Amar a alguien es tan complicado, darte cuenta que lo amas demasiado tarde es un suplicio. La suerte de coincidir y magia de conectar. Estabamos destinados a encontrarnos, quiz nunca estuvimos destinados a estar juntos. – ¿Crees en el amor? – le pregunto. Ella me mira a los ojos y sonrie, y asiente con la cabeza. Mi corazon palpita a mil por hora y estoy listo para demostrarle todo lo que siento por ella. Pero antes de que pueda hablar, ella comienza a reirse. –Creo en el amor, creo que es sacrificio. Algo que no estoy dispuesta a asumir, no por ahora. Estoy bien sola. Me pongo de pie y le extiendo mi mano. Solo le ha tomado unos segundos decir esa frase, para que inmediatamente ella termine de aprertar mi pecho y desangrarlo. –Bianca – susurro su nombre, intentando comportarme lo mas serio posible. Ella me mira y toma mi mano. -Cedrick - dice ella con ciertas voz. Se pone delante mio y me sonrie. -¿Qué? –Una chica en la fiesta queria tu número y es de la clase de chicas que te gustan, entonces no lo dude y le di tu número. Quien sabe y es el amor del que tanto hablas. Ella suelta mi mano y comienza a caminar. Volteo para verla y veo como Ricardo le alza la mano y ella también lo alza. Mi teléfono vibra y es un mensaje de un número desconocido. No habro el chat e ingreso nuevamente a la fiesta para cuidarla.
Estoy caminando por todo el parque, caminando sin rumbo pues hace unos quince minutos salí de la oficina de mi papá luego de una pelea y varias cosas por los aires. Me limpio las lágrimas del rostro.
-Oye espera -escucho que alguien grita.
Alzó la cabeza y veo a una chica de cabello marrón ondeado y largo. Pasa corriendo un muchacho algo alto con el cabello oscuro y la piel clara. Y ella viene corriendo.
Ella pasa por mi costado y me quedo intrigado por su presencia.
-Javi -dice ella. Da un salto mortal y se sube a su espalda, el la sostiene fuerte y le da vuelta.
Siento algo en el pecho extraño, ella sonríe y él también. Felicidad y luego siento envidia por ellos dos.
Ella me mira a los ojos y rápidamente quita la mirada. Él comienza a avanzar y ella sigue en su espalda.
-Oye no me muerdas la oreja -chilla. Ella estalla en risas.
Esto es tan simple, es un acto tan ...
Tan... Tan... Tengo la palabra en la punta de mi lengua, pero no logro encontrarla.
Sigo mi camino en la dirección opuesta a ellos.
"Si nuestras vidas no se hubieran cruzado aquel día te juro que estaría perdido"
...
Ella nuevamente pasa por mi costado con su cabello suelto y todo esponjoso.
Yo me detengo rápidamente y volteo a verla.
Han pasado tres meses de la última vez que la he visto, lleva unos jeans pegados y unos zapatos negros y una blusa. Se ve tan tranquila, la envidio, camina sin preocupaciones.
Entonces decido seguirla, pero mi teléfono comienza a sonar y veo el número de mi nana.
-Dime Nana -digo preocupado.
-Joven su mamá, su mamá se salió de la casa.
No lo pienso ni dos veces comienzo a correr hacia la avenida a toda velocidad, rápidamente la alcanzó y paso por su costado, ella alza la mirada y nuestras miradas nuevamente se encuentran.
Cuando estoy en el taxi tomo mi teléfono y comienzo a llamar a mis hermanos mayores, para que ayuden a mi mamá pero ninguno responde. Estoy solo. Estoy mirando por la ventana y mi ansiedad comienza a consumirme en mi asiento. El chofer se da cuenta y voltea a mirarme.
-¿Se encuentra bien joven? -pregunta.
No le respondo, media hora después estoy en casa, abro la puerta rápidamente y veo a mi nana con los guardias de seguridad.
-¿Qué mierda paso? -grito.
-Joven su mamá se escapó...
-Eso ya sé! -grito -¿Por qué mierda no la encuentran? -pregunto molesto.
Me miran y salen a buscarla, yo también salgo a buscarla, tenemos a "Pequeño" mi doberman y un excelente cazador.
Papá me lo compro cuando era adolescente para encontrarme, efectivamente siempre me encuentra.
