"La vida no era más que una mierda. Una mierda de la cual quería desaparecer". Marcus es un joven que, debido a circunstancias de la vida, queda ciego. Su novia Margot, con la que compartió tantos momentos, lo deja poco después. Por tal motivo siempre está encerrado en las cuatro paredes de su habitación, acompañado de lo único que lo hace feliz, su música. Pero el amor se presenta en forma de alegría, ¿puede un chico sin las ganas de vivir sucumbir ante la risa?
¿Así es como terminaba todo? ¿Jamás fue sincera, o era que el amor en realidad no existía? Se lo había creído todo y era un estúpido iluso, estaba claro que los dóciles corderos también sabían mentir. El amor era para tontos y había caído en absurdas palabras vacías disfrazadas de cariño. ¿Qué más le quedaba? Su madre había muerto dos años atrás cuando un ladrón intentó asaltarla, le hizo frente y le disparó, así, sin vacilaciones. Su vida terminó así de simple, por unas cuantas monedas.
Su hermana Sunny trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, pero ahora por su culpa le había dejado una carga más. Cuidar de un ciego no estaba en los planes de su hermana, pero lo hacía a pesar de todas las responsabilidades que tenía con la casa, la universidad y el trabajo. No merecía algo así.
-Mamá, estaré ahí en cinco minutos, espérame -dijo al mismo vacío, su mundo. La nada se había convertido en su única compañía desde hacía dos meses.
En su desesperación, tiró un florero que descansaba en su escritorio. Se hizo añicos en el suelo, pero no le importó. En su mente solo podían vislumbrarse recuerdos de ella, Margot, quien fuera su novia hasta el día de ayer. Aquella a quien amó y lo traicionó de la peor manera.
Margot era su preciosa novia, la chica más linda que había conocido. Su primer amor.
-Yo seré tus ojos.
Le había dicho, pero al final solo fueron palabras vacías, ella lo dejó por otra persona porque no podía ser la pareja de un ciego.
-Te quiero, Marcus, pero no puedo quedarme contigo. Adiós.
Todo su mundo se había vuelto un hueco donde no había nada más que su voz diciéndole que se rindiera, y ahora tampoco podía creer en el amor.
-Voy a aliviar tu carga, hermana.
Sus manos apresaron los vidrios rotos del suelo con fuerza, y aunque no podía ver el rojo de su sangre, sí pudo sentirla mientras bajaba por su brazo. No solo le había entregado a Margot su corazón, también se llevaría su vida.
Levi ha encontrado la mejor manera para aliviar la frustración, y es que enamorarse de su mejor amigo homofóbico no es lo más brillante que su ingenuo e imperfecto corazón ha podido decidir. Su libreta está aquí, acompáñame a leerla.
La compañía Coreana Lutz ha creado los más extraordinarios muñecos de compañía. Estos pueden hablar, envejecer, moverse, aprender y desarrollar sentimientos. Cuando por accidente, Austin Payne salva a un Human Doll de convertirse en chatarra, piensa que fue el peor error que jamás ha cometido. Él no tiene tiempo para jugar a ser el niñero de un muñeco, que para colmo está defectuoso, no tiene dinero para vestirle y tampoco tiene las ganas de hacerse cargo de algo que nunca deseó. ¿Pero qué pasa cuando los sentimientos de un muñeco se hacen cada vez más fuertes? ¿Qué pasa cuando un muñeco ciego aprender a amar?
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Por amor, Nolan se tragó su orgullo, vivió con la familia de su esposa e hizo todo lo que estaba a su alcance para complacerlos durante tres años, a pesar de que todos lo despreciaban. Esperaba llevar una vida feliz con su esposa, pero todo terminó cuando descubrió que ella lo engañaba. Tras el divorcio, se reveló la verdadera identidad de Nolan: un magnate y heredero de un gran imperio empresarial. Su suegra, que siempre lo maltrató, se dio cuenta de su propia estupidez y le suplicó: "Deja que el pasado se quede en el pasado, Nolan. El perdón es parte del amor, ¿verdad? Debes reconciliarte con mi hija. Ella es la mujer perfecta para ti". Frente a esta mujer codiciosa, ¿qué haría Nolan?
