deci

a pasa sin tener un propósito, pero aunque sea

rmoso. Aunque ambos teníamos una corta edad pensábamos estar hasta la eternidad juntos, supongo que así son todos los amores juveniles. Esperábamos con ansias que pasaran los años para así tener la mayoría de edad y poder casarnos, vivir lejos y formar una familia juntos, pero la

novio se encontraba estudiando él debía marcharse a otra cuidad del país. Fue larga la espera, las ganas de quere

a iglesia. Nos amábamos tanto que creíamos que ni Dios podría separarnos. La falta de comunicación, la pérdida del respeto mutuo fueron algunos de los detonantes que hicieron que nuestra relación se qu

cto que llevara sangre a mi corazón, sentía que no iba a poder sobreponerme. Para él fue todo lo contrario, se sentía libre, sin ataduras, pasó de ser un tipo tranquilo a uno que solo pensaba en festeja

a. Comenzar una nueva vida, era mayor de edad, podía salir sin darle explicaciones a nadie, con el tiempo conocí a un chico, mucho mayor que yo, era algo atrevido, todo lo contrario a aquel mal hombre que me dejo rota. Quizás quería encon

i sexto sentido no falló, era él. Era un simple – hola soy Luis – Mis ojos se llenaron de lágrimas, mi corazón latía hasta poder salirse por la boca, no me lo podía creer y aquella noche no dejamos de hablar, tenía una rabia inmensa con él, pero a la vez era un amor que fue mucho más grande que todos los sentimientos negativos que sentía y no nos recriminamos nada. Así nos mantuvimos hablando por un par de meses hasta que nos juntamos, era el día de

rrancarme todos los recuerdos de la cabeza y del corazón, en sus besos buscaba los besos de otro,

e le fui infiel, quedamos como amigos, aunque ni él ni yo sabíamos que dentro d

ltera. Fueron prácticamente dos años que fuimos amantes, dos años en los que aun seguía enamorada de él, pero yo para él solo era un juego, su novia se enteró por mensajes que habían sido enviados desde Facebook, y aunque me ilusioné con pensar que Luis podría volver a mí, s

lación me engañó, no reclamo nada, sería patuda al hacerlo siendo que yo también hice lo mismo, es más, me deja más tranquila al saber que no fui la única. Me arrepiento de haberlo conocido, pe

ir bien, nos llevamos bien y somos bien parecidos en cuanto a carácter y además mi hij