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Ian Garret es un importante hombre de negocios adicto a las mujeres. Solteras, casadas o separadas, le da igual. Cada día una distinta pasa por su cama. Un día seduce a su secretaria Emma Connor que vive una vida monótona con su novio al que conoce desde el instituto. La culpabilidad por los encuentros clandestinos con su jefe hará que Emma le confiese a su pareja la infidelidad haciendo que salga a la luz como es su novio en realidad. Ian se involucrará ayudandola mientra sigue en su círculo de sexo descontrolado ¿Cambiará por ella?¿ Soportará Emma estar cerca de él sabiendo que no es la única?
Posa una de sus manos en mi trasero, apretándome contra él. La otra la introduce por debajo de mi blusa ascendiendo de forma irrefrenable hasta mis pechos.
El deseo envuelve el despacho y a nosotros. Nuestra lenguas juegan en un baile erótico, compulsivo y de necesidad.
Desabrocha los botones de mi camisa y yo, lucho contra su cinturón tirando de la hebilla para terminar bajándoselos impacientemente.
Me coge a peso y aprovecho para rodear su cadera entre mis piernas, llamándolo, invitándolo, necesitándolo.
***************
Camino hasta casa con la chaqueta colgando del brazo. Tengo la esperanza de que el aire fresco se lleve el pecado de mi cara.
Me acabo de acostar con mi jefe y mi novio de toda la vida me espera en casa. Bien por ti Emma, solo eres una guarra, podría ser peor...
Se que lo que he hecho está mal pero también estoy convencidad de que volvería a hacerlo. Mi relación está muerta desde hace tiempo y creo que lo único que nos une a Toni y a mi es la hipoteca que hoy en día une a las parejas más que el matrimonio.
- Ya estoy en casa- vocifero al abrir la puerta
- Llegas tarde ¿ Por qué no has avisado?- inquiere molesto
-Lo siento cariño, hemos tenido mucho trabajo. Vengo agotada
Con estas últimas palabras tengo que desviar la mirada, no puedo mentirle y mirarle a los ojos a la vez.
Lo dejo en el salón para entrar directamente en la ducha, quiero quitarme cuanto antes el olor de su perfume, de su cuerpo... y solo con pensar en él, se que si me volviera a llamar volveria a encerrarme en su despacho.
El único problema es que conozco perfectamente la trayectoria amorosa de Ian, mi jefe, o para ser más exactos, la NO trayectoria amorosa.
Siempre despampanantes mujeres pasan a su despacho o tengo que reservar en restaurantes caros para él y sus mujeres. Rara vez le he visto repetir cita con el mismo nombre.
¡¿Qué vamos a cenar?!- grita Toni aporreando la puerta del baño
-No lo se... ya salgo
Rebusco en la nevera algo para comer que se haga rápido y no necesite mucho esfuerzo.
-¿Una tortilla?- pregunto sosteniendo un par de huevos
-Uff paso
-¿Perrito caliente?
-No tenemos de nada. Si hubieras venido antes podrías haber hecho la compra- me culpa Toni
- Lo se pero no he podido. Me voy a la cama, tu puedes cenar lo que te apetezca
Lo dejo plantado en la cocina y me meto en la cama con la ilusión de soñar con Ian y olvidarme de mi vida durante unas horas.
Despierto temprano cuando el despertador ya ha sonado dos veces y sin darme cuenta lo he apagado
-Apaga eso por dios- susurra todavía dormido
- Ya está, sigue durmiendo
Me ducho, me visto y salgo de casa para ir a trabajar. Hoy me enfrentaré a mi jefe después de haberme acostado con él. Tierra trágame y no me escupas hasta que haya pasado la vergüenza.
Me voy a comportar normal, lo saludaré con mi ya habitual "Buenos días señor Garret" y me dedicaré a trabajar. Si hoy me pide que reserve en algún sitio para dos se que volveré a casa echa polvo.
Soy enamoradiza por naturaleza. Lo que para una mujer es un simple polvo de una noche, en mi hace que piense en niños y en una casita en el campo junto con dos enormes perros...
Me siento en mi mesa. Le echo un vistazo rápido a la agenda del señor Garret, pongo en orden las reuniones del día y entra por la puerta
-Buenos días Emma- saluda con cara seria. Como siempre.
- Buenos días señor Garret -parafraseo lo que ya tenía pensado sin levantar la vista de la agenda.
Anoche nos tocábamos como si nos conociéramos desde siempre, con complicidad e intimidad y hoy nos saludamos tan formal que parece una broma.
-Por cierto Emma, necesitaría que hoy te quedaras otra vez si puedes...
¿Quiere repetir?¿Conmigo? Al momento me siento culpable. No por acostarme con mi jefe ni por engañar a mi novio, sino por no dudar ni un segundo.
-Claro
Ariana cree que lo tiene todo; Amor, trabajo, estabilidad, amigas, una vida tranquila que disfruta junto a su pareja. Un día vuelve a casa pronto de trabajar y encuentra a Mike, su novio, con otra chica. Le ha dado demasiadas oportunidades y decide que ya no hay más. Se muda lejos de Nueva York para comenzar de cero. Su camino termina en un pequeño pueblo rodeado de nieve. Allí hay un hombre igual de roto que ella. Necesita una maestra para su hija pequeña y gracias a una amiga, Ari consigue el trabajo. No todo es tan perfecto como parece al principio y puede que ame y odie a partes iguales a Dominik Stone. ¿Qué ocurre cuando el amor y el dolor se mezclan? ¿Cuando abres un camino sin cerrar otro?
