tajante porque no soy buena con las conversaciones Cuando vi mi casa, quise salir corriendo ya que sentía que mi cara estaba roja, me sentía sofocada, intenté quita
s en el suelo mientras los demás se marchaban dejándome completamente sola mientras mis lagrimas ruedan por mis mejillas nuevamente. Me perdí la primera clase ya que me encerré en el baño por un rato hasta que pudiera calmarme, para muchos venir a clases es algo maravilloso ya que se reúnen con amigos, salen con sus parejas después de clases, pero yo no lo veo así, mas bien siento que es mi infierno en vida A cabizbaja entré a la siguiente clase, siempre estaba sola, nadie quería ser mi compañero de asientos ya que esparcieron un rumor de que tenia piojos, "cosa que no es cierta". Estaba sumergida en la voz del profesor que no vi quien había entrado de ultimo, solo presté atención cuando sentí que alguien estaba a mi lado Al ver de reojo lo vi, sentado a mi lado estaba Damián, como anoche, pero esta vez mas cerca. Me ignora y mantiene su vista en el profesor, no tenia nada para tomar nota de lo que dejaría de tarea. La clase había finalizado y siempre espero a que todos salgan del salón porque soy lenta para anotar, sin darme cuenta ya todos se habían ido -Una vida tras otra. Giro rápidamente cuando escucho su voz. Todo este tiempo estuvo detrás de mí, decidí ignorar lo que dijo ya que tal vez pensó que era otra persona. -Elizabeth, -detengo mi andanza cuando dice mi nombre. ¿Cómo sabe mi nombre? -¿Es tu nombre verdad? Muevo mis ojos nerviosa, ¿Qué estaba diciendo? -Perdón... yo... creo que te equivocaste de chica. -quise salir pero toma de la muñeca -No me equivoqué -ladea una sonrisa cálida descolocándome por completo. -Lamento lo de esta mañana. Si quieres puedo compensártelo con una salida de