La vida de Candice dio un extraño giro la noche de su boda. Su marido, Greyson, no apareció para consumar su matrimonio. En su lugar, un desconocido irrumpió en su habitación y la violó. El matrimonio se convirtió en un infierno para ella. Mientras intentaba dejar atrás la pesadilla, su suegra aprovechaba cualquier oportunidad para desacreditarla. A Greyson, que debía apoyarla, le importaba un bledo. Al contrario, llevó a su amante a su casa. No pasó mucho tiempo antes de que Candice fuera expulsada de la casa. Todos pensaban que era una debilucha indefensa, sin saber que era una abogada extraordinaria. Llevó al hombre que la violó a los tribunales. Quería pagarle con la misma moneda. En el transcurso del proceso, descubrió estupefacta que el violador es el hombre más rico de la ciudad. Las cosas se le fueron rápidamente de las manos. El hombre intentó por todos los medios pedirle que se casara con él. Ella se dio cuenta de que se estaba buscando más problemas. ¿Cómo ella logría deshacerse de él pero acusarlo al mismo tiempo?
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
Reyyan Bennett nunca imagino que a su vida llegaría una gran responsabilidad a manos de una pequeña bendición de nueve meses y menos aún que esa bendición fuese producto de una borrachera monumental en un evento de San Valentín, donde no solo acabo con todo el alcohol disponible, sino que también se aprovechó del endemoniadamente sexi de su jefe. Alexandros Cavalluci es un hombre guapo y sexi, con una enorme fila de mujeres detrás de él, pero tiene un pequeño defecto: es arrogante, amargado, déspota, mandón, explotador, y ¿hombreriego? Además, de que nunca podría fijarse en una mujer como Reyyan ni en las de su especie. ¿Qué sucederá cuando su jefe recuerde todo lo que sucedió y que ese bebé que crece en su vientre es su hijo? ¿Será capaz de aceptarlo? Una noche en blanco, una consecuencia… de 9 meses. **IMPORTANTE: esta historia es FICCIÓN, por lo que las acciones de los personajes no corresponden a cómo actuarían en la vida real.
"El amor te encuentra en los lugares más extraños". El matrimonio no estaba en la agenda de Marcus. Disfrutaba de la vida como el soltero más codiciado hasta que su familia comenzó a presionarlo. Después de un tiempo, no tuvo más remedio que casarse con una mujer que ni siquiera conocía. Su amigo bromeó: "¡Eres un cabrón con suerte! Tu esposa debe ser hermosa". Cuando Marcus pensó en la mujer que dormía con una máscara en su cama, le hirvió la sangre. ¿Su esposa era hermosa? ¡Bah! "Será mejor que pares. ¡Una palabra más y la haré tuya!", él maldijo. Marcus pensó que iba a ser un hombre casado miserable. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando su vida matrimonial resultó ser exactamente lo contrario. La curiosidad mató a quienes lo rodeaban después de un tiempo. Su amigo volvió a preguntar: "Sé que no te gusta hablar de tu esposa. Pero, ¿puedes describirme cómo es exactamente? ¿Por qué siempre lleva una máscara?". Esta vez, los labios de Marcus se curvaron en una sonrisa. "Mi amada es hermosa y adorable. Baja la mirada cada vez que la veas. Si te pillo mirándola, te haré quedar ciego". Todos se quedaron boquiabiertos cuando escucharon eso. Lo miraron como si estuviera loco. Un día, la esposa de Marcus de repente hizo su maleta y declaró: "Ya no puedo hacer esto. Ya tuve suficiente de tu humillación. ¡Por favor, dame el divorcio!". Esas palabras golpearon a Marcus como un rayo inesperado. Cuando vio que ella hablaba muy en serio, la abrazó con ambas manos y le suplicó: "Cariño, por favor no me dejes. Prometo tratarte mejor. Si quieres, puedo darte el mundo entero. ¡Quédate conmigo!". Y así comenzó una nueva etapa para la pareja.