extraterrestre, una especie de Alf perdida entre los humanos. No es solo esta familia; siento que el mundo entero es ajeno a mí... pero, ¿cómo no sentirme así después de haber pa
curiosa, es que soy bien vidajena -dice Lottie con una sonri
car mi ropa, tirándola sobre la cama en
e, arrugando la nariz con evidente d
pondo, sintiendo un rub
ottie, sosteniendo una prenda con una expresión
ndo, intentando no s
emasiados cuadr
lda aquí -interviene Florence con un tono conci
icia en su voz-. No olvides que la han botado d
n, ¿verdad? De niña veía esa comiquita en el monaster
da te abriste -responde Lottie, acompa
ntener la risa, per
clama Florence, riendo y tratando de
o haber puesto resistencia ante el abusador. Pero, ¿eso me convierte en una mujer fácil? Sacudo es
ú, podría ser tu hermana mayor -añade Florence, ahora más seri
ue aprenda a aguantarme -Lottie responde de
cialmente con Delancis y con tu madre -le digo
tie, frunciendo el ceño,
gos -interviene Florence,
a vieja no
?... Ent
sponde Lottie, su tono de voz baja
un nudo en la garganta-. Mi madre también
pa en el armario. Toda la energía que emanaba de Lottie se desvanece, o quizás se transforma en una tristeza profunda. De repente, me doy cuenta de que Charlott
e puedes contar
tie tras soltar un largo suspiro-. Ino, odio a esta familia. De v
-Su declaración me s
ruptamente la conversación con una risita nerviosa. El cambio d
ado entre Lotti
Se supone que el amor nace en el hogar, y si ella no tiene una familia a quien amar, ¿cómo se supone que podría amar al mundo? ¿Qué sentido tiene l
ence, interrumpiendo mis pensamientos mi
se congela en una mezcla de sorpresa y desconcierto. Retrocede instin
demasiado par
s, se levanta de la cama con una expresión de pánico en el rostro. Retrocede varios pasos, clar
que eres traficante de estatuillas
Es mi colección de virgencitas y crucifijos. N
detalle de su velo está pintado con una precisión exquisita, sin una sola imperfección. Los acabados son tan suaves que al tocarlos se sient
itual, una conexión con la fe. La sangre que corre por sus rodillas, su pecho, y su rostro está pintada con una exactitud sorp
A la hora de comer, Sor Daiputah traía una enorme Virgen y la colocaba en el centro de la mesa. Nos hacía comer todo lo que teníamos en el plato, diciendo
s, eres una mujer grande y saludable -
sintiendo un lazo de com
na mezcla de nostalgia y g
cobra vida a medianoche y se aparece en mi habitación solo para abofetearme? No sé si lo has nota
ro mis estatuillas se
n cerca unas explosiones. Parecen fuegos artificiales, pero es r
arlotte, claramente m
-grita Florence, vis
mana Santa. Pero mis compañeras no parecen estar disfrutando. Todas salimos corriendo de la habitación, ellas con tal prisa que casi parece que las tro
estíbulo, justo frente a la escalera, veo pasar junto a mí a un hombre alto y rubio, con el cuerpo de
ando? -Lottie lo ataja,
á tan asustado que parece que su coraz
Alexis, cubierto de s
Pero qué diab
al del vestíbulo, fija su mirada en Alexis, y con un
! ¡Se tiró a la
de creerlo. Su rostro refleja un
las escaleras-. Acabo de hablar con Don Frank; el viejo está furioso. Acaba de dis
ira con golpes en el pecho. Florence la detiene, y Delancis corre hacia ellas para intentar calma
mo para ir a restregarla con el me
e a la hija de alguien», «berenjenas que pican» y «perros que comen