-Nana la ropa de mi mamá - gritó. No tarda mucho en traerme su prenda.
-Vamos pequeño encuentra a la mamá -le digo haciéndole oler su aroma.
Pero nada funciona, cuando regreso a casa mi nana se levanta del sofá y los policías también.
Esto no le gustará a mi padre.
-¿Todo bien? -pregunto.
-Llamaron del cementerio.
Ya se dónde está mi mamá.
-¿Lograron traerla? -pregunto.
-Su mamá está en el hospital joven -dice el policía más delgado y bajo.
-¿ A donde lo llevaron? -pregunto.
-La clínica Santa Catalina, ella...
-¿Puedo pedirles un favor? -pregunto.
-Claro.
-Lleveme a ver a mi mamá -ambos asienten.
Cuando estoy en la patrulla, tomo mi teléfono y veo varios mensajes de mis hermanos mayores.
" No hagas un escándalo por la loca esa"
" Ced, nada de prensa"
" Ced papá ya de enteró, por favor ahorranos el drama y llámalo a decirle que lo estás controlando todo"
"Cero prensa pequeño Ced, recuerda que papá no tiene la culpa de estar casado con tu madre"
Quiero gritar y patear la puerta de la patrulla hasta destrozarlo con mis pies. Respiro hondo y aprieto mis puños lo más fuerte que puedo.
¿Dónde estará mi mamá? – es mi pregunta.
Mi corazón comienza a latirme rápidamente y siento que me falta el aire, sinto que mis impulson están por terminar conmigo.
-Detén el auto - exijo con desesperación.
Todo se comienza a hacer más pequeño y más pequeños, me asfixia. La patrulla se detiene y salgo casi cayendome del auto. Termino en la pista con las rodillas en el ella y intentando controlarme.
Mi maldito teléfono siguen sonando y sonando, me duele demasiado la cabeza. Siento esas punzadas en el estómago y no puedo evitarlo termino vomitando todo.
Escucho los murmullos de los guardias, escucho como susurran cosas y mi mente viaja a esos momentos más recónditos de mi existencia.
-¿Esta bien? –escucho la voz de una mujer. Se pone de cuclillas y me frota la espalda con delicadeza. Sigo de rodillas lamentable y con los ojos fijos en el piso -Tranquilo, todo estará bien.
Siento la calidez de sus palabras en mi pecho y siento como todo mi cuerpo se relaja.
Inclino un poco la cabeza y veo a una mujer con una evidente cara de preocupación, su rostro marcado y sin maquillaje, se ve mayor.
Me levanto al mismo tiempo que ella se levanta. Obvservo detenida mente a la mujer que está frente mío y puedo notar el gran parecido que tiene con alguien que ha visto.
-Mamá –escucho que la llaman.
-BIANCA ESPERAAAA -grita. Pero luego me regala una sonrisa.
Me ofrece un poco de papel que saca de su bolsillo y mira a los del patrullero con esa mirada inquisidora que toda madre sabe dar.
Quiero agradecerle, pero cuando la veo me quedo en completo silenció. Ella me mira detenidamente como si intentará recordarme, pero yo la recuerdo a ella de inmediato.
-Bianca eres demasiado impaciente.
Miro a mi alrededor y veo que estamos frente a un hospital.
-Has venido ha hacer una cosa, no otra -me mira con cierta incomodidad y luego toma el brazo de su mamá.
Tira de ella y no le queda de otra a la mujer que ceder ante tu hija. Me da una última mirada y luego las veo perderse por la puerta del hospital.
Esto no es coincidencia.
Nunca tuvimos elección desde que un Belikow nace hasta qué un Belikow muere siempre sirve a su nación, a su Rey. Por eso desde nuestra niñez somos entrenados para tomar lugares estratégicos en la defensa de nuestra casa. Sin ninguna opción a rehusarnos nos volvemos los soldados. Los Belikow son retratados como los vigilantes, los guardianes en todo el reino y asumiendo que este reinado ha decidido que ya no solo sean soldados, ahora serán familia. Están a un peldaño de volverse lo que muchos consejeros temen. Pero como siempre dicen las traiciones siempre espera la traición de un familiar. Autora: Hola a todos los que vallan a leer esta novela, muchas gracias a todos. Espero que les guste y comenten cualquier tema me lo consultan responderé todos sus comentarios.
