fí
ia de una fuerte tormenta, llegué por fin al Centro Cultural La Rosa. Lugar donde se llevaría
ada que observo a mis padres, entre los presentes. Mi padre querí
lo que es importante para mí, no lo es para ellos. Pero, dese
e lo que haga, salvo cuando los complazco. Sacudiendo mi melena, la cual ll
ieron o no. En todo caso, ya tenía mis propios planes, me iría con mis compañeras de res
sentador oficial del magno ev
moción y quien además se graduó con la mención "Summa cum laude" -anunció é
uní al grupo que se quitó el birrete y lo arrojé hacia lo alto, para que cayera de nuevo en mis m
de los graduandos, quien por cierto, me caía muy mal, porque tenía la costu
ario, caminando junto a mis dos inseparables compañe
unto al de mis amigas. Una vez, sin la vestimenta protocolar del acto, me sentí la reina de la noche, herm
estatura promedio y mis facciones son finas, donde destacan mis hermosos ojos azules, mis labios
veinte, en diciembre del año pasado y salimos directamente a la disco. Al llega
. No obstante, para olvidar la decepción que me causaron mis padres al no asistir a mi acto d
dientes unos de otros y comenzamos a pedir tragos,
as despu
n fuerte dolor de estómago, me levanté de la silla para ir al baño, viendo to
os. Con tanto ruido y grito, en la disco, nadie me escuchó. Me sentía como drogada, sé lo que se
llevar, pero a quien no podía distinguir bien, porque todo e
ía mi rostro y mi cuerpo caliente. Era algo extraño, jamás me había sentido así. Ante
lpes, pero el desconocido acercó su boca a la mía para hacerme calla
e di- ¡Esto me lo pagarás Sofía! -y me abofeteó fuerte, partiendo
tando de ver quién era, pero mi visión y mi audición estaba
s de este malestar, estaba sintiendo algo peor, una necesidad fuerte de tener sexo, a
de las garras del imbécil que me llevó a la parte
, no podía ver claro quién me llevaba. Atormentada y sinti
torsionado, a pesar de que me parecía conocido. Él quería levantarme en sus brazos, p
s, en una de las
fa
l al ver cómo me embriagaba- ¡Por favor, vamos! Tu madre
bernar y que haga su santa voluntad -contesté llevand
e te vea aquí ¡Estoy bien! -le manifesté preocupado, de que vier
ontestó él, con sus cejas total
rité enojado, con lo cual hice que s
nutos d
fí
í y salió un hombre enojado y hecho una fiera, a quien tampo
itó el hombre abriendo
, tratando de levantarme de
ayúda
tratando de taparme la boca, pero lo volví a morder y
iolar!... -grité co