¿Sabeis que es lo que ocurre cuando el tío con el que te llevas viendo un mes aparece en tu empresa para luchar por tu ascenso? Pues eso es justo lo que me pasó a mi. El hijo del jefe después de media vida fuera, decide que quiere hacerse cargo del buffet de abogados que dirige su padre. El que consiga el contrato multimillonario por el que lleva la empresa luchando meses se convertirá en el jefe. Comienza la guerra. Un juego peligroso. Me da igual lo bueno que esté, lo fantástico que sea en la cama o ese cuerpo de escándalo que tiene. Dicen que en el amor y en la guerra todo vale. El hombre dulce y atento desaparece en cuanto pone un pie dentro de la Oficina, y se convierte en un auténtico diablo; despiadado, frío y calculador. Dispuesto a luchar por lo que según él, le pertenece.
Marcus se marchó pensando que así Mía mejoraría, pero nada más lejos de la realidad. Después de volver a encontrarse sola, se derrumbó. Tardó cerca de un año en volver a encaminar su vida, se trasladó a un pequeño pueblo costero para trabajar de lo que más le apasionaba, pero allí se encontró con la última persona del mundo que pensaba que volvería a ver; su marido.
Os voy a contar como me encontré en medio de dos bandas rivales, dos mafias enemigas desde siempre, dirigidas por dos hombres fríos y crueles, uno de ellos mi padre; organizó mi asesinato. El otro es Marcus Moretti, mi marido, el hombre que se casó conmigo y me engaño y el día siguiente a nuestra boda me contó todo y me dejó con el corazón destrozado. No podía hacer otra cosa más que simular un suicidio y largarme lejos de ellos dos. Lejos de las drogas, los asesinatos y del hombre dueño de mi corazón. Mi nombre; Mía Carusso, dejará de existir esta noche. Tal vez debería haberme ido más lejos porque no se en que momento, meses después, nos encontramos cara a cara y el dolor y la venganza vuelve a encontrarme. La única diferencia es que ahora Marcus no piensa volver a perderme de vista. No tengo escapatoria.
Katherine Wells es la única heredera del trono británico. Debido a las constantes guerras entre la mayoría de los paises y para buscar apoyos, su padre decide casarla con uno de los grandes... Antes de la boda deciden que pase una temporada en el palacio de su futuro marido con la esperanza de que, de ese modo, resulte menos traumático. Al llegar se encuentra con que el principe la desprecia, con total seguridad por ver limitados sus escarceos amorosos con con una de las criadas. Katherine se encuentra en una encrucijada. Seguir a su orgullo y abandonar a ese hombre que no la quiere allí, o cumplir su papel de princesa e intentar por todos los medios conquistarlo para que su familia no sufra la humillación de ser rechazada.
Katherine Wells es la única heredera del trono británico. Debido a las constantes guerras entre la mayoría de los paises y para buscar apoyos, su padre decide casarla con uno de los grandes... Antes de la boda deciden que pase una temporada en el palacio de su futuro marido con la esperanza de que, de ese modo, resulte menos traumático. Al llegar se encuentra con que el principe la desprecia, con total seguridad por ver limitados sus escarceos amorosos con una de las criadas. Katherine se encuentra en una encrucijada. Seguir a su orgullo y abandonar a ese hombre que no la quiere allí, o cumplir su papel de princesa e intentar por todos los medios conquistarlo para que su familia no sufra la humillación de ser rechazada.
Durante tres años, Jessica soportó un matrimonio sin amor mientras su marido fingía impotencia. Sus mentiras se desvelaron cuando apareció una amante embarazada. Tras seis meses recopilando pruebas en secreto, Jessica se deshizo de él y construyó su propio imperio multimillonario. Tras el divorcio, se transformó en una figura irresistible, atrayendo admiradores. Un día, al salir de su oficina, se encontró con Kevan, el hermano de su exesposo. Él intervino, enfrentándose a ella: "¿Acaso era solo una herramienta para ti?". Los labios de Jessica se curvaron en una sonrisa tranquila mientras respondía: "¿Cuánta compensación quieres?". La voz de Kevan se suavizó. "Todo lo que quiero eres tú".
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.
Durante diez años, Daniela colmó a su exesposo de un amor inquebrantable, solo para descubrir que no era más que un chiste para él. Humillada, pero decidida, se divorció de él. Tres meses después, Daniela regresó a lo grande. Ahora era la CEO oculta de una marca líder, una diseñadora codiciada y una rica magnate de la minería, y su éxito se reveló en su triunfal regreso. Toda la familia de su exesposo se abalanzó sobre ella, desesperada por implorar su perdón y suplicar otra oportunidad. Sin embargo, Daniela, ahora querida por el famoso Sr. Phillips, los miraba con gélido desdén y dijo: "Estoy fuera de su alcance".
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".