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El primer amor de Alejandro Vilera desaparecío sin dejar rastros, dejandolo con grandes preguntas e incertidumbres. Despues de varios años, reaparece de la forma menos esperadas, dejando en él más preguntas que repuestas. Nuevos desafíos los obligara apoyarse él uno en él otro, al punto de tener que luchar no solo con un enemigo, sino con el mundo entero. ¿Podrá el amor superar los obstaculos?
Capítulo 1
Alejandro
Me despierta la discusión de mis padres, otra vez ha llegado papá borracho y sin dinero para la comida. Eso significa que a mi hermano y a mí nos va a tocar salir a pedir comida para mis hermanos pequeños. Antes, esto pasaba pocas veces al mes, pero desde que nació mi hermano, las cosas han empeorado, mi padre llega todos los días borracho y en ocasiones herido.
-Alejandro, Marcos, levántense -nos llama mamá entrando a nuestro pequeño cuarto.
Me levanto en el primer llamado, porque el segundo será con agua, es algo bastante maluco. Me voy a la parte de atrás de nuestra casa de bajareque, camino por el monte que ya está bastante alto para hacer mis necesidades, luego voy al caño a darme un baño. A esta hora el agua está fría, pero me ayuda a terminar de despertarme.
Cuando entro nuevamente en la casa están los más pequeños despiertos, llorando porque tienen hambre, me pone triste verlos así. Mi padre está en su cuarto acostado boca abajo, mi mamá en la cocina buscando qué darle a los más pequeños. Me voy a mi cuarto a cambiarme de ropa y salgo junto a mi hermano al centro de la ciudad en una cola que nos da un vecino.
Al llegar a la ciudad, mi hermano se va a donde están los locales de comida y de ropa, yo me quedo junto a los semáforos para pedir dinero mientras que la luz cambia a verde nuevamente. Mientras espero que los carros se detengan, veo a mi alrededor y la vista se me queda en un niño que va con su padre, ambos felices. Una sonrisa se me escapa imaginándome junto a mi padre en esa misma situación ¿Cómo se sentirá?
Por la misma acera por donde estoy, viene una mujer regañando a su hijo, el niño se suelta y sale corriendo en mi dirección, la madre grita que se detenga, como ve que no hace caso pide que le agarren al niño, yo me atravieso en su camino evitando que baje la acera y sea atropellado por un carro.
-Muchas gracias niño -me sonríe aliviada la madre- y tú, vas a estar castigado por toda la semana -se dirige a su hijo agarrándolo fuertemente por el brazo.
El niño se tira en el suelo pataleando, ella lo pone de pie y le pega por la pierna. No entiendo como niños como él, tiene unos padres tan buenos y niños como mis hermanos y yo, nos ha tocado unos padres que ni se preocupan en uno. No es justo.
Me limpio rápido una lágrima que resbala de mi mejilla, recordando que los niños no lloran, ya que eso es de niñas y yo no lo soy, al menos eso es algo que papá siempre nos dice a mi hermano y a mi.
La luz del semáforo cambia a rojo y poco a poco los carros se detienen, bajo de la acera pasando de carro en carro pidiendo una colaboración, algunos me dan mientras que otros me dicen que vaya a la escuela. Si supieran que es donde me gustaría estar en este momento.
Supongo que ellos son personas que tuvieron la oportunidad de ir a una escuela, sin embargo, son personas muy groseras, no toman en cuenta los sentimientos de otros, tan solo ven a los demás como un estorbo.
El sol está en su punto más alto y el calor es abrasador, con lo que he logrado recoger me alcanza para comprar algo. Voy al mercado donde venden más barato y compro algunas cosas, al salir de allí, veo un puesto de perros calientes, un señor va a botar un pedazo y corro hasta él.
-¿Me lo podría dar por favor? -le suplico al hombre, mi estómago suena, no he comido nada en toda la mañana.
-Voy hacer algo mejor, ven conmigo -me lleva hasta donde está el hombre que prepara la comida -dame una hamburguesa y un refresco por favor.
Se dirige al hombre que prepara la comida rápida, este me ve de arriba abajo con asco, pero debido a la dura mirada del señor, le prepara el pedido. Una vez listo, se lo entrega y el señor me lleva hasta una de las mesas desocupadas.
-Vas a comer aquí, delante de mí. No quiero que después tus padres te quiten la comida -me dice el hombre viendo a los lados.
