Por culpa de su adicción incontrolable, los problemas de Alessa no han hecho más que empezar. Ha perdido su trabajo, a su novio, a su familia, sus amigos y todo porque no puede evitar que el sexo sea el centro de su vida. Ahora, involucrada con su jefe, tendrá que luchar para controlar esos deseos infernales que la poseen y no perderlo todo una vez más. Él está dispuesto a ayudarla, él quiere que la ninfómana sea sólo para él. ¿Podrá conseguirlo? ¿Podrá el amor brotar en un terreno tan herido?
La boda era el evento más importante en la vida de muchas mujeres y ella no era la excepción.
Vestida de radiante blanco en su traje de ensueño, hecho centímetro a centímetro para su deleite, avanzó por el pasillo sembrado de flores hacia donde su enamorado la esperaba con ojos soñadores, para amarla hasta que la muerte los separara.
Estaba él vestido impecablemente, como un príncipe. Habían conseguido incluso un caballo blanco, que pastaba a la sombra, más allá de donde estaban los invitados. Sobre él se irían al terminar la ceremonia para comenzar su nueva vida.
Todo era perfecto, ella se había esmerado en cada detalle, hasta las flores que pisaba combinaban en sus tonos con el ramo que cargaba y el vestido de su dama, que no era otra que su hermana menor, combinaba con el pañuelo de seda que llevaba en la solapa el padrino del novio.
En el altar, su hermana no estaba junto al padrino. Y el padrino tampoco estaba.
Con disimulo miró alrededor, ni rastros de la condenada. Ya se las pagaría más tarde. El enojo no malograría las festividades.
Llegó por fin junto al novio, que le sonrió con el corazón hinchado de amor.
-Te ves hermosa -le dijo antes de besarle la mano.
-Por favor, dime que tienes los anillos -masculló ella entre dientes.
Era una súplica desesperada para que la ausencia del padrino, que era en sí pequeña, no desencadenara una calamidad mayor.
-¿Qué? -preguntó el novio.
-¡Los anillos!
Él se palpó el bolsillo, el padrino se los había dado antes de desaparecer. La novia sonrió, aliviada y comenzó a hablar el sacerdote.
Leyeron sus votos donde se juraban amor eterno. Y vino la pregunta más importante a la que hasta ahora ella se había enfrentado.
-Florencia Montoya, ¿aceptas por esposo a Martín Escobedo, para amarlo y respetarlo, en la salud y la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza y serle fiel hasta que la muerte los separe?
-AAAAAHHHHH... SÍIIII...
El gemido no provino de la novia, no señor. Todavía era muy temprano para eso. Vino de los parlantes, unas moles ubicadas a ambos lados del altar y de las que debía oírse su playlist de música celestial y no indecencias.
-¡OH, DIOS SÍ...! -volvió a gemir la voz.
El sacerdote, hombre casto y puro, se sonrojó, el novio sonrió, la novia se aferró el pecho, impactada, su madre se aferró la cabeza, otros se aferraron otras cosas, la abuela del novio se desmayó. Todo fue un caos.
-¡AAAAHHH... NO PARES... NO PARES! -se oyó una vez más.
-¡Esto no puede estar pasando! ¡Me voy a morir de la vergüenza! -decía la novia, cuyas lágrimas surcaban su rostro enrojecido.
¡¿Quién?! ¡¿Quién se atrevía a llenar de ignominia el día más importante de su vida?! ¡¿Quién, por Dios, quién?!
-¡OH... ALESSA... ME CORRO!...
-¡Mi hermana! -gritó la novia.
-¡Mi padrino! -reconoció el novio.
-¡Alessa, te voy a matar! -Aferrando el faldón de su vestido corrió en búsqueda de la villana que deshonraba su boda y a su familia.
La encontró revolcándose con el padrino detrás de la orquesta, junto al micrófono que estaba encendido.
Ninguna súplica aplacó su ira.
-¡Vete de aquí, no quiero verte! ¡Lo arruinaste todo, como siempre! "Invítala", dijo mamá. "Es tu hermanita", dijo el abuelo. "Mantendrá las bragas en su lugar por una maldita vez en su vida", me dije yo, pero me equivoqué. Todos nos equivocamos contigo.
-¡Florencia, perdóname!... No pude evitarlo. Iré a terapia, te lo juro...
-¡Vete! -volvió a decir la novia que, recuperando su dignidad, regresó al altar.
Alessa buscó su bolso y se lo colgó al hombro. Se sacudió el vestido.
-Tranquila, cariño -le dijo el padrino.
Ella lo apartó de un manotazo.
-Piérdete. Ni siquiera sé cómo te llamas... ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? ¿Por qué Dios me ha abandonado? -se preguntaba mientras dejaba atrás el lugar de la boda.
-¡Por puta! -le gritó el padrino.
Ella no sabía la respuesta, pero de algo estaba segura. Había tocado fondo y necesitaba ayuda urgente.