Fiorella es una niña que ha crecido rodeada de lujos, su madre una hermosa mujer murió cuando ella tenía trece años de edad, su padre murió cuando ella era tan solo una bebé. El misterio la rodea a donde ella quiera que va, por el hecho de ser huérfana, pero ella es muy relajada en ese aspecto de su vida, prefiere no hablar con nadie. —Mi vida de misterio no tiene nada —dice ella mirando a una compañera de clase, la primera en mucho años a la que le dirige la palabra. —¿Estás segura? —Le pregunta. —Claro que si —dice ella muy segura. Se encoje de hombros y siguen caminado por los pasillos. —Por cierto, ¿Quién es tu tutor legal? —le pregunta ella con curiosidad. Fiorella la observa unos segundos, en la casa no hay fotos suyas, hay varias fotos antiguas, pero nada realmente nuevo, se refieren a él como señor, nunca lo han escuchado llamarlo por su nombre. —¿Qué pasa? —Le pregunta su amiga. —Sabes si hay algo de misterio en mi vida —dice sonriente
El lo observa todo, pero no está dispuesto ha hablar, su silencio la ayudara piensa y no se equivoca. Aquel día en el parque a las afueras de una de las zonas más exclusivas de la cuidad una mujer corre por su vida intentado con todas sus fuerzas escapar. Kay Franklin se encontraba corriendo con altos niveles de sustancias tóxicas en el cuerpo, después de de todo era lo único para que se se sentía bueno. Correr. En el desespero de la mujer por aún salvar su vida corrió hacia el lago. La vida es un chiste, pues si no hubiera sido por esa piedra ella no estaría vivía. ¿Qué peligro representa aquella mujer? ¿Por qué asesinarla? Se hacen tantas preguntas, pero ningunas tienes respuesta. —Amelia, ese es mi nombre Amelia... —la sostiene en brazos. —Carajo, Amelia abre los ojos —grita. Se arrastra hacia la orilla del lago y toma su teléfono. —Papá ayudame.
Era un secreto a voces mi alejamiento de la familia, pero nadie podía decir nada, nosotros dos en público éramos normales, no hablábamos mucho, apenas y cruzábamos miradas, pero en el fondo sabíamos que esto era indebido, que no podíamos mirarnos de la manera en que nos mirábamos y mucho menos pensarnos de la manera en la que lo hacíamos. —Escapamos juntos —decía ella mientras acariciaba mi rostro y este descansaba en mi pecho —Vamos a casarnos y olvidarlo todo, quizá podamos comenzar en otro país. Sus ideas locas no deban de hacer eco en mi cabeza cada vez que me encontraba solo, así fue creciendo este sentimiento hasta ese trágico día.
¿Creen en el amor a primera vista? Yo era realmente no creo en el amor a primera vista, hasta que la vi ingresar con ese aire de superioridad. La vi ingresar dispuesta a salvarme de una injusticia, pero cuando la vi todo a mi alrededor se esfumó, sentí que mi pasado, mi presente y futuro estuviera ahí parado. Pero enamorarse de ella tiene un precio. Nota de autor: Hola soy Sieteletras, gracias por leerme para dudas o consultas y recomendaciones me pueden escribir por mi instagram ( Sieteletras). Gracias ❤️
¿Si pudieras describir a tu jefe como lo harías? Una emocionada Emilia Vladi responde ante las preguntas de la reportera. —Es gentil, amable, respetuoso, es la que uno aspira a ser de grande, que tus empleados te miren y te vean como un ejemplo. La reportera inclina la cabeza, pero las palabras de la joven son sinceras, ella siente todo lo que acaba de decir, siente que su jefe es un persona intachable. La reportera termina de hacer las preguntas y se apaga el micrófono, Emilia se levanta y la reportera suelta un comentario. —Que se puede esperar de las secretarias, usualmente son las amantes - ríe en voz baja y luego alza la mirada para ver el ceño fruncido de la joven. Ella camina rápido y choca con fuerza con alguien y mira hacia arriba. Se miran por unos segundos y ella avanza. “Ya nos habíamos visto antes" - siempre se lo repite. Emilia Vladi y Edu Costa viene de dos mundos totalmente diferentes. Mientras ella siempre dice pobre el jefe, por qué siempre lo escucha pelear por teléfono con su hijo, ella se pregunta quién es él... ¿ Qué pasará el día en que ellos se encuentren?
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El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
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