Pone el plato frente a mí, coloco la bolsa en la mesa y me dispongo a comer. Trato de comer despacio, pero el hambre me gana, al terminar me tomo el refresco que pidió para mí. Hacía mucho que no quedaba satisfecho y mi estómago tan abultado, se siente tan extraño.
-Ahora dime, ¿Dónde están tus padres? -me pregunta viéndome atentamente.
Me hace sentir un poco incómodo, no lo conozco y por eso no debería estar respondiendo preguntas de este tipo.
-En casa, con mis hermanos -me limito a responder, no creo que sea buena idea revelar información a extraños.
-¿Esto es lo que siempre haces para comer? ¿Pedir dinero en los semáforos y comer de la basura?
Vuelve a preguntar con esa mirada que me causa temor y al mismo tiempo haciéndome sentir mal.
-Sí, no tengo de otra, no quiero que mis hermanos tengan hambre -le respondo triste, recordándoles llorar esta mañana antes de salir.
-Te ofrezco un trabajo, pero en Caracas, te vienes conmigo, yo te doy para tus cosas y además, le pago una mensualidad a tus padres ¿Qué te parece?
Es una oferta tentadora, así no tendría que seguir pidiendo y mis hermanos tendrían para lo necesario y un poco más, quizás sería una muy buena idea. Solo si mamá está de acuerdo y logramos convencer a papá.
¿Será seguro el trabajo? y si, ¿no volveré a ver más a mi familia? ¿valdrá la pena el sacrificio?
-¿De qué es el trabajo? -pregunto no muy convencido.
-Serás mis ojos, algo así como un detective secreto -sonríe mostrando todos sus dientes blancos y bien cuidado- ¿te gustaría?
-¿Por qué en Caracas? Eso está muy lejos.
Si necesito escapar de él, no podría regresar tan fácilmente. Nunca he salido a otros estados del país y mucho menos sin mis padres, por lo que quedaría a mi suerte.
-Porque allí hay oportunidades de trabajo. Vamos a hablar con tus padres.
Me pide al ver mis dudas. Se levanta de la mesa decidido, se acerca al hombre de las hamburguesas pagando lo pedido y puedo ver todo el dinero que lleva en su mano, es mucho, con eso podría comprarle a mis padres una casa, como mínimo.
Lo llevo a buscar a Marcos, mi hermano mayor, no puedo regresar a casa sin él y menos en este momento que estoy llevando a un extraño.
Al verme llegar con este hombre, Marcos se pone a la defensiva, lo llevo aparte para hablar en privado con él y le explico lo que me ha ofrecido y que quiere hablar con nuestros padres.
Marcos al conocer la oferta tentadora del hombre, accede a llevarlo a casa, pero le da una advertencia al hombre en caso de que intente algo malo.
Steven lleva todo un año en París la distancia y la ocupación del trabajo lograron distanciarme de Madelen. Finalmente el proyecto está llegando a su fin y pronto volverá a Toronto con la esperanza de recuperar la mujer que ama y mito oportunidad no permitirá que nada ni nadie lo separé de ella. Madelen ha pasado un año difícil criar a su pequeña sola lidiar con su madre que no pierde la oportunidad de recriminar le su mala decisión de dejar a Elvis su papá se ha tomado la tarea de concertar la cita no le gusta ver a su hija sola su mejor amiga se acaba de casar y la única que él ha escuchado antes de dar una opinión o hacer algo por su propio bien. Elvis no está contento con las nuevas noticias que le ha dado su padre Steven será el nuevo director Ejecutivo de la empresa en cuanto llegue por tal motivo ha tomado la decisión de abrir su propia empresa tiene todo lo que necesita para lograrlo experiencia reconocimiento y contactos está dispuesto a hacer la competencia más fuerte de la empresa de su padre i ara que la mente el que le hayan dado la espalda por un simple error personal que ni siquiera afectó a la empresa Las cosas con Pilar van a peor resultó ser una mujer caprichosa infantil y sin metas definidas por ello viven en peleas constantes hasta que se cansa y le pide que se vaya Una vez sólo se replantea buscar el perdón de Madelen y esta vez ser el hombre que ella merece y nunca le correspondió. Madelen se encuentra en medio de 2 hombres el primero la lastimó jugó con ella y se fue con otra. el segundo me transmite la paz y la confianza que ha perdido haciendo que se sienta de forma que nunca experimentó. aparentemente la respuesta es fácil pero para ella no lo es tanto tiene un corazón en construcción y una autoestima que recuperar. Sucesos inesperados le ayudará decisión que la hará feliz y le garantizará una vida que imagino y pensó que nunca tendría.
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Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
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