Isabella Crown lo tiene todo: un esposo atractivo y exitoso, un auto último modelo, una carrera en ascenso, la mansión de sus sueños y una hija maravillosa. Sin embargo, su vida perfecta dará un vuelco cuando pierda lo más valioso y no hablo de su mansión. Destruida por la tragedia, con un esposo que no la apoya y desconfiando de la justicia, decidirá buscar la verdad ella misma, aunque acabe perdiendo todo lo que le queda en el proceso, aunque tenga que aliarse con Jacob Swizz, su rival en el trabajo, su cómplice y tal vez algo más. Poco a poco descubrirá que la vida perfecta que tenía no era más que una ilusión. Y nadie estará a salvo. Nada en el mundo es más peligroso que la ira de una mujer que ha perdido a su hija.
Desde los cuatro años, Alana ha intentado convencerse de que el accidente en que murieron sus padres y su hermano no fue causado por un hombre lobo. Les teme, los odia y jamás podría acabar enamorada de uno, sobre todo porque no existen. Sin embargo, cree haber visto a uno merodeando por la universidad. Damián es el hijo del alfa de la manada Ojos Carmesí y nunca pensó que hallaría a su mate en la universidad, mucho menos que sería una humana, algo que su padre jamás aceptará. El destino los ha unido mientras el miedo, el odio y toda una manada intentarán separarlos, como ya hicieron anteriormente con otros como ellos. El misterio sobre la muerte de los padres de Alana será la puerta de entrada para el horror que les espera y tendrán que luchar para que no se repita la historia. Y proteger a su hijo.
La locura de su abuelo no dejará en paz a Magnus ni después de muerto. Obligarlo a casarse para conservar la fortuna era lo peor que podía hacerle. No, peor es la suciedad, los microbios, las infecciones, el contacto físico con otro ser humano. ¡Las fobias que lo vuelven loco! ¿Cuántas bacterias se traspasan al darse un beso? Magnus no quiere averiguarlo, pero su futura esposa por contrato tendrá otros planes. ¿Podrá Magnus mantener su matrimonio hasta conseguir su herencia si su esposa le parece repugnante?
Segunda parte de "Prisionera de Vlad Sarkov" Una misteriosa mujer ha llegado a trabajar a la mansión Sarkov, y ha levantado las sospechas de Vlad. Él sabe que la perversidad más absoluta puede ocultarse tras una inocente mirada y estará atento a cada uno de sus pasos. No la dejará ir a hasta descubrir lo que planea. No la dejará ir hasta saciarse de ella, y el hambre del demonio parece no tener límites. Al final ¿Quién será el prisionero?
Cuando la joven Samantha Reyes llegó a trabajar como maestra particular del hijo menor de la acaudalada familia Sarkov, jamás imaginó que el excéntrico hermano mayor le hiciera las cosas tan difíciles, hasta el punto de convertirla en su prisionera. Con una deuda creciente y el miedo a ser una más de las mujeres desaparecidas de la vida de su nuevo jefe, Samantha descenderá hasta el infierno privado de Vlad Sarkov, donde la perversión, el placer y el misterio se retuercen en una mezcla enloquecedora. ¿Qué será lo que el misterioso heredero tiene planeado hacer con Samantha? ¿Podrá ella escapar o se dejará seducir por el demonio?
¿Cómo se tortura a otra persona? Para Vincent, se trataba de atraparla en un matrimonio sin amor y llenar sus días de humillación y miseria sin fin. Estaba convencido de que la traicionera Kaitlin se lo merecía todo, y nunca se arrepintió de sus actos... hasta que estuvo ante su tumba. Kaitlin tenía veinte años cuando se enamoró de Vincent. Pasó los tres años siguientes como su humilde y dócil esposa, ayudándole a alcanzar la gloria mientras aguantaba su despiadado rencor. "¿Amor?", él se burló de ella en sus últimos momentos. "Nunca hubo amor entre nosotros". ¿Cómo se destruye a otra persona? Para Kaitlin, era hacerle comprender que se había forjado una tragedia a sí mismo. Cuando Vincent supo la verdad sobre lo que siempre había anhelado, ya lo había arruinado con sus propias manos.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!
El mayor arrepentimiento de Valerie es que aceptó trabajar como secretaria personal de Edwin. Resultó que la lealtad no significaba nada para él. Cuando se cansó de ella después de todo lo que ella había hecho por él durante los últimos cinco años, la transfirió a una sucursal sin pestañear. Se dijo que el trabajo en la sucursal era más difícil. Sin embargo, Valerie se regocijaba en cada momento. Estaba feliz de haber finalmente deshecho de ese malapata. Lejos de su jefe desagradable, la vida de Valerie ha experimentado muchos cambios: un chico guapo la invitó a salir. Mientras tanto, descubrió que su padre era un multimillonario moribundo. Solo tuvo que asentir con la cabeza para heredar su fortuna. Mientras Valerie disfrutaba de su nueva vida, sus caminos se cruzaron unos días después durante un cóctel. Edwin, que estaba tan absorto en sí mismo, se burló: "Veo que todavía no te has recuperado. Incluso me seguiste a esa fiesta. ¿Cómo puedes ser tan obstinada?". Valerie se rio de eso y chasqueó la lengua. "Hola, Edwin. No recuerdo haberte invitado aquí". "¿Qué estás diciendo? Oh, veo que la angustia ha afectado tu cerebro. Debes ir a ver al médico", replicó Edwin con una sonrisa irónica.
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