con el escote de la espalda que casi llegaba hasta sus glúteos, pero si había algo de lo que ella se sintie
no los había visto en las maletas y tampoco en el closet, por lo que tuvo que recurrir a la ayuda de su nanita.
do dispuesta a regañarla por olvidar sus modales, pero al ver el desastre de la habitación su enfado se convirtió e
a boca impresionada, aunque poco a poco comenzó a senti
s alzaba algunos vestidos buscando el paradero de los za
ima, pero Scarlett no le presto atención a sus palabras, estaba más ocupada en encontrar sus zapatos, porque sabia que pronto la llamarían para ir al rancho Doce Acres y no quería que su madre vi
as buscaba el chal entre las telas, lo había visto hacía medi
caso, estaba demasiado mimada por ella y su padre que siempre solía salirse con la suya, a excepción de su madre, quien tenía u
utos, Nanita encontró los zapatos en una silla que había sido cubierta por
los zapatos extraviados, Nanita era una experta, en encontrar llaves y todo tipo de accesor
a dejado sola tanto tiempo sabiendo como era ella, pero estaba a punto de cumplir dieciocho años, ya era tiempo de que s
vestido para el baile de los Wilson- repuso Nanit
on tenga una mala opinión de nuestra familia-rebatió Scarlett-ademas es
n-afirmó Nanita quejándose de la respuesta de Scarlett, quien no quería dar oídos a sus c
e Nanita dejara de sermonearla- y mucho
eza y le dirigió un
alego Nanita mientras le ayudaba a ponerse el chal de t
speramente, pero se contuvo para no tener prob
prometo que esta habitación se convertirá en un cuchitril todos
adar, pero lo que su amenaza significaba era que no le hablaría y le contaría nada sobre su vida y eso le partía el corazón, porque Scarlett había sido como su niña, la m
ero sepa que por su bonito vestido deberá
, se sentía tan feliz que se atrevió a darle un beso sobre la frente, una vez con los zapatos puestos, ella er