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Historia

Capítulo 2 Se fue

Palabras:1203    |    Actualizado en: 14/06/2023

nvuelta en telas, dibujos y dando órdenes sin fin. Ignoré todas las llamadas y mensajes. No deseaba que nadie respirara cerca de mi oído. Revise uno a uno los diseños en el

ertas, las cuales miraba con el ceño ligeramente fruncido. Me quedé de pie en medio del departamento que compartíamos y lo observe desde allí. Cuando lo conocí éramos solo unos niños, Alejandro era tímido y siempre hacía lo que le pedía, pero al sumarse Henry a la ecuación las cosas cambiaron drásticamente, pues ya no éramos dos, éramos tres partes de un triángulo afilado y disperso. Ellos se volvieron inseparables y yo quede a un lado, hasta que nos hicimos adolescentes y las hormonas nos ganaron, la primera vez que estuvimos juntos yo solo tenía 15 años y él era mayor por 3 años. Siempre recordaré el asco y el dolor, aun así, lo hicimos otra vez, y otra, hasta que todo fue más fácil

terminábamos follando en mi oficina o a mi propia casa. La mayoría de las veces nos veíamos en hoteles fuera de la ciudad, casi siempre planeábamos viajes, ya que él se encargaba de los negocios de su mejor amigo fuera del país y yo viajaba con frecuenc

allí? - negué con la cabeza, una avalancha d

ma- me abandono por una mujer mucho más joven que yo- estab

a los ojos. Lo vi todo allí, en sus ojos cafés claros, el anhelo y consuelo de que tal vez ahora ya no tendríamos que esco

Sabes que lo he amado siempre- vi el momento

e todo lo que lo amas, pero a cambio me ti

Di un paso atrás lejos de su t

nte, solo lo quieres para manejarlo como lo haces conmigo- toda esa ira que me consumía me pi

uedes de

on cada hombre que se te acercara, no tuviéramos todo

a preparado y me sostuvo la mano, me agarro con fuerza, sentía sus dedos clavándoseme en la piel. -No vuelvas a pegarme, Roberta. Porque yo no soy Alejandro.- abrí la boca para decirle lo mucho que lo detestaba, pero se tragó mis palabras al juntar sus labios con los míos. Su mano izquierda me sujeto de la cintura y me pego a su cuerpo, mientras nos besábamos. Todo lo que había dicho era cierto, era real que solo lo usaba para mi satisfacción personal, para que me hiciera sentir viva. Se alejó un momento para mirarme

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