .
-Me haces tan feliz -dije entre lagrimas y nos quedamos allí abrazados en el medio de aquel salón , esclavos de la música y de un extraño sentimiento que ni siquiera sabia que era-por lo que reste de vida , me la paso contigo - le susurré .
"Por lo que reste de vida, yo me la paso contigo Comiendo de tu boca el tiempo que me queda
Luchando contra el mundo y contra la marea"
Después de unas horas fingiendo amor frente a su jefe y de un pico después de decir "acepto", la noche pasó sin ningún otro contratiempo. Se marcharon en un Ford descapotable de los años sesenta y finalmente llegaron a la casa de Lionel. Tan pronto como pisaron el suelo, él la observó con aburrimiento y se giró para irse a dormir. No le gustaba estar rodeado de personas, a menos que fueran bailarinas en poca ropa. -¡Oye! -protestó Alexa, pero él no se giró para seguir avanzando-. Se supone que estamos casados -murmuró temblorosa. Finalmente, él se detuvo y Alexa se acercó a pasos firmes, rodeándolo. Lionel bajó la vista para fijarla en ella. Le resultó... ¿Bonita? Supuso que ese era un adjetivo acorde a esa mujer, aunque le parecía insoportable y aquello restaba la belleza que poseía. -¿Qué? ¿Quieres acostarte conmigo? -preguntó él. Ella levantó una ceja para negar, pero ya era tarde. Lionel la tomó entre sus brazos y la recostó sobre la pared. Una mano detrás de su cintura bajó hasta sus glúteos y los apretó. Alexa rodó los ojos para darle un empujón. -Al cabo que ni quería... puedo cogerme mujeres de verdad -se burló, pero no esperó recibir un cachetazo de la dama. Alexa observó sorprendida la mejilla roja de su ahora esposo. Su piel se volvió más pálida de lo normal y retrocedió un paso, luego otro. Lionel se limpió un hilo de sangre que caía en la comisura de sus labios y la observó furioso. Era raro verlo así. Corrió a su lado y la tomó del cuello con brusquedad. Poco a poco, Alexa pudo sentir que el oxígeno no pasaba por su garganta y que estaba quedándose sin aire. -P-por favor... -suplicó, pero Lionel siguió presionando hasta que la soltó arrojándola al suelo. Se limpió el saco, como si ella lo hubiera ensuciado, y se dio la vuelta. Alexa, perpleja por haber sido estrangulada por su esposo, se levantó. -¡Soy tu esposa! ¡Te guste o no! -gritó a todo pulmón. Lionel se giró, buscó algo en su bolsillo y dijo: -Bien. Ten, son diez mil dólares. El próximo mes te daré más, ahora vete. No me interesa tenerte en esta casa. -Somos marido y mujer. Merezco y debo estar aquí -susurró con la voz quebrada y los ojos llenos de sufrimiento. Él le lanzó una sonrisa ladina mientras avanzaba, pero ella, a pesar de temblar por ese hombre, no se dejó intimidar. -Entonces... -comentó mientras bajaba el cierre de su pantalón, sacando su enorme miembro frente a ella-... mételo en tu boca... -canturreó divertido. Lionel se rió de la desgracia de aquella mujer. Y ella lo sabía.
Isabella, una joven inocente, se ve envuelta en una apuesta con el seductor caballero Alejandro. Si gana, Alejandro la protegerá y la cuidará. Si pierde, ella perderá su virginidad a los ojos de Alejandro.
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